23. Fiesta

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A la mañana siguiente me desperté por unos cuchicheos en la habitación, no le di demasiada importancia y no abrí los ojos hasta que...

—ERIIIIS—dos voces me alteraron y sentí un repentino peso extra sobre mí.

—¡Chicos, no puedo respirar!—Niccolo y Darien estaban encima de mi caja torácica comprimiendo mis pulmones e impidiéndome respirar.

—Lo siento—dijo el niño preocupado y saliendo rápidamente de la cama.

—Pueees—tiré a Darien al suelo y me incorporé—. ¡Ahora me vengare!—corrí hacia el niño y comencé a hacerle cosquillas. Los tres reíamos mientras Niccolo intentaba escapar de mi, y al final terminamos los tres en el suelo sonriéndo.

—Eris ¿Sabes porqué hoy hay fiesta en casa de Alba y Angie?—me dijo Darien viendo su móvil.

—¡Es verdad! ¡Hoy se cumplen 8 años desde que Angie entró a la agencia! ¡Venga prepararos que hay que ir a por su regalo!—me levanté ilusionada.

—Pero hoy es domingo, las tiendas están cerradas—advirtió Darien.

—No dije que fuésemos a ir a una tienda—sonreí, yo ya tenía esto planeado desde hace meses.

Tras vestirnos y desayunar, Niccolo dio de comer a Ron, se habían llevado bien. Salimos de casa en dirección a la parada de autobuses, donde cogimos uno que iba poco lleno y nos dejaría a unos metros andando de nuestro destino.

En todo el camino Niccolo estaba ilusionado viendo la ciudad, y en ningún momento me soltó a mi y a su peluche, el cual llevaba a todas partes. Tras casi una hora en el bus, bajamos y anduvimos un rato hasta que nos detuvimos ante una enorme verja metálica que ponía "Protectora C&T".

—¿Vamos a tener otra mascota?—preguntó Niccolo entusiasmado.

—No, vamos a buscar el regalo para mi amiga Ángela—Nicco se veía algo decaído por la negativa, pero su cara cambió al instante cuando entramos y vio a tantos animales correteando por el interior.

—Hola ¿Puedo ayudarles en algo?—una voz masculina se hizo presente desde detrás nuestra y un chico alto de pelo marrón y ojos verdes apareció.

—Hola Connor—saludé.

—Yo soy Travis—rió y justo detrás de él otro chico igual a él habló.

—Yo soy Connor.

—Buen intentó chicos, pero ya no me engañan más—me crucé de brazos. Connor y Travis Edwardson, gemelos, ambos con el pelo marrón y unos ojos enormes, tan verdes que hipnotizan.

—Había que intentarlo—rieron—. ¿Nos presentas?—señaló hacia mi compañero y el niño, quienes estaban embobados jugando con los perros y gatos que había por allí.

—Claro ¡Chicos!—les llamé y ambos vinieron al trote—. Connor, Travis, ellos son Darien, mi compañero de trabajo y Niccolo, mi hermano, ellos son Connor y Travis Edwardson, son los dueños de éste sitio y son quienes me ayudaron a adoptar a Ron.

—Un placer—se saludaron todos.

—Bueno, ¿Están listos los candidatos?

—Por aquí señorita—Travis estiró su brazo dejándome pasar delante de él, mientras Connor se ponía al frente para dirigirnos a dentro de la casa.

—Oye ¿Qué es todo esto?—preguntó Darien, quien me seguía de cerca con Nicco en brazos.

—Llevo preparándo esto desde hace un tiempo—entramos a una sala con cinco animales de la misma especie.

La hija del CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora