Umbral de los Recuerdos

Caminando tras sus Huellas

–Gracias, Jolie. –Agradecí a mi empleada y amiga pelirroja, a través de la imagen holográfica del HoloCaster. Ella acababa de darme los detalles de algunos diseños nuevos recomendados para las fechas venideras, también me indicó las ventas logradas y el dinero recaudado a lo largo de la semana; fue Jolie quien se hizo cargo de mi boutique de moda las dos semanas que duró el P.W.T., y debido a las circunstancias ocurridas durante el evento, se hizo cargo de la tienda a lo largo de esta tercera semana.

–No hay de que, nos vemos la próxima semana. ¡Au revoir! –Tras la despedida, liberé un suspiro de cansancio; miré hacia las paredes de mi habitación, como si deseara perderme en su superficie, y, completamente agotada, me dejé caer en la cama.

Tras lo sucedido hace dos días, concretamente el miércoles, han pasado multitud de cosas; en concreto, desde el domingo pasado sucedieron multitud de cosas... Primero la final entre "Red" y Cynthia, luego la revelación que me dejó atónita y con los nervios de punta, tres días esperando a que Ash, mi amado resurgido de la muerte, despertara de un coma, y claro, su anticlimática despedida. No es que me queje, pues pude entender en plano porque desapareció por seis años, tuve el reencuentro deseado e incluso logré estar entre sus brazos; pero, aun así, me resultó insuficiente.

Puede que pueda leerse irónico, tomando en cuenta que hace no mucho luchaba contra la dolorosa realidad de que lo había perdido para siempre; si me hallaba carente de esperanzas, debería haber disfrutado esos retazos de lo que una vez fuimos. Pero creo que realmente nunca dejé de esperar que él volviera, y toda mi vida recobrara el sentido que tenía antes de que él cruzara ese maldito umbral de Giratina. Aun a pesar del desaliento, la situación no iba a ser cerrada con un broche y terminar guardada en un baúl de los recuerdos; nadie se quedaría de brazos cruzados tras saber la verdad, eso era obvio.

Pasados unos minutos tras nuestro, en parte reencuentro, en parte despedida, Ash ya se encontraba lejos de mí una vez más; pero, a diferencia del sentimiento que empezó a embargarme horas más tarde, entonces me sentía extasiada y muy emocional. Tenía ganas de llorar, y no sabía si era de alegría o de tristeza. Bonnie se quedó a mi lado, sobre la cama en la que durmió él, a lo largo de las dos semanas que duró el torneo que era en su honor. El silenció que inundaba la habitación fue roto por la aparición del resto de mis amigos, antaño amigos de Ash; "¿y ahora?". Esa es una pregunta que aún no puedo responderme, Ash dejó muy claro que no deseaba reencuentros, pero eso no significa que no quiera que, en algún momento, sucedan.

En fin, tras la llegada de los demás del grupo, el silencio fue derrocado por el bullicio cargado de tensión y dudas; desde Brock preguntándome sobre el paradero de Ash, hasta Iris cuestionándose por qué no se quedó a hablar... y todas eran preguntas que me sentía incapaz de responder. Me habría encantado que Sabrina se hubiera quedado a relatar su versión de los hechos, pero tras desparecer, junto con Ash, de la enfermería, no se le volvió a ver.

Al final hizo falta la presencia de los dos hermanos rubios, Lillie y Gladio, que desde la mañana decidieron no acompañarnos a visitar a Ash, para poder así reunir un poco más de información sobre lo sucedido con él durante esos años que estuvo desaparecido y sin memoria. Aquello fue algo que agradecí, pues Calem había alcanzado un nivel desconocido de sobreprotección, y no paraba de recriminarme por haber estado con alguien "como él", refiriéndose a Ash; claro, él no sabía de lo que hablaba, pues nunca llegó a conocerlo, pero no por eso estaba dispuesta a aceptar que hablara mal de él un segundo más.

"No sabemos mucho, así que no podemos decirles mucho; en un par de días les daremos más información, lo prometemos", esas fueron las desalentadoras palabras de Lillie. Claro, desalentadoras para todos menos para mí, pues yo, al menos, ya había escuchado de boca de Ash parte de su historia, y ello me tranquilizaba. Pero como ya puntualicé, ese sentimiento mutó hasta convertirse en desasosiego y disgusto, al percatarme de que tan poco en realidad sabía del paradero de Ash y que le sucedió durante el tiempo que estuvo lejos.