La Gran Final: ¿Red? vs Cynthia

108 14 2
                                    

El árbitro agitó las banderas en sus manos, y así, oficialmente dio inicio a la gran final del Pokémon World Tournament. Ambos finalistas se miraron cara a cara, la tensión bien podría ser cortada con una Hoja Navaja. La primera en llamar a su Pokémon fue Cynthia, la flamante Campeona de Sinnoh y cofundadora del PWT; una extraña roca salió de la Pokéball que lanzó al aire, justo cuando el objeto rojiblanco volvió a su mano, de la roca salió un humo morado, que pronto se transformó en un rostro siniestro. La aparición del Pokémon Prohibido causó que un viento ominoso recorriera el estadio, ondulando el largo cabello rubio de la poderosa mujer.

Aún a pesar de lo imponente que se mostró la Campeona, su contrincante no parecía verse cohibido por su presencia. Serio como un Snubbull, el chico de rostro blanquecino repitió las acciones de su rival, en esta ocasión, un lagarto carmesí hizo aparición, liberando un ostentoso rugido. Ninguno de los Pokémon ahí presentes parecía intimidado por el otro, sus miradas decididas y contemplativas solo añadían más tensión al ambiente, que se sentía denso como el platino, cuanto menos.

–¡Fuego Fatuo! –Ordenó severa la mujer, que, con su ceño fruncido, parecía analizar cada movimiento de su contrincante.

–Esquiva y contraataca con Terremoto. –El chico tardó en dar la orden, pero ello no le conllevó negativas consecuencias; el cocodrilo esquivó las llamas fantasmales, y dando giro sobre sí mismo, continuo la seguidilla de movimientos golpeando el suelo con su cola. El terreno se movió y resquebrajó, dañando ligeramente al resistente fantasma.

¿Y que pensaba yo de todo eso? Pues debo admitirlo, me hallaba increíblemente emocionada... ¿Y cómo no estarlo?, era la batalla ideal: El entrenador sorpresa contra la mejor entrenadora del torneo. Todos los ahí presentes ardían en pasión por el combate, era casi como si el hecho de que ningún título estuviera en juego, hubiera sido olvidado por completo. Cada golpe, cada ataque, la gente se enardecía aún más, aumentando el volumen de los vitoreos; fanáticos de la mujer y el muchacho por igual, todos apoyaban con emoción y pasión.

Claro, yo no me comportaba de igual manera que todas esas personas, no porque no quisiera, sino porque no quería demostrar abiertamente quien deseaba que resultara ganador del torneo. ¿Y cómo no sentirme así? Apoyaba a ese sujeto que nos acosó a mi hija y a mí, no importa que fuera por el bien de su investigación, él actuó mal... Pero eso no evitaba que, en ese momento específico, desde mi interior, aclamara con energía cuanto deseaba que su Krookodile derrotara al Spiritomb de Cynthia. De todas maneras, mi apoyo físico no era necesario, pues ahí estaba Yvonne, dejándose la garganta con tal de que, con suerte, su ídolo escuchara sus aclamaciones.

¿Cómo pasé de odiarlo a... ¿soportarlo?? Sencillo, él, de alguna extraña forma, terminó ganándoselo; suena extraño de esa manera, pero es el término más acertado para definir lo ocurrido. Todo empezó el día que lo confronté en aquel parque a las afueras de Driftveil; ese día me desahogué, lo encaré y fui muy directa al trasmitirle mis deseos, no quería que se volviera a acercar a Yvonne, mis amigos o a mí.

¿Y cómo no reaccionar de esa forma? Ese mismo día me enteré de boca de mi hija de cinco años, por error suyo, cabe aclarar, que ese sujeto que saludó el día que llegamos a Unova, aquel que supuesto agente de Policía Internacional que me daba mal espina, había estado encontrándose con ella en nuestro jardín, cuando yo la dejaba sola en casa. Al escuchar semejante afirmación, casi perdí la cordura... ¿Y que madre no lo haría? Puede que sea primeriza, joven y soltera, pero no estúpida, y lo que hizo ese sujeto, fuera como agente de la P.I. o como civil, estuvo totalmente fuera del marco legal; y lo afirmo con experiencia, nadie mejor que yo para reconocer a un acosador.

Con todo eso en mente, se me hizo imposible escuchar cualquier alegato que él pudiera darme; ya no importaba, el error había sido cometido. Pero antes de dejarlo con las palabras en la boca, le pedí como favor personal, alegando a su humanidad, aunque pareciera no tenerla por su actitud previa dentro del torneo, que intentara mostrar una actitud más acorde con la de un buen entrenador Pokémon... Seré sincera, no pensé que fuera a cumplir, y menos pensé que él podría avanzar por el torneo mostrándose cada vez mejor, hasta el punto de haber corregido la mala imagen que se había generado. Varias personas de mi entorno personal empezaron a hablar bien de él, sobre todo aquellas que lo enfrentaron cara a cara en el campo de batalla, y eso me impulsó a prestarle más atención.

Umbral de los RecuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora