[36] "Corazón grande"

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 Sentía mi corazón grande. Demasiado grande para mi cuerpo. 

Quise culpar al maldito ácido que había consumido hacía un par de horas, pero no era solamente por eso. Me sentía lleno de un peculiar sentimiento. No sé que era, si paz o armonía entre mi mismo, ya que estaba dándole una tregua a mi embrollo de sentimientos que sentía en los últimos días. No lo sé, pero se sintió bien, me sentía bien. Me sentía tranquilo.

Cece se había bajado del carro hace quizás unos cuarenta minutos y yo seguía como tonto sentado, en la parte trasera, sin moverme. Estoy seguro que no me había movido ni un milimetro desde que me di cuenta que estaba teniendo alucinaciones.

Estaba teniendo alucinaciones con Gerard. ¿Tan extremista era mi cerebro? Me había sorprendido a mí mismo. Ya no tenía nada más que dudar, después de todo Cece no parecía volver a querer buscarme.

Entonces era cierto, que estaba destinado a estar con Gerard, o algo así.

Me había dado cuenta que el destino me quitaba las personas del camino, sin importar qué tan fuerte fuera la situación, al parecer así es la única manera en la que pude entender qué carajo me sucedía. Fue de la única manera en la que pude entender que me gustaba Gerard, y que me gustaba mucho, al grado de no poder controlarlo. Al grado de que perdí una amistad, al grado que perdí lo consideraba mi novia y también perdí la cordura.

¿Todo para qué? Para que me diera cuenta. Para que me diera cuenta después de tragarme un cuadro de ácido, para sentir la verdadera armonía dentro de mí después de tocar fondo. Para quedarme como un inútil en la parte trasera de mi carro, viendo como los sillones se movían y brillaban, al igual que los árboles que estaban en el exterior junto con el cielo.

Nunca en mi vida volvería a tocar un cuadro de esos.

[...]

No tenía idea con quién hablar.

Me dolía la cabeza de los malditos viajes que había tenido el día de ayer con esa cosa, sentía que mis ojeras habían aumentado e incluso sentía que las cosas todavía se movían, pero sólo era cuestión de segundos para fijar mi vista y darme cuenta de que no, nada se movía. Todo estaba tieso, quieto, con sus colores nada saturados y opacos. Nada psicodélico.

Sentía la boca seca.

Me desperté en mi cuarto, con las cobijas encima. No tuve idea cómo es que había llegado hasta mi casa, ni siquiera recordaba haber encendido el carro en algún momento o haber caminado hasta mi casa. Me dediqué a asomarme por la ventana de mi cocina y mi carro sí estaba estacionado ahí.

También el carro de Gerard, en frente de mi casa. (Quién sabe desde cuándo tenía su carro sacado del mecánico, apenas me di cuenta que estaba ahí). Sentí mi estómago subir y bajar nuevamente, solamente con mirar el carro. Me puse nervioso.

¿Cómo no iba a ponerme nervioso? Todo éste tiempo había estado pensando en Gerard. Había estado hecho una mierda literal, incluso estuve un par de minutos cambiando el cuerpo de Cece por el de Gerard. Había enloquecido.

No sabía en qué momento pasé de tener un sueño donde nos besábamos a imaginarme que estaba con él a piel viva apunto de tener sexo, lo peor de todo es que en ningún momento tuve la intención de alejarme de él, o de asustarme en cuanto lo vi.

Demonios, en realidad estaba jodido.

Siempre me encargué de fantasear con él. Con un Gerard falso. Pero ni siquiera podía mirar al Gerard verdadero a los ojos. ¿Cómo se suponía que lo mirara a la cara después de lo que pasó ayer? Digo, él no sabía, el no sabía nada de ninguna de mis fantasías, pero eso no quería decir que no hubieran pasado.

Be nice or go away. [Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora