—Mañana voy a ir a casa de la hermana de Kristin para una cena —me rasqué la nariz. Hablaba con Cara por teléfono después del trabajo.
—¿Puedo ir? —preguntó.
—No lo creo —contesté.
—Quiero ir —no pude evitar sentirme mal porque Cara no estaba invitada a ninguna de las celebraciones—. Ahora me arrepiento por no hablarle más a ese tal Mikey.
—No será tan interesante —dije solamente para que no se sintiera tan mal.
—No pasa nada —pude imaginarla encoger los hombros—. Solamente estaré esperando tus noticias.
Me reí.
—Claro.
La verdad es que yo también estaba nervioso por lo de mañana. No me había puesto a pensar que la fiesta estaba solamente a dos días.
[...]
Después de todo, un viernes seguía siendo un viernes. Eso significaba que tenía que pararme temprano a trabajar como todos los días. Algo como una cena para celebrar la boda que se aproximaba no me quitaba la obligación de ir a trabajar. Y supongo que al mismísimo Mikey tampoco.
Llegué al edificio a trabajar y todo marchaba normal, por momentos llegué a olvidar qué era lo que iba a suceder este día.
Miré debajo de mi monitor y el pequeño Mickey Mouse seguía ahí. No pude evitar dibujar una pequeña sonrisa al ver que su presencia seguía ahí.
[...]
Salí del trabajo a las ocho y media de la noche, aproximadamente. Mientras recogía mis cosas pude notar que quedaba muy poca gente en los demás cubículos y todos se veían típicamente cansados, con las icónicas ojeras y la completa expresión facial de estar odiando su vida. Agradecía que yo no llegaba a ese extremo aún, o eso creía.
Me subí al carro y seguí la dirección que Mikey me había dado anteriormente que supuse que me llevaría a la casa de una de las hermanas de Kristin.
Y así fue. El cielo ya había obscurecido, pero la calle por la que terminé manejando no parecía ser muy peligrosa, todas las casas tenían una buena iluminación y todas eran muy grandes al igual que sus ventanales. A simple vista podías decir que era una zona adinerada.
Me estacioné donde encontré lugar y caminé un poco para tocar con un poco de timidez el timbre de la casa con el número que también me había dado Mikey.
Mientras esperaba a que me abrieran la puerta, miré al garaje cerrado y la cantidad de carros que estaban estacionados ahí.
Después oí algunas voces dentro de la casa, estaba nervioso por quien fuera a abrir la puerta. Estaba seguro de que todas las personas que estaban ahí sólo conocía a Mikey y un poco a Kristin. Y a Gerard también, pero nada me aseguraba de que ya estuviera ahí.
Me hallaba realmente concentrado en lo demás, cuando la puerta que tenía en frente se abrió, dejando escapar la luz que estaba dentro de la casa, mostrándome una figura femenina frente a mí. Solamente por el físico podías decir que era una de las hermanas de Kristin. Delgada, linda, castaña y más alta que yo.
—¡Hola! —saludó ella primero—. ¿Eres Frank, no?
Dudé en responder pero terminé haciéndolo.
—Mucho gusto, soy Janelle. Hermana de Kristin —me sonrió—. Pasa —se hizo a un lado para que pudiera entrar. Volví a dudarlo. No sabría qué hacer ya estando dentro, obviamente sería incómodo, pero no era como si tuviera otra opción.
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Be nice or go away. [Frerard]
FanfictionEl vecino era todo un cretino. O eso es lo que mi experiencia con cretinos me decía. Aunque no sólo era experiencia, eran hechos, también. Una ex novia, diferentes puntos de vista, eventos próximos... Encontrármelo por accidente y saludar como si es...