8. Simple Atracción

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Justo pasan 10 minutos cuando Alec sale de su escondite y yo estoy listo para salir.

Fuera todo es frio, pues la época del año no perdona y el invierno siempre está presente, ajusto más mi abrigo para intentar protegerme un poco más del frio y Alec hace lo mismo con el suyo.

Las calles de New York no están tan llenas como normalmente lo estarían y eso me pone realmente feliz, pues puedo pasar un momento un poco más "intimo" con Alexander.

—Y... ¿Camille es como tu boggart? — Pregunta rompiendo el silencio.

—Sí, bueno algo así, salimos hace 3 meses, no es mucho pero...

—Ya... pero es lo suficiente para que sea tu boggart.

—Básicamente— Y no puedo evitar reír bajito ante su comentario.

—Y dime Mags... ¿Puedo llamarte Mags verdad?

—Claro.

— ¿Por qué diseñador y por qué en New York?

—Bueno... es algo que me gusta y apasiona, no lo sé, siempre vi las portadas en las revistas, la ropa, el estilo y algo me decía que eso sería para mí y cuando tuve la oportunidad bueno... la tome.

—Pero... ¿Cómo supiste que eso era lo indicado?

—No lo sé Alec... solo lo supe, es como preguntarte a ti porque la música ¿no? — Lo volteo a ver sin detener la marcha.

—Lo pillo, es como si te llamara... y ¿nunca te has arrepentido de tu decisión?

—Algunas veces, pero no lo puedo llamar "arrepentirme" solo que cuando tienes años intentando conseguir un trabajo, cumplir tus sueños, simplemente existen momentos en los que te cansas y piensas "debí hacer caso a mis padres y estudiar derecho" ya sabes.

—El mundo ya está lleno de abogados...

—Bueno tampoco le faltan diseñadores.

De pronto me detengo fuera de la tienda Armani, siempre que salgo del trabajo paso por diferentes tiendas de diseñador, pero está siempre es mi favorita, amo los diseños, las telas, los colores, todo. Y podría asegurar que si por mi fuera me quedaría durante horas mirando este lugar desde afuera, como un aficionado.

Alec está justo a mi lado observándome.

—Maravilloso. — Suelto un suspiro y sigo caminando.

—Yo creo que tú eres maravilloso como diseñador.

— ¡Oh, vamos Alec! Ni siquiera has visto mis bocetos.

—Pero puedo ver tu estilo, como aquel día en la fiesta o en el restaurant, lucias maravilloso.

Eso logra robarme un sonrojo, nunca nadie me había dicho algo así y se siente... bueno... genial.

—Sabes... debo decir algo Alec... solo... para sacarlo de en medio. — Me detengo de pronto, estamos en una de las calle en donde casi no hay gente, así que puedo observarle a perfección, el me regresa la mirada esperando a que continúe hablando. — Tengo un pésimo gusto musical... y el jazz no es lo mío.

— ¿Estas bromeando cierto?

—No. — Y solo me queda encogerme de hombros.

— ¿Tienes algo que hacer?

—No...— Y estoy mintiendo, tengo menos de media hora para regresar al trabajo, pero en este instante no importa, puedo perder el sueldo de ese día, si eso implica seguir viendo esos hermosos ojos azules.

—Sígueme.

Y sin más me toma de la mano y siento como miles de sensaciones ocurren en mi interior con tan solo ese toque... nada más.

Lo único que ronda por mi mente, mientras Alec me guía es: Nadie nunca me había hecho sentir así, jamás experimente estas sensaciones con tan solo tomar la mano contraria, nunca quise ver más una mirada como la de Alec o perder un día de trabajo solo por estar con alguien.

Esto no puede ser solo una simple atracción. No puede.

Y no sé qué hacer con todas las emociones que me embargan en este momento. 

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