[06] "No es fácil ser una perra"

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La semana siguió y ya era miércoles.

Me había encontré con Gerard un par de veces saliendo de mi casa, pero no me saludó. Ni una vez. O al menos ni una vez que yo lo viera. Me sentí algo enfadado al respecto, ¿Pero por qué? Se suponía que todo este tiempo era lo que quería, que me dejara en paz. Parecía que lo había logrado, pero no me sentía completo con aquello. 

—¿Sabes qué odio? —preguntó Mikey. Íbamos saliendo del trabajo, gracias al cielo.

—¿Qué cosa? —no pude evitar reír por la actitud tan infantil de Mikey. También estaba agradecido de que fuera mi amigo, no entendía como Gerard era su hermano, si ambos no se parecían en ningún aspecto.

—Trabajar —bufó.

—Yo también —susurré lo suficientemente alto para que pudiera oírme—. Pero como sea, no puedo esperar para que nos den algunos días, o esas vacaciones de un par de semanas. El dinero que gano no tarda en irse, debería mudarme para rentar en un lugar más pequeño —mencioné,

Mikey solamente asintió con la cabeza. Quizás debería ser como Mikey y casarme. Casarme sería mejor idea, así podría dividirme los gastos con alguien, pero no había con quién.

—¿Tu casa es rentada? —preguntó.

—Ya te había dicho —contesté.

—La de mi hermano no —dijo. Me ardió un poco el cuerpo, porque lo mencionó una vez más, ni siquiera había por qué hacerlo.

Al parecer nadie entendía que no quería saber nada de él, ni siquiera que lo mencionaran, porque nada que tuviera que ver con él me importaba

—Oye, ¿qué tal las cosas con él? —preguntó, viéndose interesado.

—¿Con él? —fruncí un poco el ceño, pero automáticamente dejé de hacerlo. Me saldrían tantas arrugas después—. Nada —tampoco era como si le fuera a decir que le cerré la puerta en la cara, sin dejarlo hablar—. No he hablado con él.

Mikey asintió otra vez, rendido al ver que no tenía intenciones de decir nada más.

—Sé lo que hizo —empezó a hablar tratando de convencerme—. O, bueno... Sé lo que crees que hizo, pero —torció algo la boca—. De verdad deberían arreglar las cosas, no creo que Gerard no haya intentado hablar contigo en todos estos días, lo conozco —se pausó un momento—. Y a ti también te conozco —parecía como si hubiera pillado todo lo que había hecho—. De verdad —repitió.

Sí, todo eso ya me lo había dicho Cara, gracias.

—Sí —no me quedó nada más que contestar.

Hablar con Gerard parecía un noventa y nueve porciento forzado y el otro uno por ciento era por mi voluntad. Mis alrededores estaban más preocupados por mi relación con él que yo mismo. Eso no me gustaba.

—¿Ya fueron por los trajes? —volvió a hablar después de un rato, maldecía de que fuera un tema que siguiera conectado con el pelirrojo.

—No.

—Ah —suspiró. No sé si eso había sido otra indirecta de su parte. Algo como, 'Vamos, Frank. Hablen, pasen un rato juntos. Le cerraste la puerta en la cara, te robó tu novia, arréglenlo y sean amigos' —. No lo estés pensando demasiado, Frank, tratar con Gerard no es difícil.

Aunque parecía leer mi mente, no me gustaba que me estuviera insistiendo con hablar con él. Si no quería ser su amigo, era mí decisión. No de él y ni de nadie más.

—Mikey, de verdad —ahí iba yo, queriendo no sonar grosero y haciendo todo lo contrario—. Deja de tratar de convencerme. No me importa la relación que tenga con él, de verdad. No es por nada, pero no puedes obligarme a hacerme amigo de él. Solamente haré el puto favor porque tú me lo pediste, no para estar con él. Solamente quiero que entiendas que no puedo superarlo, lo sé, pero no harán nada al respecto para que cambie de parecer, ¿está bien? —le miré a los ojos.

Con suerte no levanté tanto la voz, o eso creí, porque de todas maneras, Mikey si se vio sorprendido por mi actitud, su cara mostraba un poco de susto y levantó los hombros cuando empecé a hablar.

—Así que, sí no soy amigo de él, eso no te debe importar a ti, ni a Cara, ni a nadie. Es mi decisión. Te pido que dejes ese tema a un lado. Soy un adulto, sé que hacer ¿Sí, Mikey? No necesito que me lo repitas—al fin parecí terminar, porque una parte de mí me dijo que ya era demasiado.

Muy bien, le había gritado a Mikey y él no contestó nada, cosa que me hizo sentir aún peor. 

Me tallé rápido la cara. Estaba cansado. Era evidente que no estaba bien emocionalmente desde que me había lavado el cerebro con el asunto de Cece y ahora sacar todos los hechos a la luz no me estaba dejando mejor.

—Adiós, Mikey —agité algo rápido la cabeza, ahora enojado pero más que nada conmigo mismo y me fui a casa. No estaba haciendo más que arruinar las cosas.

¿Hace cuanto que no tomaba café? Creo que hace como seis horas.

Y nada, llegué a mi casa y no hablé con Cara en ningún momento, creo que esa fue una de las mejores decisiones que he hecho esta última semana.

¿Por qué era así? Le había gritado a Mikey.

Maldita sea.

Llevaba un tiempo viendo la televisión, aunque no podría decir realmente 'viendo' porque, mi mente estaba en otro lugar muy ocupada pensando de más, como... ¿Debería ir con Gerard? Todo me tenía de los nervios. Todo el tema que tuviera que ver con Cece me tenía de los nervios. Quizás era mejor acabar con todo de una vez, ¿No? Podía pararme y cruzar la calle, tocar el timbre de la casa de Gerard y... ¿Y si me cerraba la puerta igual?

Maldita sea.

Maldita sea.

No pudiendo con la culpa más, con la tele de fondo a un volumen considerablemente alto, con la esperanza de que callaran mis pensamientos, me levanté y la apagué con inseguridad.

Tendría que ir.

Mikey parecía no mentir al respecto de su hermano, pero es que de algo estaba seguro y era que él siempre quería lo mejor para mí y yo me alteraba, gritándole. No podía más. Eso de actuar de mala manera y andar con ello en mi cabeza no era lo mío. No después de unos días.

Pero, ¿Por qué no hablaba con Cece antes de todo? Podía haberle preguntado a ella desde hace bastante tiempo, pero no lo hice. Siento que era mucho mejor buscarla a ella y que me diera su versión de la historia, que era la que me interesaba, no la del vecino.

Sin querer darle mucho rodeo a esa parte, me puse un suéter antes de salir, y cuando puse mi mano en la perilla de mi puerta, sentí mi estómago dar vueltas. 

¿Estaba nervioso? Lo último que necesitaba. ¿Por qué lo estaba? Quizás por el miedo de arruinar todo de nuevo. Vamos Frank, sólo van a hablar, nada de golpes, gritos. A hablar.

¿Y si nos dábamos golpes? Como sea, hasta eso Gerard no parecía alguien que fuera a darte un golpe o no al menos uno muy fuerte.

Abrí la puerta, dejándome de cualquier otra estupidez y entonces vi a Gerard. Estaba ahí, del lado de mi casa, parecía tener todas las intenciones de volver a tocar, pero al parecer abrí la puerta antes.

Bueno...

—¿Gerard? —pregunté. Hablé yo primero, no lo podía creer ni yo. Necesitaba autocontrolarme, porque así como pude iniciar la conversación, podía terminarla mal.

—Ah, hola, Frank —se miró un poco nervioso, pero luego metió sus manos en los bolsillos, tomó algo de aire y pareció calmarse—. Sólo quiero decirte que está bien que no quieras hablar conmigo, no te obligo ni nada, no vengo por eso. Solamente venía a... preguntarte cuándo querías ir a comprar los trajes.

—¿Sabes? —entrecerré los ojos—. Quizás hablar esté bien. Lo estuve pensando y..., quizás sí —ignoré su propuesta de los trajes—. Podemos hablar.

—¿De verdad? —no quise creer que esas palabras salieron con cierto tono de emoción, pero al parecer así fue—. Pues, está bien —sonrió.

No quise sonreír de vuelta pero me fue inevitable.

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OLA

Perdón x existir aaaa, well, los amOoo, perdón x todo los amo los amo los amo feliz fin de semanA y pues perdón una vez mas no se porq

Los amo<3

Be nice or go away. [Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora