Capitulo 36: Apuesto.

1.7K 152 11
                                    

Trate de entenderla, pero ¿como podía? Ian era perfecto, ¿como podía mi madre no quererlo para mi?

---¿Estas bien, linda?--- Ian interrumpió mis pensamientos poniendo con suavidad su mano tibia sobre la mía.

Gire mis rostro al suyo, precioso, con una sonrisa suave.--- Si... Yo...No la entiendo.

---Yo si.--- Dijo con serenidad.
Abrí los ojos lo mas que pude. ---Esto ya lo había hablado contigo, tu seguridad es importante, ¿Sabes cuanto debe haber sufrido tu madre mientras no estuviste?

---Puedo entender eso, pero tu me cuidaste... Tu estuviste conmigo.

Tomo mis manos.---Y yo estoy contigo. Pero entendamos un poco a tu madre, con el tiempo me conocerá.

Sonreí en automático. --Ahora animarte linda que vamos a comer hasta hartarnos. ---Se giro al frente y arranco el auto.

Se detuvo veinte minutos después en el estacionamiento de una plaza comercial, bajó y caminó rápidamente para abrir mi puerta del copiloto, me dio la mano al bajar y caminamos al establecimiento tomados de la mano, quería que todos me vieran de su mano, que las demás me envidiaran por tenerlo a el. Sin duda era un hombre que llamaba la atención en el lugar que estuviese, su gran tamaño, sus músculos notables aun sobre la ropa, su mandíbula cuadrada y sus ojos azules, pero no era solo eso, el tenía algo, tenía ese algo que iluminaba, que atraía... Que llenaba.

Abrió la puerta del restaurante para mi sin soltarme la mano, una chica en la esquina volteó de inmediato, señalo a su amiga que volteo sobre su hombro, sonreí orgullosa, me aferre con mi mano libre a su brazo musculoso, giro a su rostro al mio y sonrió dulcemente. Caminamos tomados de la mano hasta la barra en el centro.

---Una mesa y dos menús, porfavor.--- Le dijo a la mujer tras el mostrador que seguía de espaldas, se dio la vuelta con lentitud y sonrió al verlo.

---¡Cariño!--- Dijo la pequeña mujer y se lanzo sobre la barra para atraerlo hacia ella, Ian soltó mi mano y se inclino para rodear sus hombros.--- ¿Que haces aquí? No me avisaste que venías. --- Se aparto de el con lentitud.

---Lo siento, mamá.--- se aparto un poco de ella y tomo mi mano, la mujer me miro con una sonrisa suave.--- Ella es Dashia.

---¡Oh eres tan hermosa¡ justo como la describiste.--- Ian soltó una nerviosa carcajada y rasco su nuca. La mujer se dio la vuelta y rodeo con rapidez la barra que nos separaba, se acercó a mi y me halo un poco para abrazarme.

---Es un gusto señora, ¿Ian le ha hablado de mi?--- Pregunte sonriendo cuando nos apartamos.

--- Horas y horas, no hable con el en meses y cuando volví a verlo no dejaba de hablar de ti.

---Mamá, basta.--- Dijo casi en un susurro.

---Claro, basta. Los llevare a una mesa, porque vinieron a comer ¿Cierto?

---Claro, aparte quise presentarte a Dashia... como mi novia.

---Cariño...--- Sus ojos se humedecieron un poco.--- Gracias.--- Sonrió. Se dio la vuelta y caminó con nosotros tras ella hasta una pequeña mesa en la esquina junto al ventanal.--- Pueden sentarse aquí, les traeré dos menús.--- Hizo una pausa.--- Eres una hermosa señorita.--- Me dijo con suavidad antes de darse la vuelta y caminar por el pasillo de nuevo.

Voltee de inmediato a ver a Ian que me veía con atención.--- ¡No puedo creer que me trajeras a ver a tu madre sin decírmelo!--- Soltó una carcajada.

---Lo siento, ¿Crees que es muy rapido?--- Me pregunto sonriendo como si estuviera seguro de mi respuesta.

---No. --- Sonreí.

El bello síndrome de estocolmo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora