El sonido estruendoso de la campana dio culminada la clase de Carl, todos los alumnos se dispersaron para salir y Melanie que estaba adelante miró al profesor entregarle su prueba. Había mejorado.
—Felicidades —había comentado Eiden quien sin pedir permiso miro a la hoja de Mel —¿Lo celebramos con chocolate caliente esta noche?
Ella sonrió y asintió.
—Germanotta —.Le llamó el profesor un poco ansioso —Espere un momento.Eiden le hizo una seña de que la esperaría afuera y una vez que salieron todos del aula ella espero paciente a lo que dijera el docente.
—Quería felicitarte por mejorar en tu ensayo, valoro el esfuerzo.
—Muchas gracias profesor. —Le dijo amablemente.
Carl parecía tener una batalla mental pensando si decir algo o no.
—He recibido los resultados, del bebé...
—Oh, ¿y cómo salió todo? —preguntó Melanie curiosa y extrañada.
—¡Es un varón! —dijo y aunque trato de mantener postura, se notó efusivo, la alegría que se desbordaba en las comisuras de labios elevadas y el brillo único en sus ojos —Tuviste razón —finalizó contento.
—Wao, ya debería acostumbrarme a esto de adivinar cosas. —Dijo riendo un poco nerviosa Melanie.
—Es la mente, la evolución, y milagros revelados. —Dijo pensativo, le pareció grandioso, y no pudo evitar no comentarle.
—¿Es usted profesor de biología? —preguntó en broma Melanie por parecerle extraño su manera de hablar.
—Creacionista, solo que mi contenido se basa en evolución. —Le hizo un guiño y ella asintió.
Una vez terminada su amigable platica salió al cafetín con Eiden, jamás habría imaginado que se llevaría bien con el profesor más estricto de la institución, aquel que parecía ser un robot, le había tocado su lado más humano.
Terminadas todas sus clases se dirigió a su casa, un poco agotada por el día, arrojó su bolso al sofá y más atrás el gran suéter contra el frío que cargaba, se sacó sus zapatos con ayuda de sus pies y los dejo ahí a un lado cerca de la puerta, caminó a la cocina mientras se hacía una coleta alta en sus cabellos rubios y calentó el almuerzo, subió las escaleras para su habitación.
Una vez abierta la puerta dio un pequeño sobresalto al notar todo su cuarto hecho un desastre.
Las gavetas estaban abiertas, las sabanas en el piso, la Foto de su mesa de noche estaba boca abajo, y los libros parecían esparcidos en todo el piso.
Se llevó la mano al pecho, supuso que su mamá había hecho todo eso, ¿pero por qué no lo había arreglado?
Estaba extrañada, y después de asimilar el desastre respiró agotada de pensar en todo lo que debía acomodar.Se puso en marcha al terminar de almorzar pero no concluyó ya que había llegado Alain para ser atendido y cuidado.
Más tarde ese día estaba terminando sus deberes para desocuparse en la noche cuando llegó su mamá a la casa.
Saludo a su hija y subió a su recámara a tomarse una larga ducha, cuando pasó por el pasillo y miró la puerta de la habitación de Melanie y junto con eso, todo el desastre ocasionado de manera misteriosa.
—¡Hija! —Le gritó desde la parte de arriba.
—¿Si? —gritó Mel desde la cocina metida en su computadora.
—¡Cuando acabes ordena tu cuarto, o no irás a casa de tus amigos!
—¡¿Qué?! —inmediatamente salió corriendo hasta arriba, y entrar a la habitación de su mamá, la miró esperando a que repitiera lo dicho.

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SON EXTRAORDINARIOS
Bí ẩn / Giật gânUn don puede ser una bendición tanto como una maldición... Premoniciones, empatía psíquica, hablar y sentir personas que ya fallecieron, ¿es todo esto posible?... un grupo de jóvenes viven una etapa complicada al llevar consigo grandes dones incontr...