Ya había finalizado mi horario de trabajo, donde pude tomar varios apuntes, respecto a diseños para la próxima temporada de moda Kalosense. Me despedí de Jolie, que se quedó para hacer inventario, y salí en dirección al centro del pueblo. En el camino, no pude evitar pensar en lo que sucedió en la mañana. En un inicio, estaba muy molesta con Calem, por llevar su sobreprotección al punto de amenazar físicamente a un cliente. Pero cuando él y Jolie, me explicaron la situación por encima, no pude evitar asustarme... Pensar que todo lo que viví en mi época de reina, aquello que también influyó para que renunciara al puesto, podría repetirse. Aun así, decidí permitir que Calem peleara con el desconocido; inclusive, cuando íbamos en dirección al campo de batalla, dejé atrás aquellos sentimientos de incomodidad, al repasar la única frase que había escuchado por parte de aquel hombre, "Tengamos una batalla". La voz, el tono de la frase, todo me trajo recuerdos de cuando veía a Ash luchar con aquella intensidad y determinación, primero en Kalos y luego en Alola. Ese chico siempre fue extremadamente impulsivo y nunca rechazaba una batalla, y aquella frase me recordó todo aquello, lavando la tensión que tenía en el cuerpo, remplazándola con emoción y adrenalina.
La batalla estuvo a la altura de las expectativas, y los Pokémon del chico demostraron ser increíblemente hábiles. Por causalidades del destino, todos eran Pokémon que Ash poseyó en sus días como entrenador; de hecho, eran Pokémon que mi amado usaba en su equipo predilecto, los invencibles. El Infernape no mostró todo lo que poseía por la inmunidad del Gengar de Calem al tipo Lucha, o al menos eso le entendí al desconocido. Mientras, el Greninja del chico fue una total decepción, muy lejos de lo que fue el de mi novio. La sorpresa la dio su Charizard, esa bestia era tan o más poderoso que el homónimo de mi azabache, aquel que era su segundo mejor Pokémon. Fue capaz de eliminar al Charizard de mi amigo, que, por cierto, dio gala de su inmensurable ego, algo que siempre he hallado extremadamente molesto.
Después de ver tan excelente batalla, no me sorprendí al ver al lagarto mega-evolucionado del egocéntrico de Calem, perder dicho estado, para así caer debilitado. Estaba dispuesta a olvidar que al parecer ese tipo me había estado acosando, para así, acercármele y hablarle, preguntarle por sus Pokémon o cualquier cosa que me diera chance de comunicarme con quien me recordaba tanto a Ash. Pero todo se vino abajo cuando su Charizard liberó una enorme cantidad de fuego, en dirección de mi mejor amigo. Al chico apenas le dio tiempo de detenerlo, pero cuando dirigí mi mirada a Calem, lo vi en el suelo con quemaduras leves y cubierto de ceniza. Lo ayudé a levantarse y me dispuse a decirle que nos alejáramos, pero él me ignoró y me dijo que se encargaría de darle su merecido, que me quedara ahí.
Después de un corto intercambio de palabras, donde el hombre desconocido demostró ser un idiota, Calem terminó con la nariz rota y la ropa llena de sangre. El tipo se alejó después de decirme que había sido un placer verme, yo simplemente decidí ignorarlo, no valía la pena discutir con alguien como él, aunque me recordara a Ash. De todas maneras, él jamás hubiera hecho nada similar, era el honor hecho persona y un chico excepcional, siempre dispuesto a ayudar a los demás sin pedir nada a cambio. Ese tipo solo se le parecía en su emoción por las batallas, en lo demás era todo lo contrario a lo que me enamoró de mi héroe de la infancia.
Al volver a la tienda, Jolie me explicó la situación con bastante detalle, lo que me corroboró que sí, era un acosador. Aun así, me preguntaba de donde me conocía, si ni siquiera sabía lo que cualquiera en Kalos sabe sobre mí. En ese momento, recordé lo que vi en la cocina el día anterior, y me di cuenta que podría no haber sido mi imaginación; seguro era ese tipo.
Todo ello solo me hizo recordar a aquella persona, que inició la paranoia por los acosadores, no solo en mí, sino que en todos aquellos cercanos a mí. Fue un chico que se obsesionó por mi persona cuando aún ejercía como Reina de Kalos. En esa época muchas personas, chicos y chicas, llegaban a los extremos para acercárseme, u obtener algo de mí, fuera un autógrafo, una foto o incluso un beso. Aquello llegó a quitarme la paz, y a hacerme comprender el por qué Aria se disfrazaba para no ser reconocida. Buscando recuperar mi paz perdida, a la hora de caminar por la calle o realizar cualquier acción diaria, imité a la antigua reina y empecé a usar un disfraz.

ESTÁS LEYENDO
Umbral de los Recuerdos
Fanfiction"Otra vez me hallaba a mí mismo observando fijamente aquella edificación, una casa modesta de color marrón claro, tirando a un crema oscuro, con un gran ventanal que da vista a las gradas que llevan al segundo piso, y una puerta de roble en el medio...