Capitulo 45: Otras vidas.

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Cuando Ian llamó esa tarde, su voz denotaba tristeza, preocupación.

--- ¿Puedo verte?

--- ¿Estas bien?--- Me preocupe al escuchar su voz entre sollozos.

--- No lo se... Necesitó verte.

--- Claro, mis padres no están en casa esta noche, puedes venir.--- Le respondí.

--- En realidad... Estoy afuera.

Pegue un salto de mi cama y me asome un poco a la ventana, el auto de Ian estacionado en la calle justo frente a la acera.

--- Ahora bajo.--- Colgué y avente el celular a la cama, baje con rapidez las escaleras y abrí la puerta, camine hasta el auto y lo observe bajar por el otro lado antes de que yo llegara.

Su rostro parecía cansado, sus ojos rojos e hinchados, me vio y esbozó una sonrisa breve, se acercó a mi y me abrazó con fuerza.

---¿Estas bien?--- Pregunte rodeando su cuello, lo sentí sollozar, su pecho se elevaba con trabajo y se aferro aun mas a mi espalda.--- ¿Ian? ¿Esta todo bien?

--- Esta muerto.--- Dijo entre sollozos, apenas pude entender.

--- ¿Que? ¿Quien?

--- Y fue mi culpa.

--- Ian, estas asustandome, ¿De que hablas?

No obtuve respuesta, decidí esperar a que estuviera listo para hablar, podía sentir sus dedos enterrarse en mi espalda era casi doloroso, me aferre a su cuello y el lloro en mi hombro.

---¿Quieres entrar?--- Me anime a decir cuando lo sentí mas tranquilo. Se aparto un poco de mi, sus mejillas brillaban por sus lágrimas, su rostro rojo y su cabello mas despeinado de lo habitual.

Asintió y lo tome de la mano, cruzamos el jardín hasta la puerta de entrada.

---¿Quieres algo de tomar?--- Le pregunte una vez entramos.

--- No.

--- ¿Quieres contarme que paso?--- Subió sus codos a la barra y se quedó viendo  sus manos frente a su rostro. Las mangas de su camisa estaban sucias, manchadas con algo oscuro.

--- Dejó tres hijos.

--- ¿Quien?

---Samuel.

--- ¿Quien es Samuel?

--- Mis manos tienen su sangre.--- Dijo sin responder mi pregunta.

--- ¿Ian de que estas hablandome?

--- Lo único que tenía que hacer, era cubrirlo.--- Golpeó la mesa con ambas manos y se puso de pie, se llevo las manos a la cintura y me dio la espalda.--- Debí hacerlo bien.--- Se quedó unos segundos viendo a la nada. Observe como sus hombros comenzaron a subir y bajar con rapidez, me acerque a el de nuevo y lo abrace por la espalda, se llevo la mano al rostro y limpio sus lágrimas de nuevo.

--- ¿Quieres dormir un poco?

--- No creo que pueda dormir. No ahora.

--- Ven vamos arriba.--- Lo tome de la mano y lo jale tras de mi a las escaleras rumbo a mi habitación.

--- ¿Ahora quieres contarme?--- Le pregunte una vez que se sentó en la orilla de la cama frente a mi.

--- Tu habitación es linda.--- Dijo sin la mas mínima señal de emoción en su voz.

---¿Ian? ¿Estas evadiendome?

--- Un hombre murió por mi culpa hoy.--- Soltó sin mas.

--- ¿Por tu culpa?--- Me acerque a el con cautela.

El bello síndrome de estocolmo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora