Eran las 3:00 de la madrugada, aún el cielo estaba oscuro y la habitación de Eiden era levemente iluminada por la luz del pasillo de afuera que pasaba a través de la puerta abierta.
Williams seguía parado ahí mirándolo con preocupación, Eiden se calmó al darse cuenta de que estaba de regreso a la realidad, y que no tenía al cadaver de Mel a su lado.
Respiró con tranquilidad y se sentó en la cama apoyado del espaldar de esta, su hermano seguía observando cada movimiento y luego pareció rendirse, se sentó en un pequeño espacio de la cama mirando el piso, estaba pensando que decir, quería las palabras adecuadas para no herir a su hermano, él siempre decía las cosas sin pensar y por esas razones dañaba las relaciones con sus seres queridos, así que esta vez habló pausada, baja y cautelosamente.
—Eiden... ¿no quieres volver a ver a la doctora Alicia?
Y él que parecía estar perdido, lo miro al oír aquel nombre.
La doctora Alicia había tratado la depresión de Eiden después de la muerte de su prima Emili, Williams sabía que aunque después del incidente Eiden cambió, no necesitaba más terapia, era fuerte y lo había demostrado después de mejorar, aunque ya no solía sonreír como en aquel entonces, pero no lo juzgaba, incluso él había cambiado, pero decidió decirle al ver que Eiden se hundía en este mes, y peor que eso, no daba señales de que no estaba bien. Lo que lo hizo pensar que tal vez debía volver a buscar ayuda profesional.
—Solo son pesadillas Williams, no me están afectando la vida diaria.
—¿Y por qué siempre las tienes?
—No lo sé. —Lo miró serio pero en sus ojos pedía ayuda, él no quería seguir así, quería descansar y esos sueños solo arruinaban su paz mental, y aunque lo negó, su vida diaria.
—¿Está relacionado con Emili? —preguntó Williams comprensible.
—Está relacionado con el miedo de que vuelva a pasar.
—No será así Eiden, créeme.
—No sabes que horrible es ver ese escenario, verla tirada, verte muerto, verla muerta, y querer morir por eso—, dijo Eiden frustrado, abrazo sus piernas y se tapó el rostro, hablaba bajo pero desesperado por vivir en una pesadilla —.No quiero que muera Williams, la quiero demasiado.
Williams no había comprendido, pensó que hablaba de Emili y luego supo que era de Melanie, sabía que aún estaba en shock y que el sueño lo había sentido real.
—Eiden mírame—, agarró su rostro y lo tocó para que reaccionara—, mírame, estoy vivo, estoy bien, Melanie está bien, todos estamos bien —.Le habló y aunque se sintió débil al ver derrotado a su hermano no dejo de ser firme.
—¿Y si es una revelación Will?
—No lo será, no pasará nada.
Williams trataba de calmarlo pero sintió una punzada en su pecho de miedo, ¿y si era una visión? Rondó en su cabeza una y otra vez, ¿él podía correr peligro? ¿Melanie también?
—¿Por qué estás despierto? —le preguntó Eiden, y dejaron de hablar de ese tema para aliviar la tensión.
—Me desperté, supongo que por la noche agitada que tuve, salí a tomar agua y miré tu puerta abierta, cuando la iba a cerrar te vi moviéndote y...
Mientras Williams hablaba sus ojos iban paseando por la habitación de Eiden pero se detuvo al mirar el reloj, y arrugó su entrecejo, Eiden miró aquel gesto y siguió su mirada. Algo no andaba bien.
El reloj marcaba las 3:12 de la madrugada pero no corrían los segundos, se había detenido, ambos se miraron asombrados y Williams se levantó a tomar el reloj en sus manos, luego se fijó en él con algo en su mirada que gritaba.
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SON EXTRAORDINARIOS
Детектив / ТриллерUn don puede ser una bendición tanto como una maldición... Premoniciones, empatía psíquica, hablar y sentir personas que ya fallecieron, ¿es todo esto posible?... un grupo de jóvenes viven una etapa complicada al llevar consigo grandes dones incontr...