22. Soy tuyo

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" Y no es hasta que estamos a solas cuando saca sus sonrisas inéditas, sus orgasmos jamás vistos"

~Todo lo que fuimos ~

Sus manos recorren mi espalda mientras yo reparto besos por su cuello. Ambos pechos subiendo y bajando por la respiración agitada. Me separa un poco cuando el aire se hace realmente necesario, aun cuando yo no quiero separarme y lo único que deseo es estar más cerca de él, sentir el calor que su cuerpo emana, el aire se puede ir al diablo, mientras yo este sintiendo los labios de Alec sobre los mío y recorriendo mis torso desnudo.

¿Cómo llegamos a esto?

Luego de una hermosa cena recorriendo diferentes restaurantes de Nueva York y hasta que no pudimos más, llegamos a su casa y con todo el valor que pude obtener me senté sobre su regazo y comencé a besarlo casi de forma desesperada.

Todo pensamiento coherente se esfumo luego de eso. 

Lo único en lo que soy capaz de pensar es en el hombre que me besa con fervor y devoción. Como si cada parte de mi cuerpo fuera hecha de un delicado cristal.

Busco sus labios de nueva cuenta y me concentro en lo mucho que amo Alec mientras nos volvemos uno, cuando siento que ya no solo compartimos palabras de amor y besos porque ahora también compartimos nuestra alma y nuestros corazones laten a un mismo ritmo.

Ahora puedo decir que Alec es mío, que es la persona por la que estuve esperando toda mi vida. La persona que me llena de alegrías día con día, la que me besa tantas veces en el día como si nunca fuera suficiente, la que me hizo cambiar y ver el mundo de otra forma, el pedazo que le faltaba a mi alma. Eso es él.

Y lo amo. Maldita sea lo amo como nunca imagine amar alguien. Lo amo tanto que soy capaz de decir que tenemos un romance de algún libro, porque mis días y noches le pertenecen, mi alma, mi vida, mi corazón. 

Porque ahora ya no puedo imaginar una vida sin él.

Abro los ojos justo después de que mi cuerpo tiembla bajo el de Alec, y me encuentro con sus ojos azules mirándome.  Nuestros cuerpos cubiertos por una ligera capa de sudor, sonrisas en nuestros labios y miradas llenas de amor. 

—Te amo.

—Yo también te amo.

—Nunca me dejes Alec.

—Jamás.

— ¿Me lo prometes?

—Te lo prometo.

Besa mi frente y yo busco sus labios luego de eso.

Con esa noche, con ese beso... ambos cerramos una promesa.

Una promesa que no seremos capaces de cumplir. Porque ambos lo hicimos, ambos rompimos nuestra promesa y solo decirlo, duele como el mismo infierno.

PromiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora