Umbral de los Recuerdos

Paraíso del Sufrimiento

Looker y Ana, que finalmente terminaron acompañando a Gladio hasta el Paraíso Aether, con el fin de asegurarse que el Team Rainbow Rocket no tuviera refuerzos resguardados ahí, habían obtenido información interesante sobre los antiguos Ejecutivos del Team Rocket. El antaño grupo de poderosos entrenadores, bajo el mando de Giovanni, había sido degradado. La razón: varios errores consecutivos que llevaron al Team Rocket al borde del fracaso.

De eso último yo sé un poco. Fue después de que abandoné dicha organización. En ese entonces, no supe mucho, nada más que Giovanni estaba teniendo problemas con algo, y eso me alegraba un poco, a decir verdad. Lo que no sabía, era que ese problema estaba relacionado con la localización de los líderes de las organizaciones criminales en otras dimensiones.

La tecnología obtenida en secreto, gracias a Sauboh, no estaba resultando tan útil como esperaban. Los experimentos fracasaban, y ni siquiera Necrozma bastaba para solucionar el problema. Al final, Giovanni mismo tuvo que visitar dimensión paralela por dimensión paralela, en búsqueda del momento exacto; el momento en que podría reclutar a los más grandes villanos existentes.

Al final, gracias a que Giovanni aprendió a utilizar el poder de Necrozma, sus objetivos fueron alcanzados. La cuestión es que los Ejecutivos ya habían perdido su confianza. Y eso empeoró después de que fallaron al intentar asesinar a un enemigo importante; un soldado de Unova llamado Jeit Phraser. Ya que el Team Rocket sabía de la MOA y el como estaban interfiriendo con el trabajo en cubierto de Sauboh en la Fundación Aether, al fallar el asesinato del líder de la milicia, los Ejecutivos perdieron su rango.

Dada la molestia de Giovanni, Archer y sus compañeros cada vez tuvieron menos participación en el área ejecutiva, y comenzaron a convertirse en simples soldados de elite. La última tarea de control que realizaron, fue monitorear a Dead Spark, o sea, a mí. Ellos estaban a cargo de vigilar que yo estuviera asesinando a los blancos que, posteriormente, le habían indicado a Menek.

Esa tarea les resultó bien, pues yo nunca me percaté de la mentira frente a mí, al menos no hasta que fue muy tarde. Sin embargo, no recuperaron el favor de su jefe, pues nunca lograron obtener la información que realmente necesitaban. Mi tarea era lidiar con los miembros de la MOA, reporteros peligrosos y organizaciones rivales que ellos, los Ejecutivos, localizaran; obtenían dicha información y se la entregaban a Menek, mi falso aliado. Pero Phraser, su objetivo principal, supo ocultarse lo suficientemente bien a lo largo de los años. Los Ejecutivos fallaron en evitar que la MOA obtuviera más poder y creciera.

Fue por eso que, cuando Giovanni reunió a todos sus nuevos aliados, los hombres extra-dimensionales, decidió reemplazar a sus antiguos ejecutivos con ellos. Ese fue el fin de Archer, Protón, Ariana y Petrel. Todos ellos terminaron como simples guardias de la base del Team Rainbow Rocket. La única excepción a la regla, fue cuando los enviaron a vigilar las ciudades cercanas a Hearthome, durante el atentado en Sinnoh. Ese día tuvieron suerte, pues Cyrus informó de mi presencia y Giovanni los envió a la casa de Dawn... Tuvieron suerte; aunque yo diría que fue todo lo contrario.

Sabía eso porque Looker y Ana me lo dijeron. No fue durante la reunión del día anterior, fue antes. Fue durante una conversación relacionada con el tema. La información se la extrajeron a uno de los soldados de elite arrestados después del atentado en Sinnoh; uno de los pocos que no pudo suicidarse con veneno para morir con el secreto. La información definitivamente me hacía sentir un poco de lástima por ellos; yo los vi cuando estaban en lo más alto, al fin y al cabo.

Pero eso no bastaría para aplacar el odio que les sentía. Fuera porque ya nos llevábamos mal desde mi época en el Team Rocket o, más importante aún, por secuestrar a Yvonne, dispararle a mi madre y dañar a Serena. Amenazaron a mis amigos y causaron, de manera indirecta, la pérdida de memoria de mi hija. Esas eran razones suficientes para no tener piedad; tal vez antes del coma la hubiera tenido, pero ya no soy esa persona...