Un don puede ser una bendición tanto como una maldición...
Premoniciones, empatía psíquica, hablar y sentir personas que ya fallecieron, ¿es todo esto posible?... un grupo de jóvenes viven una etapa complicada al llevar consigo grandes dones incontr...
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El día siguiente dos chicos llegaron en un carro último modelo, el que se había tropezado con Melanie era el copiloto, y el que manejaba era su hermano, aparcaron en un puesto frente a la entrada del instituto.
—Deberías dejarme cocinar —.Opinó el chico mientras se quejaba haciendo reír al otro mientras soltaba las llaves de su auto.
—Hermano gánatelo, el día que aprendas a no incendiar la cocina, tú harás el desayuno —negaba con la cabeza y estiró su mano al asiento de atrás para agarrar su bolso.
—¿De que vale aprender de ti? Todo lo tuyo es basura orgánica —se quejaba mientras guardaba las llaves en su mochila.
—¿No usarás abrigo? —Este ignoró por completo su comentario.
—Yo amo el frío y...
El chico que había manejado se percató de algo que sintió, arrugó su entrecejo y volteó inmediatamente, miró por el vidrio del carro a dos rostros nuevos que reían del otro lado, seguía extrañado y sin girar aún su cuerpo que estaba sumergido en el asiento vehicular.
Su hermano, notó su expresión, ya la había visto antes, se conocían como la palma de sus manos, sabía a lo que se refería.
—¿Está abierta? —Dijo un poco firme y preocupado.
—No... pero—, entrecerró sus ojos para enfocar y dio una leve sonrisa —.Es como nosotros.
—Lo se, la sentí ayer. —Hizo una mueca de queja debido a su olvido —.Se me pasó decirte.
—Ella no lo sabe —.Decía como pensando en voz alta sin prestar atención a su hermano, se notaba curioso, colocó su mano en el vidrio tapando su vista hacia ella, como si anhelaba tocarla o deseaba transmitir algo. —Esa chica en una esponja, sus energías estallan.
—Hermano—, dijo de manera pasiva agresiva —.No la involucremos ¿okay? Debemos proteger está parte que nos rodea.
—Quiero verte. —Decía bajo su trance curioso aún viendo a través del cristal y hablándole como si ella pudiera oírlo.
Su hermano no soporto la ignorancia y lo sostuvo del rostro para atraer su atención a el.
—Escucha, mientras no sepa será mejor, no debemos ni acercarnos porque eso implica que Ellos la vean, sé que llama la atención, mucho, pero si esa chica cree que es invisible, entonces lo será. —El muchacho reprendido removió las manos por el volante mientras este ya estaba exasperado.
—Lo haré.
Él era como el hermano mayor a pesar de que su diferencia de edad era solo un año menos, pero ya había tomado esa batuta, sin embargo eran unidos.
Bajaron del auto aún sin despegar la mirada de esa chica, caminaron por el asfalto que estaba húmedo por la tormenta de la noche anterior, continuaron su camino a la entrada, donde Melanie se acercó sonriente junto a Stella al reconocer al sujeto de ojos azules con el que había hablado.
—¡Hola! —Saludó Melanie y él intentó esbozar una sonrisa —.Ayer no nos presentamos—, dio unos pasos y le extendió su mano —Soy Melanie, ¿tú cómo te llamas?
Él extendió su mano a lo que le respondió: —Soy Williams —una vez estrechada, la volvió a meter en su bolsillo.
—Ella es Stella. —dijo señalando a su amiga, y también se presentaron.
—Williams. —Repitió el mirando a la morena intensamente.
—Stell...
—¿Y? ¿Qué harás? —Dijo Melanie sonando amigable.
—Indagaré sobre cuando puedo ejecutar ese cambio de sección.
Derepente se acercó su hermano con ceño fruncido, era extraño ya que unos segundos atrás Williams le había dicho sobre no hacercarseles y justo hacía lo contrario.
Dio unos pasos cercanos a ellos ya que se había mantenido a distancia mientras veía la escena.
Melanie lo miró en menos de un segundo y rodó sus ojos a Williams, cosa que no tardó porque volvió hacia él rápidamente, corroborando que aquel sujeto no era un chico que pensó haber conocido pero si visto, y estaba realmente segura de eso.
Todo pareció transcurrir en cámara lenta en ese momento.
Sí, había soñado con él, desde hace un par de años en varias de sus revelaciones.
No se había percatado de su belleza estereotípica de él para ella, sin embargo lo miró sin disimulo y algo asustada, por más que solía pasar muchas veces nunca se acostumbra a ello, su corazón se aceleró y quedó en una especie de shock que no pudo controlar.
Pero dentro de ella sabía, sabía quién era él, aunque ahora solo se dejaba guiar por el temor y la confusión.
Él endureció su semblante y la estudió con determinación, su mirada solía ser pesada pero aquello no le afectó a Melanie lo más mínimo.
Él era un joven de facciones sutiles, si fueran muñecos a el lo habrían esculpido con delicadeza, sus ojos se perdían, parecía ser ajeno a él mismo, sus cejas un poco pobladas desviaban escudriñar sus ojos claros pero profundos, representantes de entender cualquier locura, y su barbilla partida lo hacían ver varonil.
—Melanie, Stella, él es mi hermano...
Williams ladeo su cabeza señalándolo y Melanie tragó en seco, hace mucho, ella había estado esperando por él.