Capitulo 24.

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Mamá fue la primera en saltar sobre mi, su olor me empalagó por un momento pero lo disfruté de inmediato, su cabello rubio hacía cosquillas es mi nariz cuando respiraba.

--- No sabes cuán contenta estoy de que estés aquí de nuevo, en tu casa.--- Me susurraba al oído. Se apartó y se paró a un lado de mi padre, le dio un beso en la mejilla y saludo a Ian del otro lado. Un desfile de amigos y familiares vino después.

Al final Mayra asomó su cabellera oscura, sus ojos llorosos pero sonriendo, me abrazó con fuerza.

--- No sabes cuanto me he preocupado por ti.--- Me susurró entre sollozos, estuve a punto de llorar con ella.

--- Pero pasen por favor. --- Interrumpió mi madre.--- Pasen y tomen asiento, ¿Quieren algo de beber? Cariño te llevare a la sala. --- Mamá guió mi silla a través de la estancia hasta la sala, Ian y mi padre se quedaron atrás susurrando algo, no alcance a escuchar sobre que. Mamá acomodo mi silla a un lado del sofá y desapareció en la cocina, todos tomaron asiento, Mayra se sentó en el sofá junto a mi.

--- ¿Cómo te sientes? --- Me preguntó.

--- Bueno, aun me duele un poco la pierna pero...

--- No, ¿Cómo te sientes... Después de todo esto?--- Me interrumpió, sus grandes ojos marrones me veían fijamente, con una mirada tierna pero preocupada.

¿Cómo me sentía? No había tenido mucho tiempo para pensar en ello.

--- Bien, yo... Ya sabes... Estoy viva.--- Sonreí fingidamente, algo se removió dentro de mi estómago, pero preferí ignorarlo.

--- ¿Quién es ese que venía contigo?

---¿Ian?

---!Dios es guapisimo!--- Exclamó con su voz delgada.

Ian llego acompañado de papá y se sentaron justo enfrente.

--- Soy Ian Moratt mucho gusto.--- Extendió su mano hacia ella sobre la pequeña mesa de centro.

---Mayra.--- Respondió sonriendo y volvió a su lugar. --- Enserio, parece de sueño. --- Me susurró al acomodarse a mi lado.--- Y¿Cómo se conocen ustedes dos eh? --- Pregunto después de unos segundos.

--- Bueno... Yo trabajo en el hospital. --- Voltee mi rostro hacia él confundida.

--- Si, trabaja en el hospital y nos ayudo a traerla.--- Apoyó mi padre nervioso.

--- Si... Y yo ya debería irme. --- Se puso de pie. --- Yo... Vendré después para ver como sigues linda.--- Se acercó a mi y se inclinó para darme un beso en la mejilla.

--- ¿No te quedas a comer muchacho?---- Pregunto mi padre, Ian se dio la vuelta a mi lado para quedar de frente a él.

--- Se lo agradezco señor, pero tengo algunos pendientes en mi trabajo. Si no le molesta puedo venir mañana a ver como sigue su hija.

--- Eres bienvenido cuando desees, te acompaño a la puerta.--- Se puso de pie y lo acompañó fuera.

--- Después vas a contarme todo ¿Verdad? Porque ese cuento de que trabaja en el hospital no me lo trago.--- Susurró Mayra a mi lado, voltee a verla y Sonreí.

El bello síndrome de estocolmo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora