16. Max

180 27 8
                                    

La habitación de Max está adornada con un pequeño árbol de navidad lleno de luces y esferas, es como si tuviera su propia navidad.

Cuando le pregunte a Alec por qué no bajaba, solo pudo decir que a Max le incomodaba que la gente se le quedara viendo. No lo entendí hasta que entre a la habitación y observe al pequeño Max sobre su cama, con las cobijas subidas hasta las caderas y con un libro en sus manos.

Tenía comida y una vela que daba un olor a vainilla a la habitación. Quien tuviera la oportunidad de verlo pensaría que es un niño común, que solo quiere dormir un poco más mientras espera a papa Noel, pero lo que hacia la diferencia en Max para ser un niño común, eran los múltiples cables a los que estaba conectado y que hacían que la pequeña pantalla de hospital pitara de forma constante registrando sus latidos.

— ¡Alec!

De inmediato el pequeño lanza a los brazos de Alec y este lo recuesta en su pecho.

— ¿Cómo estas campeón?

—Normal, es decir sigo aquí.

—Tienes razón.

No puedo creer lo que acaba de decir, las cosas se han vuelto tan normales para ellos que la respuesta del pequeño es como si estuviera viviendo tiempo extra.

—Max, quiero presentarte a Magnus, él es mi novio.

Max me regresa la mirada con sus pequeños ojos brillando.

—Es guapo.

No puedo evitar que una risa se me escape y todos comenzamos a reír de inmediato, hasta que la maquina comienza a emitir un sonido de advertencias. Max respira varias veces hasta estabilizar su respiración y sus latidos.

—Lo lamento, eso es algo normal, ya lo tengo controlado.

—Hola Max.

—Hola Magnus.

Me siento cerca de Alec y saco el regalo que traje para Max.

—Te traje un regalo, por navidad.

— ¡Gracias!

Toma el regalo de forma inmediata y lo abre desesperadamente dejando ver los comics que traje para él.

— ¡Me encantan Magnus! Muchas gracias.

—No tienes nada que agradecer.

Alec toma mi mano y la besa cariñosamente, mientras observamos como Max abre los diferentes comics y los observa como si fueran diamantes.

— ¿Sabes? — Max nos saca de nuestros pensamientos — Me gusta Magnus... creo que es el indicado.

— ¿El indicado? ¿Cómo puedes saber eso?

Observo a Alec y luego a Max sin poder evitar mi sonrisa.

—No lo sé. Solo sé que lo es, si quieres saber deberías preguntarle a Iz ella debe pensar lo mismo que yo.

Alec le revuelve el cabello de forma cariñosa.

—Se lo preguntare, ya verás.

Nos quedamos un rato más con Máx hasta que se queda dormido en brazos de Alec y con el comic en la mano. Veo como lo recuesta y lo cubre con las mantas para luego depositar un beso en su pequeña frente.

—Lo adoras...

—Lo hago, lo amo. No sé qué hare cuando el ya no este.

—Yo estaré para ti en todo momento.

—Lo sé.

Lo beso y salimos de habitación para reunirnos con los demás. Puede que la familia de Alec sea complicada y sobreprotectora pero... eso es lo que la hace especial, hace que todo se sienta bien y hacen que Alec se vea feliz y eso... eso es lo que más me importa en el mundo.  

PromiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora