SON EXTRAORDINARIOS

45|Infestación & Opresión.

—Ten cuidado...

—Deja ya de preocuparte Williams, todo está en orden. —Ordenó Stella desde una moto.

—Si, que me digas que todo está en orden es lo que más me preocupa—, dijo nervioso y ella levantó su mirada al creer que ese chico estaba de la mano de lo hipérbole—. Aceleras cuando te diga —.Williams retiró poco a poco la mano del volante y dejo a Stella proseguir.

—Nací para esto —mencionó lista y decidida, ya había acomodado su casco y arrancó sonando el motor.

—¡No te dije que aceleres! —dijo Williams asustado pero Stella sonreía mientras andaba en la moto, el joven se llevó su mano a la cabeza pero al ver lo bien que la manejaba arrugó su entrecejo.
—No inventes —dijo con una sonrisa al ver que lo dominaba por completo, la chica regresaba después de dar la vuelta en el campo de tierra marcado por anteriores pasos de rueda y al llegar con estilo y como si era experta él quedo boca abierta.

—¿Qué? —sonrió Stella.

—¿Cómo es qué... espera, ya sabías? —decía impresionado.

—Te dije que no te preocuparas.

Stella y Williams habían pasado la noche hablando y contándose miles de cosas, luego de Will declarar su amor se volvieron un poco más unidos, había una armonía entre ellos y fuera de eso seguían siendo amigos.

Williams tenía una moto que debido a la preocupación de su madre la había dejado varada, al mencionárselo a su chica esta se emocionó y habían quedado en que él le enseñaría. Lo que no sabía es que Stella ya había aprendido y solo quería pasar tiempo con él, después de ver el gran manejo sobre el vehículo el chico no hizo más que sonreír, ella sabía cómo impresionarlo cada vez más.

—Eres una cajita de sorpresas —opinó Williams mientras le sonreía con picardía. Ella asintió y bebió de su agua.

El móvil de Williams comenzó a vibrar en su bolsillo y cuando lo sostuvo miró la llamada entrante de Eiden.

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—¡Hola hermano!

—Williams... —definitivamente no se oía bien, él lo supo, como cuando sientes a un gemelo, era un lazo familiar que vinculaba su sangre y quizá sus sentimientos más allá de su don.

—¿Qué sucede? —Dijo atento pero no respondió —.¿Estás bien? —preguntó aferrando su teléfono a él como si de eso dependiera el que pudiera sacar a flote sus palabras.

—Es... Melanie —se oía quebrantado.

—¿Qué le pasó? —dijo y miró a Stella que estaba frente de él, queriendo saber que decía por el cambio en su actitud.

—Nada, no pasará nada, son ellos, la descubrieron—, se escuchó un qué de sorpresa al otro lado—. Williams en cinco minutos te quiero ver en la casa, voy a buscar a Melanie para hablar sobre esto.
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Una vez dicho esto se apresuró a irse a casa.

—Debemos irnos.

Stella estaba sorprendida, no sabía que le había dicho Eiden, Williams para llegar más rápido optó por ir en la moto, le estaba colocando el casco que se había quitado y apresurado agarró el de él.

—¿Pasó algo? —Averiguó bajo.

—Cuando lleguemos te explico todo.

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Melanie había asistido a clases, luego de eso cuido a Alain que había regresado de la playa al pasar unos días afuera con su familia, estaba en su cuarto escuchando música alta para tratar de hacer sus deberes y no dormirse en el intento.