44|Parte uno: Asedio.

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Las chicas caminaban por los pasillos, hablando como de costumbre, en dirección a sus aulas de clases.

—...luego soñé que el profesor Carl iba a ser padre. —Dijo Melanie.

—No me imagino a alguien como Carl con vida amorosa. —Bromeó Stella.

—Supongo que debe tener familia.

—Pues yo lo dudo.

—Bueno pero fue lo único interesante en mi noche, no conciliaba el sueño luego de eso.

—Te recomiendo tomar un té relajante, ya que se te están empezando a marcar las ojeras allí abajo —.Señaló con su mentón la cara pálida de la chica. Refiriéndose a su color gris debajo de sus ojos.

Melanie soltó un respiro antes de pasar la puerta del salón, aún sentía tensión por el mal rato que le hizo pasar el profesor al colocarle una baja calificación y tener que ver a Eiden, ella solo esperaba que ese día no estuviera distante, después de todo entendía su razón de ser.

La clase había comenzado y el único puesto vacío era a su lado, el de Eiden.

Al concluir media hora de charlas sobre los virus llamaron a la puerta, era Eiden con la coordinadora a su lado.

Hablaron unas cosas bajas y el profesor asintió, le dio paso al alumno y él llego callado como de costumbre hasta sentarse en su lugar. A veces parecía un títere vacío siendo movido por alguien más por sus desganados movimientos.

Melanie había pensado en que excusa habría sido tan perfecta para que el docente Carl dejara entrar a Eiden, ya que una vez en clases no dejaba pasar ni al mismísimo presidente.

Luego de sentarse y sacar rápidamente el cuaderno miró de reojo a Melanie pero se dispuso a escribir, al igual que ella.

La concentración a las palabras del profesor se le habían hecho impenetrables a la mente de la chica, una vez Eiden a su lado descolocaba sus sentidos, y toda su atención la atraía a él, no podía evitar no pensar miles de cosas, el simplemente no dijo una palabra y ella seguía torturando su mente en descifrar sus estados anímicos.

Eiden le acercó su cuaderno y ella extrañada miró, el le señaló con el dedo la esquina de la hoja:

"¿Podemos hablar al finalizar la clase?"

Una vez leída, sintió emoción dentro de ella pero luego se opaco, ¿y si no eran buenas noticias?

Al dar culminación los alumnos se dirigieron al escritorio a dejar los trabajos asignados, Melanie siempre era lenta a la hora de guardar las cosas en su bolso, pero esta vez estaba buscando el trabajo, empezó con calma pero al no verlo empezó a darle vueltas a su bolso y a tantear todo, lo levantó mirando el pupitre hasta que Eiden recogió debajo de este -en el pequeño estante- el trabajo.

—¿Buscas esto? —se lo extendió y ella se alivió.

—Gracias, creí que lo había dejado. —Dijo poniendo la mano en su cabeza y se dirigió a llevarlo. Se había esforzado el doble en este ensayo para tachar el historial de mediocre en el anterior.

Ya quedando solo ellos de último, Melanie no puedo evitar no oír una llamada del profesor, había deliberadamente contestado ya que todo había terminado.

—¿Hey ya te dijeron si es niña o niño... estás entrando?, quisiera estar ahí —.Se oía completamente nervioso y ansioso —.Si si, igual lo querremos... si, lo sé —respondía como si lo regañaban y calmaban al otro lado de la línea, a Melanie le causó risa imaginar un escenario como ese —.Okay, estoy al pendiente, te amo...

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