Llegamos a un centro comercial que Gerard propuso, yo no me había tomado el tiempo para investigar un lugar donde hubiera buenos trajes en venta.
El lugar era muy grande, parecía para gente de clase alta porque eso era. Sentía que todo lo de los locales costaría una fortuna y quizás no me equivocaba pensando en ello.
—¿De verdad crees que comprar los trajes aquí sea buena idea? —pregunté en el momento que nos bajamos de mi miserable carro a diferencia de los que estaban aparcados ahí mismo.
—Sí —me miró. Eso de que tuviera que agachar un poco la mirada para verme me quitaba tranquilidad, significaba que yo seguía siendo más pequeño—. Creo que hay otro padrino aparte de tú y yo, él ya me dio dinero para pagar su parte.
—¿Y si damos su parte y aún falta? —pregunté, refiriéndome al dinero, claro. Comprar o rentar trajes, sea lo que fuéramos a hacer, no estaba en mi plan de gastos, pero qué más podría hacer por Mikey.
—Se lo cobramos después —contestó seguro.
Estando dentro del centro comercial fue el desastre, porque había más de diez tiendas que te ofrecían trajes y entrar sin tener una imagen de lo que quieres era bastante difícil.
Al fin nos decidimos a entrar a una y estuvimos paseándonos en completo silencio.
—¿Dijiste que había otro padrino? —pregunté, recordando lo que habíamos hablado en el estacionamiento.
—Sí.
—¿Por qué no vino él? —pregunté.
—Porque supongo que Mikey y Kristin lo decidieron así —encogió los hombros y bufé. Cambiamos de pasillo—. ¿De verdad te molesta tanto salir conmigo? —preguntó de la nada. Ni siquiera me miró, él seguía tocando los trajes y yo con miedo de que si les pasara algo nos los cobraran.
—¿Por qué preguntas eso? —le dije, como si realmente no hubiera habido razón de su curioseo. Aunque admito que realmente se me hizo algo fuera de lugar. No contestó—. Es que no sé qué es lo que tenemos que comprar, por eso te pregunté. No soy la persona más indicada—terminé contestando su pregunta por el incómodo silencio a mi duda.
Fuera de todo esto, me sentía como un tonto. Sentía que estaba detrás de Gerard como típico niño que acompaña a su mamá a las compras solamente para estorbar.
—Elige una gama de color linda —contestó. No sabía si eso había salido con un tono de estar algo incómodo por mi cercana y fastidiosa presencia—. Lo que sea, no sé. Obscuro, obviamente. ¿Ves los sillones en medio de toda la tienda? —preguntó de nuevo. Asentí—. Okay, ve a buscar un traje. Si encuentras algo que te guste, nos sentamos en los sillones y elegimos, después buscamos las tallas, ¿Está bien?
Asentí una vez más con la cabeza y me alejé de ahí, ya que no tenía más opción.
[...]
—¿Por qué hay tantos grises? —pregunté sentado en los sillones de la tienda. Él ya estaba ahí y obviamente demás clientes.
—No lo sé —él estaba a lado de mí, sentado en uno de esos pequeños sillones redondos y rojos, con los trajes en manos—. Me gustó el último que me mostraste.
Decidí no contradecir, porque no quería buscar más trajes y el que fuera estaba bien. Desperdiciar más tiempo en buscar sacos y demás no era una buena opción, empezaba a hostigarme.
Antes de que Gerard se pudiera parar, una chica delgada y rubia que al parecer trabajaba ahí, se acercó rápidamente para atendernos. Se ofreció a medirnos para poder darnos la talla más cercana y así poder probárnoslo. Desapareció unos momentos, yendo a buscar las prendas exactas.
—Cualquier cosa que esté mal, me lo hacen saber, por favor —nos miró una vez más, nos sonrió y terminó yéndose por donde vino, dejándonos en el probador.
—¿Vas a entrar o qué? Quiero verte —dijo el pelirrojo, después de otro silencio. Fruncí el ceño por tal propuesta—. Bueno, si no quieres entrar, iré yo —abrió la cortina del único vestidor disponible.
Me senté a esperar y recordé que mi celular existía, me puse a leer mis mensajes, notando que tenía unos nuevos de Cara y otros de Cece de días atrás que me había olvidado de responder.
—¿Qué tal vas con Cece? —preguntó Gerard, dentro del vestidor. Parecía como si hubiera leído mi mente y me sorprendí por la coincidencia.
—Pues, bien —contesté cortante, para volver a lo mío. Gerard parecía que siempre quería hacer plática conmigo, pero yo se lo impedía y la verdad no era algo de lo que me hiciera sentir del todo mal.
Gerard abrió la cortina del vestidor y levanté los ojos del celular.
Se veía bien, realmente era atractivo, cosa que nunca había aceptado antes, sentí confusión y me odié por pensar aquello.
Su cabello seguía estando desacomodado, pero no le quitaba lo elegante y atractivo. Y así fue como mi amiga Cara volvía a tener razón, Gerard era guapo. Todo lo que Gerard traía puesto combinaba perfectamente. Y sobre todo ese brillo asquerosamente natural ¿Siempre había estado así o fue solamente el traje?
—¿Se ve bien? —preguntó. Estiró los brazos solamente para comprobar el saco. Me quedé viéndolo en silencio y volví a bajar la mirada al celular para distraerme, porque, él se veía notoriamente bien y era narcisista preguntarme para comprobar de que era así—. ¿Frank? —me volvió a preguntar al ver que lo ignoré.
—...Sí —contesté, dándole una mirada rápida, como si no fuera la gran cosa. Porque, no lo era. Me concentré en seguir mirando mi celular y Gerard al ver que no dije nada más, se metió nuevamente al vestidor para volverse a cambiar.
Salió e instantáneamente me metí y me cambié.
Me vi en el espejo y me veía bien, pero todo cambiaba si me comparaba con Gerard. Abrí las cortinas del vestidor rápido para que todo terminara de una vez.
—Creo que me queda —dije, mientras acomodaba el cuello de la camisa.
Gerard se levantó y me analizó. Sentí la vergüenza, me sentía expuesto por alguna razón.
—¡Te ves genial! —sonrió entusiasmado—. Nos veremos muy guapos junto a Mikey. No puedo esperar para que estemos todos ahí.
Me metí al vestidor y me cambié. No sabía que Gerard estaba tan emocionado por la boda de Mikey, pero, era su hermano, tenía sentido.
Salí con las cosas y nos encaminamos a pagar todo. Con mucha suerte, alcanzó con el dinero que teníamos y la chica que nos atendió no dejó de sonreír nunca.
Salimos de la tienda, caminando por el mall, viendo las demás tiendas, manteniendo un notorio silencio.
Quizás pasar la tarde con Gerard iba a ser más difícil y más largo de lo que creí. Por alguna razón sentía que nunca íbamos a concordar o hacer una conversación de más de quince segundos.
Un suspiro salió de mí. Sería una tarde muy larga.
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Hellooo sweetheartssss♡♡qué tal su vida?? Perdón por no actualizar la semana pasada, pero a veces simplemente no me dan las suficientes ganas, perdón.Una pregunta re fuera del lugar, ya vieron Infinity War? Ah. Para interactuar, díganme sus teorías/su opinión y así ':)♡
Buen fin de semana!
No olviden comentar, votar y dejar lov♡♡ les quierooo gracias
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Be nice or go away. [Frerard]
FanfictionEl vecino era todo un cretino. O eso es lo que mi experiencia con cretinos me decía. Aunque no sólo era experiencia, eran hechos, también. Una ex novia, diferentes puntos de vista, eventos próximos... Encontrármelo por accidente y saludar como si es...