Al menos ahora tenía algo que escuchar, algunas canciones de las que me dio Ian no las conocía, otras apenas las había escuchado, pero agradecía tanto tener algo en que ocuparme y escuchar algo que no fuera esa maldita gotera. El lugar cada vez estaba mas frío.
Escuche un tintinear de llaves y escondí asustada el reproductor.
--- Hola linda.--- Dijo, su voz tranquila.--- Te traje algo de comer.--- Dijo cruzando la puerta.
---¿Qué trajiste?--- Me acerqué a él para tomar las bolsas que traía en las manos.
--- Una hamburguesa y papas.--- Dijo sacando las cajas de plástico de la bolsa y poniéndolas sobre la mesa
--- ¿A caso quieres que engorde?--- Pregunte bromeando.
--- Mmm si, tal vez. Después te mataré y te comeré.--- Dijo sonriendo. Lo observe en silencio.--- Es broma. Tal vez te comeré viva--- sus ojos en blanco, ese gesto me parecía tan tierno. Se sentó junto a mi.--- ¿Comeré contigo de acuerdo? Checo come de una manera asquerosa. Toda la comida salta de su boca todo el tiempo.--- Reía.
---¿No te... Meteras en problemas por hacerme compañía?
--- Ellos no se preocupan demasiado por lo que hago.--- Dio una mordida a su hamburguesa.
--- ¿Y que haces?... Ya sabes, cuando no estas aqui.--- Me intrigaba aquello. Tal vez tenían esposas, hijos, novias, ¿Podían llevar una vida normal después de lo que hacían en ese lugar?
--- Mmm a veces visito a mi mamá.--- Sonrió.
--- ¿Solo eso?... ¿No vives con ella?
--- No, vivo solo, pero paso la mayor parte del tiempo aquí. Mamá y yo tenemos una relación complicada...
--- ¿Porqué?... ¿Porqué es complicada?
--- Hace dos años mi hermano menor murió... Y mama me culpó por eso.--- Se quedó unos segundos viendo a la nada.--- Pero no quiero hablar de eso.--- Cuentame de ti.
--- Mmm bueno... También odio los pepinillos.--- Sonreimos.--- Tengo un admirador psicópata y como veras no salgo mucho.
--- También eres una pésima cantante.
--- ¿De que hablas? Soy excelente.--- Se quedó en silencio, yo también.
--- De verdad apestas.--- Sonreía.
--- Tu no lo haces mejor. --- Hice una pausa para comer.--- ¿Y tu mamá sabe a que te dedicas?
--- Si...--- Dijo pensativo.--- No le gusta mucho, le parece peligroso... Piensa que por esto murió David.--- Se quedo viendo a la nada de nuevo.
--- ¿Y estudias?--- Cambie de tema.
--- No, hace rato termine con eso.
--- ¿Y tienes novia o algo así?--- Sonrió.
--- No. Pero me gusta alguien.--- Dijo viendome, mis mejillas se calentarón y sonrei.--- Pero es pésima cantante, y no sale mucho. Así que no puedo invitarla a salir en alguna cita.--- Reímos.
--- ¡Eso es cruel!.--- Dije entre risas.--- ¡Te burlas de mi encierro.!
--- Vaya que eres creída, ¿Qué te hace pensar que eres tú?--- Ambos reímos. Su expresión se volvió seria.--- Trato de hacerlo menos... Pesado.
--- Gracias. --- Dije. Y era sincera, agradecía sus intentos por hacerme olvidar un poco toda esa pesadilla, aunque él fuera parte de ella.
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El bello síndrome de estocolmo.
Ficção Adolescente¡¡COMPLETA!! Dashia Scott, estudiante de preparatoria, hija de padres millonarios es alejada de su familia y llevada a un lugar horrible, donde conocería el amor ¿O no? El síndrome de estocolmo o síndrome de identificación de supervivencia, es un e...