Capitulo 55: Vacío.

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Podía sentir su corazón latir a mil por hora a mi lado. Su pequeña mano entre mis dedos sudaba y temblaba, la sujete con fuerza para hacerle sentir que yo estaba ahí, para ella... Como siempre. Me miró con ternura y sonrió.

Me detuve media hora después a un par de casas del lugar que me fue indicado, un pequeño edificio casi en ruinas.

Detrás de mi auto estaba la camioneta de mi compañero.

--- Espera aquí un segundo.--- Le dije a Dashia sentada en el asiento del copiloto, respiraba profundo cada cuando para tratar de mantenerse tranquila, pero no lo estaba.

Se limitó a asentir viendome con esos grandes ojos tan expresivos. Le di un beso en los labios y baje del auto en silencio. Di la vuelta al auto y camine a la camioneta.

--- ¿Que pasa?--- Pregunte a Isaac, el nuevo compañero que me había sido asignado hacía un par de semanas y que ahora se encontraba al volante.

Me fue otorgado un compañero porque mi superior ya no confiaba en mi para estar por mi cuenta.

--- Suponemos que está dentro, la calle y el callejón trasero están rodeados.

--- ¿Qué pista tenemos de que se esconde aquí?--- Pregunte de inmediato.

--- Recibimos una llamada anónima después de difundir la imagen en el periódico. La fuente dijo que había visto a un hombre de características similares entrar y salir un par de veces de este edificio.

--- ¿Cuánto llevan aquí?

--- Salimos cuando te llame.--- Respondió Isaac con seriedad.

--- ¿Que esperamos para entrar?--- Cuestione ansioso.

--- Estábamos esperandote a ti.

--- Bien, pues ya llegue, ¿Que armamento traes?--- Señale la parte trasera de la camioneta.

--- Traemos cinco glock 43 de 9 milímetros,--- Salto un joven desde la parte trasera de la camioneta.---- cuatro glock 19 de 9 milímetros, tres bombas de humo, municiones, cargadores, silenciadores, chalecos, esposas.

--- Necesito dos glock 43.--- Dije recordando el arma que Dashia ya había usado anteriormente.--- y dos chalecos antibalas.

--- ¿Para que necesitas dos?--- Preguntó Isaac enarcando las cejas.

--- Yo... Traigo a alguien.

---¡¿Que?! ¡¿Trajiste a un civil a un operativo como este?!--- Saltó mi joven compañero.

--- Una civil.

Se llevó la mano al rostro.--- Dime que no es la chica.--- Hizo una pausa.--- Dime que no trajiste a la chica que él está buscando.

--- Escucha, es algo que ni tu, ni yo podemos entender, pero ella necesita estar aquí.

--- Tu no entiendes, me pusieron en este caso para vigilarte, están esperando que hagas otra estupidez como esta para sacarte del caso.--- Hizo una pausa.--- Si algo sale mal te pueden meter a la cárcel.

Note la estupidez que había cometido al llevarla ahí, pero era tarde.--- No voy a llevarla a casa.

--- Pues yo no seré parte de esto.--- Dijo levantando las manos en el aire.

--- De acuerdo. Pero nadie dirá nada.--- Dije antes de tomar ambos chalecos, las armas y bajar de la camioneta.

Isaac bajo casi inmediatamente después de mi y camino en silencio hasta mi auto, abrí la puerta de Dashia y vi como Isaac la miro con disimulo, supe reconocer en su mirada que noto lo que yo note en ella desde el primer momento que la vi. Eso que saltaba a la vista, su rostro hermoso, su energía preciosa, su sonrisa, ella.

El bello síndrome de estocolmo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora