Shirou Fubuki 6

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Estoy en el aeropuerto de Hokkaido esperando el vuelo de mi peli plateado, hace ya seis meses que se fue a estudiar a Italia junto a un tal Someoka, que es de Ciudad Inazuma, viene a pasar las fiestas de navidad y año nuevo junto a nosotros. Después de un debate complicado y caluroso entre los tíos de mi oji plata y yo llegamos a la conclusión de que yo pasaba a buscarlo y lo lleve a su casa lo más rápido que me era posible.

XXX: "señores pasajeros, el vuelo de Italia con destino a Hokkaido aterrizara en el andén 10, muchas gracias por preferir nuestro vuelo, que pasen unas felices fiestas"- dijo la locutora.

Me dirijo a ese lugar esperando ansiosa ver la cabellera de Shirou o su radiante sonrisa; al ver que se abrían la puerta dejando el paso a algunos de los pasajeros que iban con paso rápido a buscar su equipaje. Me pare de puntitas o saltaba, no es mi culpa no ser tan alta, hasta que escuche y mire a una distancia razonable, los pasos y la mirada calmada del chico que no deja de aparecer en mis sueños.

Shirou: TN- dijo abrazándome con fuerza de la cintura apelando a su cuerpo, le abrace con la misma fuerza a él.

TN: bienvenido Shirou- bese su mejilla para separarme un poco sosteniendo con fuerza su mano- tenemos que ir por tu valija- dije sonriéndole siendo correspondida por su radiante sonrisa que estuve esperando tanto por volver a verla.

Una vez con su valija en mano y tomando el taxi con destino a la casa de sus tíos nos pusimos a contar nuestros avances en los estudios y en el equipo de fútbol.

Shirou: aun no me acostumbro mucho al clima caluroso de esa zona y el que comen pasta de tres a cuatro veces a la semana y arroz solo una vez. En cuanto a la escuela la misma academia de fútbol controla las notas y faltas, así que me estoy cuidando en todo. Hasta Someoka está dando todo de sí mismo para mejorar y no quedarse fuera del plantel, ¿y tu TN, como te va?.

TN: bueno, realmente el clima de Inazuma no es del todo fácil, pero me estoy adaptando de a poco, vivo en la casa de una prima, vuelvo aquí los fines de semana para cuidar a mis abuelos, que por cierto te mandan muchos saludos; en la academia donde voy se sorprenden de la potencia de mi voz por ser una mujer, así que estoy mejorando y espero en un futuro ser tan buena como mi abuelo.

En menos de lo que nos pudimos dar cuenta llegamos a su casa siendo recibidos por sus tíos quienes le empezaron a atosigarlo con muchas preguntas mientras le pagaba al taxi y bajaba su valija, enseguida sentí que me la sacaban de la mano sorprendiéndome que era su tío quien estaba dejando que su esposa siguiera con el interrogatorio a su sobrino.

Cuando los cuatro entramos al calor de la casa me dirigí a preparar té para todos, mientras lo hacía no dejaba de sonreír mientras escuchaba la risa de Shirou y su voz clara y calmada. A madurado en tan poco tiempo que me sorprende, antes lo era pero ahora es mucho más, creo que sus tíos se dieron cuenta, será por eso que no dejan de hacerle preguntas.

Fui a la sala con los té ya listos, se los entregue a todos y me senté en una silla a lado de Shirou, él aprovechó y entrelazo los dedos de su mano con la mía libre. Extrañe mucho su tacto gentil. Seguimos hablando de muchas otras cosas entre ellas cuántos años tiene firmados para quedarse en Italia, estando un total de seis años, pero dentro de tres será más ligero al no tener clases.

Cuando menos nos dimos cuenta estaba oscureciendo, así que decidí irme a mi casa para volver mañana. No conté con que Shirou insistiera el acompañarme, cosa que aceptar después de varias súplicas de él, estábamos caminando por las calles heladas de Hokkaido tomados de la mano y lanzándose miradas llenas de amor y cariño. Cuando solo faltaban unos metros para llegar él se detuvo haciendo que yo también lo haga.

TN: ¿que pa...? - no pude terminar la pregunta cuando sentí que me besaba en los labios, los extrañaba demasiado, no dude y cerré mis ojos alzando mis brazos por sus hombros correspondiendo el beso con ternura y amor.

Shirou:- se separó de mí con lentitud- estuvimos toda la tarde juntos y no nos dimos ningún beso, los extrañe demasiado como para no darte por lo menos uno- dijo sonriendo, asentí ligeramente sonrojada.

Llegamos a la entrada de mi casa, nos despedimos con otro beso en nuestros labios un poco más rápido y prometiendo que nos volveremos a ver mañana. Cuando mis abuelos me vieron tan sonriente no pudieron evitar hacer comentarios sobre "la llegada del príncipe azul" haciendo que me sonroje demasiado y que me encierre en mi cuarto esperando que no siguieran con la conversación mañana.

Inazuma Eleven (personaje y lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora