Estaba a punto de hacer una escena, tomar a mi hija en brazos y sermonearla por no haberme contado semejante detalle antes, peor, haberme mentido en la cara. Para después de eso, buscar al supuesto agente y mandarlo con Giratina un par de veces, antes de denunciarlo por cuanto se me ocurriera. En el momento solo podía pensar en la imagen de un acosador investigando a mi familia, ganándose la amistad de mi hija, para luego inventarse que conoció a Ash para poder venir acá y seguir acosándonos. Pensé en el hombre de la tienda de hace unos meses, el que venció y atacó a Calem. Tal vez no sean idénticos, pero sí me daba el mismo aire que el agente, no tengo pruebas de ello, pero podría apostar lo que sea a que son la misma persona. Y todo eso, además, calza con lo que vi a través de la ventana de mi cocina, hace unos meses. "No puede ser que esté pasando por esto otra vez...".
–Eh... ¿Serena, estás bien? –Observé a la persona que me hablaba, era Mallow, que había permanecido cerca de mí, charlando con May. Yo le aseguré que sí, que necesitaba tratar un asunto con Yvonne, por lo que me alejaría del grupo un momento.
Ella, y el resto que me escuchó, un poco dudosos, aceptaron, así que me separé de ellos, con mi hija agarrada de la mano. Afortunadamente estábamos ya cerca de las habitaciones, así que aproveché para irnos directo a la nuestra. En el camino, Ye se mantuvo callada, sabiendo que lo que hablaríamos sería importante.
Pero de igual manera, en ese efímero periodo de tiempo, tuve tiempo para analizar mejor todo el panorama. Basándome en que realmente Jimmy Gold tuviera algo que ver con Ash, tendría bastante sentido que él nos hubiera estado investigado. Y dependiendo de cuánto tiempo lo hiciera, y en qué momentos, podría descartar malas intenciones de su parte. Claro, no podría fiarme completamente de él jamás, no con mi intuición volviéndose loca en su presencia.
Al entrar en el cuarto, le indiqué a Ye que se sentara en la cama. Yo me mantuve de pie unos segundos, colectado todo lo que pensaba decirle; debía ser muy cuidadosa para lograr sacarle toda la verdad a la niña. Ya lista para el dialogo de importancia estratégica que se pondría en escena, empecé a hablar.
–Hija, necesito que me digas como conociste a ese sujeto.
–Pero mami...
–Nada de, "pero mami", quiero que me digas la verdad, y puedo asegurarte que tengo mis maneras de saber si me mientes, así que olvídate de la excusa de que fue en la escuela. Necesito que me cuentes con qué fin ese hombre se te acercaba, y cuantas veces lo hizo. –A pesar de tener una teoría que cuadraba con lo que sabía, como madre no podía dejar de temer que ese hombre le hubiera hecho cualquier cosa a mi hija, y de ser el caso, Pangoro se encargaría de desmembrarlo vivo.
–Bueno... Fue hace mucho, más de un año, creo. Él apareció de la nada en el jardín, con su Raichu a su lado. A mí me dio curiosidad, y como Veevee no parecía molesta con que él estuviera ahí, yo pensé que no sería una mala persona. –Mi hija hizo una pequeña pausa, en lo que parecía un intento por recordar más detalles.
–Ajá, ¿qué más? –Su silencio estaba logrando romper la falsa calma que yo intentaba mostrar.
–Bueno, ese día solo me dijo su nombre, pero estuvo bastante tiempo callado, mirando a la nada, como si hubiera algo que lo preocupaba. Después me preguntó sobre nosotras y papá, y como parecía buena gente, yo le conté la verdad. Al poco rato llegaste tú y él se fue, pero antes me dijo que no dijera nada, que era un agente secreto de la Policía Internacional, y que por eso no podía decirte nada. Perdón, Mami.
–Ay, Ye, cuántas veces te dije que no hablaras con extraños, y es lo primero que haces. –Escuchar su relato me puso los pelos de punta, ¿cómo un hombre fue capaz de meterse en mi casa y hablar con mi hija así de fácil? Cuando estemos en casa de nuevo, tendré que dejar las cosas más que claras con mis Pokémon. Especialmente con Pangoro, sus siestas hacen de él un inútil a la hora de hacer de vigía.

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Umbral de los Recuerdos
Fiksi Penggemar"Otra vez me hallaba a mí mismo observando fijamente aquella edificación, una casa modesta de color marrón claro, tirando a un crema oscuro, con un gran ventanal que da vista a las gradas que llevan al segundo piso, y una puerta de roble en el medio...