26|Surrealista.

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Había una noche muy oscura, no se notaban estrellas o nubes, tal vez porque estas estaban bajas, en una neblina que desataba frío, un excelso de árboles alrededor, Melanie estaba perdida, desesperada, miraba a todos lados aunque no miraba nada, so...

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Había una noche muy oscura, no se notaban estrellas o nubes, tal vez porque estas estaban bajas, en una neblina que desataba frío, un excelso de árboles alrededor, Melanie estaba perdida, desesperada, miraba a todos lados aunque no miraba nada, sombras que manchaban la adaptación de la vista, un silencio que solo llenaban sus mismas respiraciones agitadas, ella iba tras de algo, pero no sabía que, a punto del colapso y de llorar, sintió algo próximo, en sus entrañas, en la palma de sus manos, en el cosquilleo de sus pies...

Un ruido estridente penetro en sus oídos, un despertador, se giró dentro de sus sábanas, y destapó su cabeza, arrugó su mirada al sentir la luz que atravesaba la ventana, recordó que ella no tenía despertador, ¿cómo había llegado el de su madre hasta allí?
Miró a la mesita de noche y pronto cayó de un manotazo el ruido del reloj, observó una nota cerca de este.

«Hoy tuve que salir temprano, el dinero de allí es para que agarres un taxi, te amo.
Pd: te hice pancakes con miel como te gustan, están arriba de la cocina, buen provecho, nos vemos en el almuerzo

Le pareció gracioso que haya escrito todo en una nota, y no le haya escrito al teléfono, luego recordó la nota de Eiden y también le pareció tierno.

Esa mañana decidió ahorrarse el dinero y salir caminando de su casa, ya había recorrido la vía con Matt, no sería problema e igual no era tan lejos.

Metía sus manos en los bolsillos de su suéter mientras trataba de memorizar una fórmula de matemática en su cabeza, recordó nuevamente a Eiden diciéndole ser su profesor, no sabía porque había despertado aquella mañana con él en sus recuerdos, pero lo mantenía en su mente.

Al pasar por el parque notó algo que la dejo perpleja y firme.

Sus músculos se tensaron de asombro y quedó sorprendida al mirar a personas del otro lado de la cerca, que estaba entre juntada, ya no había candado, ni cadenas, estaba abierto y había un grupo de tres a una lejanía vestidos completamente de blanc...

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Sus músculos se tensaron de asombro y quedó sorprendida al mirar a personas del otro lado de la cerca, que estaba entre juntada, ya no había candado, ni cadenas, estaba abierto y había un grupo de tres a una lejanía vestidos completamente de blanco, santeros o bacalaos, por su manera de vestir, no sabía con exactitud, pero le dio curiosidad y algo atrajo su mirada a aquellas personas ya que arrojaron algo cerca del arrollo de agua que pasaba por ahí, a lo lejos en la laguna de ese parque.

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