—¡Pilot!—entramos por la puerta del almacén, encontrándonos a nuestro bárbaro durmiendo recostado en una silla—. ¡PILOT!—le grité al oído.
—¡JODER!—se tambaleó en la silla y cayó de bruces al suelo entre nuestras risas.
—Arriba tío—Darien le ayudó a levantarse.
—¿Qué queréis?—contestó molesto.
—Oye, agradece que fuimos nosotros y no Zero, él te habría despertado con un despido—me crucé de brazos—. Necesitamos un revólver y dos cuchillos de caza—le di la nota de Zero.
—Dadme un minuto—el bárbaro se fue detrás de una puerta y a los pocos segundos volvió con las tres armas pedidas.
—Ahí tenéis—miró a Nicco—. Buena suerte chaval—le guiño el ojo y nosotros salimos del almacén en dirección al campo de tiro.
En cuanto llegamos mi hermano ya estaba esperando nuestra llegada, Zero había avisado a los tres agentes que entrenarían a Niccolo para que estuviesen preparados.
—Hola chicos—saludó mi hermano entusiasmado—. ¿Listo enano?—revolvió el pelo de Nicco.
—¡Listo!—contestó este con emoción.
—Bien, primero debes saber lo básico sobre cada arma, cómo desmontarla y cómo volverla a montar, además de las características...—y sin dejarle terminar Niccolo ya había terminado de desmontar totalmente el arma.
—Revólver 625, calibre 45, longitud del cañón 4°, peso 1148g, longitud total 239mm, capacidad del tambor 6 balas—el niño miraba con atención a Carter, quien se hallaba bastante sorprendido.
—Ha estado estudiando mucho últimamente—reí junto a Darien.
En el campo de tiro Niccolo se puso las gafas de protección y los tapones para los oídos, al igual que los demás. Comenzamos por los objetivos grandes e inmóviles, en un 90% de los tiros acertaba en el blanco, para nuestra sorpresa no le costó en absoluto manejar el retroceso del arma, fue algo más complicada la puntería con el objetivo móvil.
Tras aprobar a Niccolo con un 8, pasamos al siguiente bloque de entrenamiento. Angie nos estaba esperando practicando su lanzamiento de cuchillo, cuando notó nuestra presencia paró y se giró hacia nosotros.
—Hola chicos—sonrió mi amiga.
—¿Qué tal?—puso sus manos en sus caderas—. ¿Listo para tu entrenamiento?guiñó el ojo derecho y revolvió la cabeza del pequeño.
—¿Qué manía tenéis de revolverme todos el pelo?—dijo Niccolo peinándose otra vez.
—Vaya, creo que está sacando tu carácter Eris—rió mi amiga.
—Y bien orgullosa que estoy de ello—hinché mi pecho.
—Pues empecemos.
El entrenamiento empezó calculando el peso y la forma de coger cada cuchillo, además de saber como lanzar cada uno. Las armas blancas fueron mucho más sencillas que las de fuego, pero la puntería en los objetos móviles aún le costaba acertar. Tras casi dos horas de entrenamiento Angie le dió un 9.4, mucho mejor que en la prueba anterior, y nos dirigimos a comer algo antes de los dos últimos entrenamientos.
—Chicos—Joseph vino hacia nosotros—. Me he tomado la libertad de haceros hoy unos bocadillos para la comida—sonrió el anciano con ternura.
—Padre, no tenías porqué molestarte—sonreí.
—Claro que si, en casa no tengo nada que hacer y comer siempre comida basura no es bueno para un niño—miró a Niccolo.
—¡Gracias Joseph!—Niccolo abrazó al anciano.
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La hija del Caos
Teen FictionNombre: Eris Apellidos: Desconocidos. Edad: 25 años. Origen: Desconocido. Familia: Desconocida Residencia: Desconocida. Habilidad: Manejo de todo tipo de armas y lucha cuerpo a cuerpo. Trabajo: Asesina a sueldo.