Capitulo 30: Feria.

2K 166 9
                                    

Hacia frío, todo estaba oscuro, mi ropa se sentía mojada, me levante y comencé a caminar tomandome de las paredes, parecieron horas, vi una luz y la seguí, pero tropecé con lo que parecía una persona, me asuste, me aparte y voltee al frente. La luz parecía mas cercana, estaba avanzando hacia mi, voltee al piso, Ian yacía ensangrentado en el suelo, mi ropa estaba llena de sangre que no era mía, la luz llego hasta mi, pude apreciar la cara de Kenny.

--- ¿Linda?

Kenny se acerco a mi y sonrió, saco su pistola tras su pantalón.

--- ¿Linda? ¿Estas despierta?--- Escuche sus golpes en la puerta pero parecían lejanos, intente despertar.

Respire profundo, frote mis ojos y acomode mi cabello.

--- ¿Ian? Pasa.

Su hermosos rostro se asomo tras la puerta sonriendo.--- Lamento haberte despertado.--- Cerro la puerta tras el y se acerco.

--- Esta bien, ya es tarde.--- Sonreí, voltee a ver el reloj junto a mi cama. Eran las 4 de la tarde.

--- Lo se.--- Rió.--- Y no se que haces dormida a esta hora.--- Se sentó en la orilla de la cama.

--- He tenido problemas para dormir últimamente.--- Su semblante se tornó serio por unos segundos, pero cambio de inmediato.

--- Bueno, quiero raptarte hoy.--- Sonreía.

--- ¿Que?-- Pregunté sonriendo.

--- Tengo todo el día planeado para nosotros, iremos a la feria, te llevaré a uno de mis lugares favoritos y después iremos a bailar.

Sonreí, por dentro estaba brincando de emoción.--- ¿Estas loco? Ni siquiera puedo caminar bien.--- Reí.

--- No necesitas caminar, dije que iremos a bailar no a caminar.--- Me dijo sonriendo satisfecho.--- ¿Qué dices? ¿Te espero abajo?

--- ¿Oye como es que todos consiguen colarse hasta mi recámara?

--- ¿Quién mas?

--- Ayer me visito Mayra, te la presente ¿recuerdas?

--- Claro, tu amiga.--- Hizo una pausa.--- Vaya comenzaba a ponerme celoso.

Sonreí y sentí mis mejillas calentarse.

--- No quieres ver a un policía celoso.--- Sus labios torcidos en una mueca adorable y sus cejas arqueadas.--- Bueno, te espero abajo.--- Se puso de pie y se dio la vuelta, cerro la puerta tras él.

Me arrastre con las manos a la orilla de la cama, metí los pies en las sandalias, y me puse de pie, camine cojeando hasta las puertas del armario, sentía una leve molestia cada que apoyaba el pie, pero nada que me detuviera para salir con Ian esa tarde.

Saque de mi closet una falda circular hasta la rodilla negra, un top rojo sin mangas, unas bragas y un sostén negro, las deje sobre la cama y me dirigí al baño, cerré la puerta tras de mi, me desvesti y me quede unos minutos frente al espejo, mi rostro ya no tenía moretones, solo una leve línea casi invisible donde estaba antes el golpe en mi pómulo, mi clavícula y costilla aun dejaban asomar leves círculos rosados, torcí la cabeza y me gire hacia la ducha.

Salí minutos después en vuelta en una toalla, me dirigí a la cama para vestirme, pero de nuevo me sentí observada, volteé a todos lados, me acerque a la ventana a asegurar las cortinas, después puse seguro a la puerta, me senté en la orilla de la cama y metí mis piernas en mis bragas, entre en ellas sin quitarme la toalla, metí mis brazos en los tirantes del sostén y baje la toalla, lo abroche en la espalda, metí mis piernas en la falda, me puse de pie para meterla hasta mi cintura, después metí mis brazos en el top, acompañe el conjunto con unas sandalias de piso color nude. Me acerque al espejo del tocador, la ropa parecía estar bien, pero aun no sabía que hacer con mi cabello, mis ojos estaban rodeados con un leve aro oscuro, me senté en el pequeño banco acojinado y comencé a maquillarme, hacía tiempo que no lo hacía, pero el resultado me agrado, un maquillaje sencillo y discreto, un poco de labial rosado claro y perfume.

Metí mis pies en unas sandalias rojas y fui cojeando un poco hasta la puerta, la abrí con cuidado y mi corazón latía con fuerza, baje las escaleras sosteniendome de la barandilla, Ian estaba sentado en el sofá frente a mis padres, parecía nervioso, me miro y se puso de pie, sonrió y metió sus manos en los bolsillos de su pantalón.

--- ¿Estás lista?--- Papá y mamá se pusieron de pie también y dirigieron la vista hacia mi.

--- ¡Te ves tan linda! --- Dijo mama sonriendo.

--- ¿Vas a cuidarla bien verdad?--- pregunto papá a Ian un poco nervioso.

--- Se lo prometo señor.--- Dijo asintiendo.

--- ¿A que hora volverán?

--- La traeré sana y salva a media noche si les parece.--- Dijo sonriendo.

--- Esta bien.

Camine un poco nerviosa hasta ellos, mamá me extendió sus brazos y me dio un fuerte abrazo, papá también.

--- Tranquilos, solo iremos a bailar, no me voy a la luna.--- Dije sonriendo.

Me despedí de ambos.

--- ¿Nos vamos?--- Dijo Ian tras de mi.

--- Claro.--- Dije sonriendo y me dirigí a la puerta, él la abrió para mi.--- Los veo mas tarde.--- Dije levantando la mano en señal de despedida.--- Me di la vuelta para atravesar la entrada, sentí la mano de Ian tras mi cintura y un escalofrío recorrió mi espalda.

Cerró la puerta tras de mi y se acomodo a mi lado, cruzamos juntos el jardín hasta la acera.

Se adelanto y abrió la puerta del copiloto de su auto para mi.

--- Gracias.--- Le Sonreí mientras subía, él sonrió también, me acomode en el asiento y él rodeo rápidamente el auto para subir del otro lado.

--- ¿Quieres música?--- Me preguntó.

Sonreí.--- Claro.--- Estaba nerviosa, él lo parecía también.--- Asi que... ¿A donde vamos?

--- Pensaba en ir a la feria, pero creo que serás demasiado miedosa.

--- Pff ¿de que hablas?

--- No vas a subirte a todos los juegos ¿o si?

Sonreí.--- Espera... ¿Estas diciéndome que no crees que pueda subir a los juegos extremos?

--- Eso dije.--- Levantó una ceja sonriendo.

--- ¿Me estás retando?

Sonreía sin dejar de ver al frente. --- Podemos apostar...

Levante las cejas.--- ¿Y que apostariamos?

--- Si no te subes a todos, me invitas a comer mañana.

--- ¿Y si lo hago?

--- No lo harás.--- Levanto las cejas sonriendo.

Reí.--- ¿Y si lo hago?--- Insistí.

--- Si lo haces te invitó yo.

--- Asi que de cualquier manera iremos a comer mañana.--- Sonreí.

--- Si, ambos salimos ganando.--- Sonrió.

El bello síndrome de estocolmo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora