42|Eran iguales.

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La iglesia tenía grandes luces que encandilaban la vista, estaban encendidas por la falta de luz a las afueras, por los mosaicos de vidrios que tenían imágenes en las ventanas caía el agua y se oían las gotas que chocaban en el alto techo, hacía f...

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La iglesia tenía grandes luces que encandilaban la vista, estaban encendidas por la falta de luz a las afueras, por los mosaicos de vidrios que tenían imágenes en las ventanas caía el agua y se oían las gotas que chocaban en el alto techo, hacía frío a causa del clima, pasaba un viento helado en las puertas abiertas y habían muchas personas como en un domingo.

La familia Thorne estaba vestida de traje, ese día había una misa para el recuerdo de seres amados perdidos, la madre de los chicos estaba con su hermana, la madre de Emili, el padre iba diciendo oraciones y nombrando a las personas que habían pasado a una mejor vida.

Eiden estaba sentado mirando al vacío perdido en el espacio, había como desaparecido y solo su cuerpo se encontraba presente, estando fuera de sí.
La última vez que había visitado esa iglesia había sido en ese funeral, el de su prima, sus ojos decaídos estaban cristalizados y rojos, ardían.

Al pasar el rato sin prestar atención alguna escuchó en una lejanía algo romperse, como si un porrón de vidrio se había caído en algún lado, esto lo hizo caer en la realidad y fue cuando apartó la vista de donde la tenía, como si lo sacaron de lo más recóndito de su mente, fue entonces cuando penetro en sus oídos el ruido del padre hablando por el micrófono, ya que tan hundido en él no asimilaba palabras o movimientos, había creado una barrera y se dejaba absorber por el panorama, extrañado por ese sonido miró a los lados para ver si había alguien más que captó aquello pero todos parecían no haberlo escuchado, nadie giró su rostro en busca de donde había provenido aquel ruido de vidrios estrellándose contra el piso, sólo el lo había sentido ¿sería parte de su imaginación?

El padre recitó el nombre de la hoja «Emili Thorne »... y Eiden volvió su vista a él, escuchó las palabras que dijo y luego se oyó un «amén» de parte de las personas, pero el joven seguía confundido, no estaba literalmente presente y se sentía extraño, volvió su vista a otro lado y miró un agua escurrirse de una de las entradas en arco que habían, sí se había roto algo, pero parece que nadie lo notó, frunció el ceño y dió una mirada rápida al padre y al monaguillo, luego volvió a mirar la alfombra pero ya no había nada.
¿Era su mente nuevamente?

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