Psicofonía, se dice de los sonidos procedentes de ninguna fuente física aparente. Recuerdo haber leído sobre ello en algún libro de mi padre; aquellos que usaba para intentar mejorar su condición. Según leí, las personas con tendencia a lo paranormal, añoran con, algún día, captar una psicofonía. "La prueba irrefutable del más allá"; decía una cita, ubicada en el mismo párrafo. Los Pokémon del tipo Fantasma no son fantasmas como tal, son seres con poderes que parecen ser fantasmales, por eso se les cataloga como tal. Pero, ¿acaso existen en verdad los fantasmas?
La mayoría de gente, la cuerda, al menos, te diría que todo ello no es más que una invención de estafadores y lunáticos. Pero hay casos de gente que dice todo lo contrario y vale la pena escuchar. Durante una etapa de mi niñez, ese tipo de temas me llegó a interesar en demasía, y no por otra razón que mi padre. Me duele admitirlo, pero si tuviera que catalogar a mi padre en una de las anteriores "casillas", sería en la de lunático.
"Hija... ¿los escuchas? ¿Acaso puedes oír lo que dicen?"; una vez mi padre me dijo eso, sus palabras salieron completamente de la nada, tomándome por sorpresa. Entonces era más niña, no podía tener más de ocho años, así que aún no comprendía del todo lo que sufría mi padre. Lo miré, sonriendo, y le dije que no; estábamos solo él y yo, los Pokémon no se hallaban cerca, ¿qué podía escuchar?
"No, papi. Dime, ¿qué escuchas?"; con la inocencia a flor de piel, y la curiosidad al tope, no se me ocurrió otra cosa que preguntar. Mi padre, visiblemente cohibido, agachó la cabeza y negó. Permaneció en silencio, al punto que, nerviosa, me vi en la necesidad de acercarme a él. Con los ojos temblándome, acaricié su cabello, intentando llamar su atención. "Papi, ¿qué pasa? ¿Qué te dicen las voces?".
"... Me recuerdan mis pecados, hija. Me recuerdan que tan poco merezco todo esto..."; un sollozo ahogado escapó de su garganta. Él, de pronto, abrazó mi cuerpo, con lagrimones escapando de sus ojos. Asustada, intenté retroceder, pero él me impidió hacerlo. Usando mi cuerpo como apoyo, empezó a llorar con más fuerza. "¡Lo siento, hija! ¡En verdad lo siento! ¡Todo es mi culpa! Merezco que las voces me hagan la vida imposible...".
Hay personas que merecen atención al hablar de esos temas. Muchos habrían dicho que mi padre no era una de ellas, pero para mí ese no era el caso. Después de ese día, a escondidas, comencé a leer los libros que mi padre había conseguido. El Secreto del Aura, Telequinesis y Psicoquinesia, El Arte del Misticismo, Los Auténticos Psíquicos; esos eran algunos de los títulos de los libros. Curiosamente, uno de los libros más apreciados de mi padre, se llamaba: Historia del Aura y la Psique. Estaba escrito por un hombre llamado Harry Natsume.
El libro hablaba de la relación entre el aura y los poderes psíquicos y como, aunque se habían ramificado y separado con el tiempo, procedían de la misma fuente de energía. Ese libro era importante, pues hablaba sobre como aquellos con el poder del aura o el control sobre la psique, eran capaces de detectar los rastros de energía dejados atrás por los fallecidos. Solo era necesario cumplir con ciertas condiciones, y se sería capaz de escuchar a los muertos.
Un día, incapaz de mantenerme callada, le pregunté a mi padre al respecto; él lo negó todo. Me sentía despreciada, indignada; incluso dejé de hablarle por días. Me mantuve así, hasta que mi madre me cuestionó respecto a mi actitud y yo, necesitando desahogarme, le revelé todo; desde lo que me dijo mi padre, hasta lo que leí en los libros. Para mi sorpresa, ella no reaccionó como esperaba.
Con una sonrisa triste, ella se sentó a mi lado y me habló con detalle, por primera vez, sobre el estado real de mi padre. Entonces entendí, mejor que antes, el porqué de las constantes visitas de tía Ana y los doctores que la acompañaban. Yo sabía sobre mi conexión con el aura, pero ese día entendí aquello que necesitaba para completar el rompecabezas.

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Umbral de los Recuerdos
Fanfiction"Otra vez me hallaba a mí mismo observando fijamente aquella edificación, una casa modesta de color marrón claro, tirando a un crema oscuro, con un gran ventanal que da vista a las gradas que llevan al segundo piso, y una puerta de roble en el medio...