20. Meadow

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La música resuena por todo el lugar con un hermoso ritmo. Luego de la primera vez que estuvimos en el club de Jazz, muchas cosas han cambiado.

Alec y yo ahora somos novios, conozco más del jazz y no solo las cosas que ponen en la radio, soy mas feliz y Alec... bueno creo que también lo es.

Mientras bailo al ritmo de la música, siguiendo las notas musicales como si las conociera desde hace años, puedo ver a Alec siendo el protagonista en este momento, tocando cada nota solo para mi.

Hace una pausa y yo hago un paso, toca y de nuevo otra pausa, y zapateo de nuevo. Para ese momento la gente se ha separado del escenario dejando un camino libre, para que Alec y yo compartamos miradas y sonrisas mientras bailo al ritmo de su música.

Cuando la canción termina, corre hacia mi, con una hermosa sonrisa, y me toma de la cintura para alzarme en brazos, yo simplemente rodeó mis brazos al rededor de su cuello y lo beso frente a todos.

Sonreímos al separarnos y juntamos nuestras frentes. Amo a este hombre.

—No sabia que bailaras tan bien. — Nos sentamos en la mesa donde descansan nuestras bebidas y sin querer perder  contacto con Alec, tomó su mano que descansa sobre la mesa.

—Aún guardó algunas sorpresas.

—No lo dudo.

Estoy por juntar de nuevo mis labios con los de el cuando una joven de piel morena se acerca a nosotros.

—¿Alec?

—¿Meadow?

— Oh por Dios. !Alec¡ ¿Como has estado?

Alec se levanta y se acerca a ella para abrazarla.

—Wow... cuanto tiempo. Espera... Te presento a mi novio Magnus.

—Un placer Magnus. — Meadow sonríe y me extiende una mano que yo tomo y sonrió de vuelta.

—El placer es mío.

—¿Que has hecho Alec?

—Tocó en algunos lugares ya sabes nada formal. ¿Tu?

—Cree una banda y bueno apenas obtuvimos contrato con Sony... y, curiosamente nos falta un pianista. No estaría mal ser compañeros de nuevo ¿Que dices?

Observó a Alec de forma discreta antes de regresar mi vista a mi soda. No soy tonto para saber que estos dos se conoce de más y que lo que tuvieron no fue solo amistad y no lo digo por Alec, lo digo por Meadow, por qué es claro que la forma en la que mueve las piernas y el como acomoda su  cabello con las manos, no es algo que una buena compañera haría.

No.

Eso es coqueteo, no soy estupido.

—Yo... no lo creo, ahora estoy bien.

— Ya lo creo Lightwood, pero... si necesitas algo, bueno...— Saca una tarjeta del bolso de su chaqueta y se la entrega a Alec. — No dudes en llamarme, estaríamos encantados de tenerte en la banda.

—Claro, gracias Meadow.

—Bueno. Un gusto Magnus y adiós Alec, espero verte pronto.

Ambos asentimos con la cabeza y ella posa una de sus manos sobre el hombro de Alec antes de irse.

—Una vieja amiga.

No digo nada, solo lo observo y asiento, tomo de nuevo su mano y sonrío para que sepa que todo está bien. Pero en mi cabeza lo único que ocupa mis pensamientos es:

Esta tal Meadow me traerá muchos problemas.

No sabía cuánto razón tenía.

PromiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora