Ahí estaba, sentado en la gradería del estadio PWT, mi pecho se ampliaba y encogía con cada inhalación y exhalación; mi pulso poco a poco volvía a la normalidad. Sí de algo estaba convencido en ese momento, es de que mi vida está plagada de coincidencias... "¿O no?", moví mi mano frenéticamente ante la aparición de ese pensamiento, casi como si lo que pasaba por mi mente fuera un molesto Pokémon Bicho sobrevolando cerca de mí.
–... Con esto, ha finalizado todo lo concerniente al acto de clausura del Pokémon World Tournament conmemorativo de este año. Ahora tendremos un descanso de media hora, en el cual tendrán tiempo para acceder al área de comidas y preparase para la emocionante batalla final. Dicho eso, requerimos que los finalistas se presenten en la zona de acceso en el tiempo estipulado, o serán descalificados del torneo... –La presentadora siguió hablando por un rato más, pero yo simplemente dejé de prestarle atención apenas escuché el llamado a mí persona.
Ansiosamente, e ignorando las múltiples caras de sorpresa de varios fanáticos de las batallas, por verme cruzar los pasillos de la estructura arquitectónica, emprendí el recorrido hasta el camerino; un par de personas me indicaron que deseaban tomarse una foto para el álbum de recuerdos, pero me vi en la necesidad de ignorarlos, para así seguir de lejos. De todas maneras, no me hallaba de humor para esas sandeces.
Mi mente era un remolino de ideas, chocando unas con otras, y eso me dificultaba enormemente el concentrarme en mi objetivo. ¿Por qué no me largaba del lugar y terminaba con eso de una vez?, simplemente no podía dejar de hacerme esa pregunta. Claro, he disfrutado como nunca las batallas del torneo, pero nunca fueron mi verdadera prioridad, o al menos no lo fueron la mayoría del tiempo. La adrenalina no me dejaba pensar bien, me dejé llevar, y terminé permitiendo que mi emoción por los combates, eclipsara mi objetivo real: La verdad, ni más, ni menos. ¿Por qué me sentía tan fuera de lugar, y al mismo tiempo tan en mi propio territorio?
Porque eso soy yo... Es una respuesta ambigua, lo sé, pero no se me ocurre otra manera de plantearle una solución a mi predicamento. ¿Qué quiero decir con ello? Pues es muy simple, no... eso me gustaría poder decir, pero no lo es. Sabrina no pudo confirmar mis sospechas, pero eso no significa que vaya a cambiar de idea... ¿Qué idea? ¡¿Qué idea?! Una estupidez, a decir verdad... ¿Por qué? ¿Qué por qué estoy divagando? Simple, sí, esta vez sí lo es... Porque tengo tantas cosas en mente, que me cuesta concentrarme en solo una de ellas...
¿Primero debería revelar que ha ocurrido? ¿O debería explicar porque creo en un dualismo existente dentro de mí?, aquel que me hace sentir fuera de lugar, pero como en casa, ambos al mismo tiempo. Creo que empezaré por el segundo, es más sencillo... no, pero su elucidación es, por mucho, más breve.
¿Dualismo? No, creo que me quedé corto con ese significado, yo le diría dicotomía, eso es, yo soy una dicotomía viviente. ¿Cómo? Pues como mencioné antes, soy capaz de albergar dos ideas o sentimientos contrarios al mismo tiempo, no creo que sea necesario exponer el mismo ejemplo de antes... En fin. Mi idea, la que no cambiará, aunque Sabrina una vez más me dejara con una respuesta incompleta, es que mi personalidad actual, la persona que soy desde que desperté del coma, y mi personalidad del pasado, la que "murió" en ese combate contra el Pokémon de luz, se están traspapelando.
¿Cómo traspapelando?, pues es solo cuestión de imaginarse mi yo actual como un conjunto de páginas de un libro, un capítulo solitario de éste, que está perdido en la inmensidad del libro mismo, el cual es mi vida. Antes yo solo tenía acceso a ese conjunto de páginas, el resto del contenido del texto, estaba fuera de mi alcance; pero tras lo ocurrido con A.Z. y la ayuda de Sabrina, he ido obteniendo, de a poco, acceso a otras páginas. No afirmaría que he accedido a capítulos enteros, pues mis recuerdos son solo visiones efímeras, nada más.
ESTÁS LEYENDO
Umbral de los Recuerdos
Fiksi Penggemar"Otra vez me hallaba a mí mismo observando fijamente aquella edificación, una casa modesta de color marrón claro, tirando a un crema oscuro, con un gran ventanal que da vista a las gradas que llevan al segundo piso, y una puerta de roble en el medio...