Desperté con un dolor agudo en la cabeza, en una situación bastante similar a la de aquel día que desperté del coma, pero en cambio, ahora el dolor en mi cabeza se debía a la resaca, y la falta de memoria a al exceso de licor. Con dificultad me levanté de donde me encontraba, al aparecer volví a desmallarme en el piso de la sala, por suerte esta vez no fue encima de mi propio vomito. Caminé con dificultad a la cocina, para empezar el día atragantándome con la comida, apenas tenía tiempo para nada pues ya iba tarde para tomar mi vuelo. Después de desayunar, me bañé y vestí, para así salir a toda velocidad al Centro Pokémon para recoger a Raichu y los otros. Saludé a la enfermera y tomé las Pokéball que ya se encontraban postradas en el recibidor, Raichu se colocó al lado mío flotando sobre su cola; me despedí de la chica y salí del lugar.
Al llegar al aeropuerto de Malíe, le agradecí a Charizard por su ayuda y lo guardé en su Pokéball, para luego correr hacia la recepción y preguntar por el estatus de mi vuelo, por suerte aún faltaban cinco minutos para su salida. Me apresuré para llegar a tiempo al avión y así ingresar en éste, tras haber entregado mi boleto al encargado. Ya una vez estuve en mi asiento, pude respirar con tranquilidad, la mañana había resultado especialmente apurada, y no era para menos tomando en cuenta el pésimo día que resultó ser el anterior. Me enfoqué en lo que concernía respecto a la misión, y le envié un mensaje a mi cliente a través del HoloCaster, no tardé mucho en recibir la confirmación, me iba a estar esperando el lugar de siempre, un edificio en la parte norte de Pueblo Lacunosa. El avión despegó y yo me preparé para tomar una siesta, Raichu se acomodó en el asiento de al lado y se durmió apenas empezó el vuelo.
El viaje tardó unas seis horas en completarse, ahora me encontraba en el Centro de la capital de Unova, Ciudad Castelia. Hice lo mismo que en Alola y le pedí a Charizard que me llevara a Pueblo Lacunosa, el camino ya es costumbre para nosotros, por lo que obedeció sin dudar. En el camino pude apreciar la belleza natural de la región, si no estuviera acostumbrado a Alola, probablemente viviría acá. No tardamos mucho en llegar al lugar, un pueblo con calles y edificios construidos a base de ladrillos, y es que es sabido que Unova destaca en construcciones, sobre las demás regiones. Le ordené a mi tipo Fuego/Volador descender a las afueras del pueblo para evitar atenciones innecesarias, sobre todo si se toma en cuenta la rareza de mi Pokémon en esta región.
Ingresé por el portón al este de la ciudad y cambié de rumbo al norte, caminando por un puente de ladrillo, varios guardias me lanzaron miradas de desconfianza, y es que el Pueblo Lacunosa no es precisamente un lugar que se visite mucho, y cualquier visitante acá provoca tensión en el ambiente. Yo suelo cambiar de atuendo, siempre buscando ocultar mi rostro con una capucha o gorra, igual por seguridad llevo tres años de haberme teñido el cabello y de usar lentes de contacto, todo esto para ocultar lo más posible mi identidad.
Y es que viví con bastante persecución por parte de la Policía Internacional después de mi ataque a la fundación Aether, por un año me oculté en el Team Rocket, pero no soporté las crueles técnicas de trato hacia los Pokémon que usan para hacer su trabajo, así que volví a Alola. Por suerte, Denio me apoyó, como paga por la ayuda que le brindé en el pasado, y con la colaboración de dos excompañeros de la Policía Internacional, cubrió mis huellas y me dio una identidad, ya que yo no poseía ninguna. Como yo, después del incidente donde caí en coma, desaparecí, y al parecer el criminal de mi padre no me registró, me di el lujo de usar mi nombre real, de todas formas, las autoridades solo me conocían por mi apodo en el Team Skull, "Dead Spark", en honor a lo peligrosos que éramos, y somos, Raichu y yo. Por lo tanto, tomé mi identidad como Red Sakaki, el apellido de mi padre, que es poco conocido, y teñí mi cabello a castaño, me puse lentes de contacto rojos y oculté las cicatrices de mi cara con una crema especial. Apariencia a la que me he acostumbrado al punto de casi olvidar como me veía antes.
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Umbral de los Recuerdos
Fanfiction"Otra vez me hallaba a mí mismo observando fijamente aquella edificación, una casa modesta de color marrón claro, tirando a un crema oscuro, con un gran ventanal que da vista a las gradas que llevan al segundo piso, y una puerta de roble en el medio...