Un don puede ser una bendición tanto como una maldición...
Premoniciones, empatía psíquica, hablar y sentir personas que ya fallecieron, ¿es todo esto posible?... un grupo de jóvenes viven una etapa complicada al llevar consigo grandes dones incontr...
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Las horas siguientes en su mayoría seguían durmiendo, pero los ruidos de Matt y Franco desde la cocina los hacían levantarse a todos de sus sueños. Con una música agradable -pero no en el mejor momento- comenzaron a abrir los ojos, pues el sonido se escuchaba en cada rincón de la casa.
Karen se removía en queja desde una cama y se levantó sin quedarle más opción, observó en otra a su primo Francisco dormido profundamente. Envidiándolo por no tener un sueño como el de ella. Liviano.
Bajó las escaleras con un moño desprolijo en su cabeza y ropa ligera, y desde el último escalón gritó a la cocina.
—¡Hey! ¿Qué acaso no descansan? —habló Karen y los chicos voltearon feliz de verla.
El día se mostraba por las ventanas y era tanta la iluminación que inspiraba calor y un deseo de necesitar agua para calmar la sed.
—No, pasamos una velada genial. —Dijo Franco aún lleno de regocijo.
—¡Buenos días Karen! Que linda estás —Matt se aproximó a darle un abrazo, un poco incómodo para ella, ya que apenas asimilaba estar despierta.
—Estarán cansados durante el día —dijo Karen sonando cómo madre responsable.
—Ya verás que no —dijo con desafío Franco quien hacía el desayuno pero parecía un poco ajetreado por las cantidades que tenía que hacer, así que Karen sin quedarle más remedio lo ayudó.
Matt corrió escaleras arriba y comenzó a tocar puerta por puerta en el pasillo de las recámaras. Se le había ocurrido la idea de ser el gallo despertador de las fincas.
—¡LEVÁNTENSE! ¡VAMOS! ¡AQUÍ NO SE VINO A DORMIR!
Cuando fue a la puerta de la habitación de Logan y Briana comenzó a tocar con sus nudillos insistentes y Logan la abrió, dejándolo con la mano en el aire.
—Detente ya por favor, eres tormentoso —se quejó Logan y Matt miró detrás de él a Briana con una cara de pocos amigos.
—Hola Briana —dijo risueño, ignorando toda molestia dicha por Logan.
Matt siguió tocando otras puertas y gritando —¡EL DESAYUNO ESTÁ SERVIDO! ¡VAMOS! ¡DESPIERTEN!
Y cuando se dirigió a la última puerta que era de la habitación de Eiden, Logan abrió desde una parte del pasillo.
—¡Hey! —le dijo y Matt giró su cara ante el llamado.
De la nada una almohada le cayó en la cara y Logan se rió triunfante. —Ya vamos, deja los escándalos —cerró de nuevo.
Williams y Stella sonreían sin parar escuchando el espectáculo que ocurría afuera, se habían despertado hace un rato pero estaban disfrutando de la estancia de ambos bajo las sabanas.