17. Fin del invierno

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El final del invierno llego, la hermosa temporada donde la nieve cubre las calles de la ciudad con su blancura, donde el frío se cuela debajo de los abrigos y bufandas, la temporada donde la gente intenta ver lo mejor de la vida, donde todos intentan sonreír y mostrar lo mejor de sí mismos.

El invierno está apunte de irse abriendo paso a nuevas posibilidades junto con la primavera; en mi caso puede que el invierno termine pero me dejo cosas hermosas con las cuales seguiré las estaciones y cuidaré como si la vida se me fuera en eso.

Alec se adentro a mi vida de una forma que jamás creí posible, ocupo cada parte de mi ser, de mi alma y de mi corazón y se adueño de ellos como si fuera algo que estuviera buscando desde hace años.

Creo que yo hice lo mismo. La primera vez que lo vi en aquel restaurante no pensé ni de cerca volver a encontrarme con él, creí que solo sería un encuentro fugaz, pero sus ojos azules me persiguieron en mis sueños hasta que los encontré de nuevo y nuestra historia comenzó a escribirse.

Alec es un ser maravilloso, lleno de amor y sueños, humilde, amable y bondadoso. Me llena con cada una de sus cualidades con cada beso, mirada y cosa que hace por mi.

Cuando amanecemos acurrucados en su cama, mi espalda pegada a él,  escuchando los latidos de su corazón de forma rítmica, creando una melodía hermosa para mis oídos. Cuando el calor que emite me envuelve y me cubre del frío, es en ese momento cuando se que lo amo. Puede que aún no se lo diga pero eso no significa que no lo sienta, solo lo estoy guardando para el momento indicado. Pero lo amo, lo amo con todo mi corazón, como si fuera capas de hacer todo por el.

Alec esta sobre el escenario del café, con un saco negro y camisa, elegante a su forma. Toca las teclas del piano con tanta pasión y al mismo tiempo tanto cariño que no puedes distinguir la una de la otra, la gente escucha atenta, como si estuvieran hipnotizados, al igual que yo que estoy en el fondo del lugar recargado en una de las paredes viéndolo hacer lo que más ama y amándolo a él por ser tan sincero con esas pequeñas cosas.

Cuando cerramos el lugar y solo quedamos Alec y yo, nos arrinconamos en una esquina y me besa con tanto amor que creo sentir mi corazón latir más despacio, como si intentara gravar cada sensación y cada momento.

—Te quiero Magnus Bane, gracias por este invierno.
—Yo también te quiero Alec... más de lo que puedes imaginar.

Nos fundimos en un hermoso beso, uno de esos que se graban en el alma y que dan cierre a algo, en este caso... al invierno.

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