43. Siempre te amare

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El aire es refrescante y hace que la tarde parezca menos calurosa.

Estamos en una banca observando la ciudad, los árboles se mueven constantemente y las hojas comienzan a caer.

—¿Cuando te llamarán?

—En un par de días, pero no me hago muchas ilusiones.

—Tienes el trabajo.

— Tal vez no.

— Lo tienes.

Recargo uno de mis brazos en la banca y apoyo mi cabeza en la mano, mientras subo los pies en la misma.

—Puedes ser muy persistente.

—Sabes que si.

Seguimos observando la ciudad, pero se que debo tocar ese tema. Se que pasará o creo saberlo y es posible que el también lo sepa.

—¿Donde estamos Alec?

Me mira confundió.

—En una banca, observando la ciudad, en una...

— ¿Donde... — Lo interrumpo antes de que siga hablando — Estamos?

—Lo sé.

Agacha la cabeza, para después mirarme a los ojos.

— ¿Que haremos Alec?

— Tu conseguirás ese contrato y yo... no puedo escapar de la banda.

— Si es que lo consigo.

— Y lo harás, y cuando lo hagas le debes dedicar todo tu tiempo y tu esfuerzo, no tendrás tiempo para nada más, yo debo seguir con mis planes aquí, aún no puedo ir a ningún lado — Toma mi mano y la besa — En Paris tienen buen Jazz y ahora te gusta el jazz ¿no?

— Definitivamente. — La lagrimas empiezan rodar por mis mejillas de manera inevitable. — Lo amo.

— Bien, entonces todo estará bien.

Intento reír un poco, pero la pesadez en mi corazón me lo impide.

— No quiero que esto termine, no aún. Esto es por mucho lo más maravilloso que he tenido en toda mi vida.

— También lo es para mi, pero no sacrificaras tu sueño por mi.

Me pego a su pecho y lo abrazo por la cintura. Siento sus brazos rodeándome y acariciando mi espalda y mi cabello.

— Te amo Alexander Lightwood y siempre te voy a amar. Siempre, ¿entendiste?

Por las vibraciones en su pecho, se que el también llora y duele. Duele demasiado.

— No me puedes amar más de lo que yo te amo Magnus Bane.

— ¿Como estas tan seguro?

— Porque yo te estoy dejando ir para que cumplas tu sueño, incluso si eso significa perderte, te amo tanto que veo tu felicidad antes que la mía. Te amo, te amo y jamás dejare de hacerlo, nunca.

— Lo se, mi amor.

Me levanto para poder ver su rostro, lo beso lenta y profundamente, intentando guardar cada momento, intentando memorizar más la forma de su cara, el azul de sus ojos, sus besos, sus labios.

— Siempre te voy a amar.

También es verdad, uno nunca olvida la promesas, ni el amor jurado, ni los sentimientos, menos cuando son tan fuertes y tan reales.

Nunca voy a dejar de amarlo y es una promesa, una que llevare siempre en el alma.

PromiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora