20|Más allá.

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—Wi-Williams ¿qué haces aquí? —primera vez lo veía nervioso frente de su hermano.

—Le hacia un favor a un profesor—, mostró en su mano unos papeles y los miró incógnito, más que parecer molesto lucía preocupado —¿Tu qué haces acá Eiden? —y luego miró a Melanie con algo de lágrimas en su rostro.

—¿Yo? Em... vine al baño —,pero lo interrumpió Melanie al ver que necesitaba ayuda.

—Y luego me vio llorando y corrí a abrazar al primero que conociera, no es nada, problemas familiares —dijo Melanie haciéndose la víctima para convencer a Williams.

—¿Y estás bien? —le preguntó Williams que se había tragado la historia.

—Si, supongo, voy a regresar a clases, y gracias Eiden por aparecer.

—Ah, no, no hay de que... también voy al salón.

Williams se dirigió a otra aula y cuando ellos estaban a punto de entrar Eiden se colocó de frente interrumpiendo su paso.

—Gracias. —Le dijo por haberle ahorrado un enrollo con Williams.

—No sabes mentir —.Le Indicó Melanie.

—Y tú no sabes ocultar lo que sientes, ¿me dirás que tienes? —inclinó su rostro para mirarla con cariño y preocupación.

—Nada.

—Nada no es un sentimiento.

—Me enteré de algo que no me agradó —,bajó su rostro y negó con la cabeza.

—Puedes contarme, con gusto te puedo ayudar.

—Hay que entrar. —Tocó la puerta y el profesor de artes abrió.

—Vaya, vaya, ¿por que entran a esta hora? —dijo el profesor que interrumpía su clase y todos observaban.

—Estuve en el baño, lo lamento —dijo bajo Mel y él le indicó con su cabeza en dirección a los puestos, ella se sentó.

Stella le cuestionó con una mirada fugaz que había pasado, pero ya tendría tiempo de explicarle porque estaba con Eiden, por ahora solo quería evitar el tema.

—¿Y usted? —quedo Eiden parado y el profesor sosteniendo su barbilla

—Me distraje, lo siento.

—¿Se distrajo? —analizó unos segundos —Bueno por la tardanza de ambos serán los primeros que me entreguen sus deberes —.Extendió su mano para recibir los cuadernos y Melanie apresurada fue a llevarlo pero Eiden seguía allí inmutado —¿Tu cuaderno Eiden?

—No lo hice.

El profesor pareció dar un respiro, no le gustaba ser exigente con los alumnos pero le molestaba su incumplimiento.

—¿Se puede saber por qué?

—No necesito investigarlo, ya me se todos los significados de los colores.

—¿Todos de cada uno? —Dijo el profesor asombrado, colocó el cuaderno en el escritorio y Eiden asintió —¿Cómo es que se los sabe?

—Me intriga la psicólogia.

—¿Qué representa el amarillo? —dijo el profesor dispuesto a comenzar un debate.

—Es un color caluroso, a pesar de que causa fatiga ocular, representa energía y felicidad —.Lo dijo como aburrido y redactado caletre.

—¿Qué pasaría si quiero usar ese color para hacer dibujos en algún sitio público?

—No es recomendado en los centros pediatricos, está comprobado que es un color que hace llorar a los bebes —.Ahora hablaba con seguridad.

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