4:00 a.m, aún no soy capaz de conciliar el sueño desde que decidí ir a dormir, no se que me pasa que no paro de dar vueltas en la cama.
-No hay solución-me digo a mi misma levantándome de la cama.
Me pongo unos pantalones negros, una camisa roja de cuadros negros y una chaqueta de cuero negra con unas zapatillas de deporte del mismo color. Soy totalmente consciente de que tengo mucha ropa negra, pero cuando te la pasas siempre entre sangre y tripas es lo más fácil y cómodo.
Salgo de casa tras asegurarme de haber cerrado con llave la puerta y voy hasta el parque a dar un paseo. Todo está muy tranquilo, toda la gente durmiendo, sin niños jugando y los columpios balanceándose mecidos por la suave brisa de la mañana. Mi pelo suelto se agitaba con el viento y no se escuchaba más que su susurro en mis oídos.
En un momento dado me paro al contemplar frente a mí un búho en una rama mirándome fijamente con sus enormes ojos amarillos, siempre me parecieron fascinantes éstas criaturas, al igual que los murciélagos, ambas criaturas nocturnas totalmente distintas.
Al reanudar mi marcha noto una mirada penetrante a mis espaldas, puede que algo de sangre me pueda ayudar a conciliar el sueño. Acelero ligeramente el paso hasta entrar a un callejón y aproveché las sombras para esconderme, a veces me encantaría tener los ojos de un búho para la noche.
-¿Quién osa acechar a La Hija del Caos?-dije saliendo tras su espalda y poniendo mi cuchillo en su garganta.
-Jejeje ¿La Hija del Caos? Eres una chica estúpida, ella tiene más de 40 años, no te hagas pasar por quien no eres niña-había escuchado que como yo no revelaba mi identidad se habían extendido distintos rumores sobre que tenía poderes demoníacos o que era una señora mayor especializada en el asesinato.
Antes de que me diese cuenta, el hombre consiguió arrebatarme el cuchillo con una llave bien realizada. Esto será divertido.
-¿Sorprendida niña?
-Más bien interesada.
El hombre corrió hacia a mí con el cuchillo en la mano, yo era buena en la lucha cuerpo a cuerpo y él con los nervios solo lanzaba estocadas al aire que yo esquivaba con suma facilidad.
-Te mataré estúpida perra-su pulso era acelerado, no se esperaba que yo ofreciese tanta resistencia.
-Jejeje, primero consigue darme-y acto seguido como una niña saqué mi lengua en forma de burla-. ¡Ay estúpido, mi cuchillo idiota!-grité al ver mi arma partirse contra la pared en mi último esquive.
Cuando tiró lo que quedaba del arma, se lanzó hacia mí intentando placarme, lo esquivé y le dí un puñetazo en la nariz haciendo que el líquido carmesí saliese de ella manchando su cara y mis nudillos.
-Sabes asqueroso-dije tras lamer su sangre.
Retrocedió intentando parar la hemorragia, lo cual aproveché para darle una patada en la pierna, desequilibrándolo y dándole otra patada en la cara, provocando un corte en su ceja. La rabia se manifestaba en su cara, lo cual hacía que esto me divirtiese más. Volvió a cargar contra mí a lo que yo simplemente salté tras de él pasando mi brazo por su cuello asfixsiándolo.
-Z-zorra asque-erosa.
-Ya ya ¿Sabes hacer algo más a parte de insultarme?-aflojé mi agarre, no tenía ganas de matarlo todavía.
-¿Q-quien eres?
-Ya te lo he dicho-rodé mis ojos-. Me llamo Eris, aunque también se me conoce como La Hija del Caos-al ver mi rostro divertido y sin ningún rastro de mentira en él, su cara se puso pálida .
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La hija del Caos
Teen FictionNombre: Eris Apellidos: Desconocidos. Edad: 25 años. Origen: Desconocido. Familia: Desconocida Residencia: Desconocida. Habilidad: Manejo de todo tipo de armas y lucha cuerpo a cuerpo. Trabajo: Asesina a sueldo.