Promise

35. El peor día

Pase al menos una semana ignorando las llamadas y mensajes de Alexander y concentrándome de lleno en la pasarela. Solo sabía de él por Iz, que se convirtió en algo así como en una paloma mensajera durante nuestra pelea.

Era obvio que no planeaba pasarme la vida molesto con Alexander pero en este momento mis nervios estaban puestos en este paso importante en mi vida.

Dos días antes de la pasarela y específicamente mientras acomodaba los asientos reservados, vi el nombre de Alec y decidí que era el momento de hablar con él.

Marque el número y espere paciente mientras me sentaba delante del escenario. Observando cada luz, cada butaca, las gradas, todo. Era un sueño hecho realidad, pero no podía estar completamente feliz, no mientras no estuviera bien con la persona a la que amo.

—Magnus...

—Alexander...

Un silencio en la línea.

—Lo que dije no es verdad, no lo siento de ese modo. Estoy orgulloso de lo que haces y de que no te dieras por vencido con tus sueños, de que sigas adelante y quiero ser parte de eso. Quiero estar para ti en cada momento, quiero verte feliz y verte triunfar, porque te amo, y lo que más deseo para la persona que amo es felicidad.

—Yo también te amo Alec — Intento reprimir las lágrimas que sus palabras lograron crear — Más de lo que jamás ame a nadie. Lamento si algo de lo que dije te resulto ofensivo, pero solo dije lo que pensaba.

—Me resulto molesto porque es la verdad, y porque mientras el contrato no termine, no puedo abandonar esto.

—Lo sé.

— ¿Estamos bien?

—Siempre. ¿Vendrás a la pasarela?

—No me lo perdería por nada.

—Más te vale, que ya tengo reservado tu lugar.

—Es lo que esperaba. — Ambos reímos — Tengo que irme, nos vemos en dos días. Te amo.

—También te amo.

Y al fin me siento de nuevo yo.

******

Día de la pasarela.

Todo fue un maldito desastre.

Las cosas no salieron bien, nadie vino. Nadie.

Solo mis amigos y la familia de Alec, todo estaba vacío y ni el propio Alexander llego.

Llore en el camerino, mientras escuchaba las voces de los encargados, mientras escuchaba como se burlaban de mi trabajo y decían que incluso el teatro vacío era mejor que lo que yo había presentado.

Tal vez tenían razón.

Tenían que tenerla para que ni mi propio novio se presentara.

Ni una llamada, ni un mensaje, nada.

Solo una butaca vacía con su nombre.

Tome todas mis cosas y salí lo más rápido que pude de aquel lugar. Catarina me esperaba en la entrada.

—Cariño...

—No hoy Cat.

La esquivo y me dirijo al carro, abro la puerta y aviento todo dentro sin importar lo que sea.

—Magnus espera.

—No Cat. Soy un desastre. Tal vez debo hacer caso y dejar todo esto por la paz.

—No es verdad, eso estuvo fantástico.

Trata de abrazarme pero me sacudo de inmediato. No necesito eso, no ahora.

—Ni siquiera puedo pagar el lugar. Esto es increíble.

—Mags...

—No...— Entro al auto y arranco de inmediato. —Me voy a casa, a mi departamento, necesito estar solo, lejos de todos y en especial de Alec no necesito sus disculpas ahora.