Capítulo 35

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Karlie POV

Abro los ojos perezosamente y un exquisito olor viene hasta mis fosas nasales, sonrío pensando en que tal vez Taylor ya tiene la cena preparada y lista para comer.

Intento sentarme en la cama, me llevo una mano a la cabeza cuando veo que todo comienza a darme vueltas.

— Oh no... Otra vez no —suspiro llevándome en seguida una mano a la boca.

Iba a vomitar.

Corro hasta el baño, sin querer doy un gran golpe a la puerta y me pongo de cuclillas en el suelo frente al inodoro. Esto es lo que odio a veces de estar embarazada.

— ¿Karlie? —oigo a Taylor desde la distancia pero no soy capaz de decirle nada aún.

Estoy con la mitad de la cabeza metida en el retrete.

— Ay cariño... —la oigo decir y me sostiene el cabello—. ¿Estás aquí hace mucho rato?

— No... —jadeo antes de volver a botar mi almuerzo por la boca—. Fue de repente.

— Lo sé... ¿Te acuerdas que Grace también me hacía pasar malos ratos? —la escucho—. Y yo que había preparado camarones...

— ¿Y quién dijo que no iba a comer? —ella se ríe mientras me soba la espalda con cariño.

— Con la comida no se juega —bromea.

— Sí, y lamento tanto haber perdido el almuerzo —suspiro tirando el agua del retrete.

Taylor me ayuda a levantarme, camino hasta el fregadero y me lavo la boca y las manos.

— ¿Te sientes mejor?

— Sí... Solo que... Odio quedarme con esta sensación en el estómago —me afirmo con ambas manos sobre el mueble y me quedó quieta mientras miro mi vientre—. O están asustados o los he despertado porque se están moviendo como nunca antes...

— ¿Qué? —ella se acerca y coloca su mano en mí— Guau.

— Si, lo sé... Se siente extraño —me río nerviosa.

Nos quedamos en silencio unos segundos mientras miro a Taylor tan ensimismada, palpando y tocando como si esto fuera una de las ocho maravillas del mundo. Sonrío y siento las tremendas ganas de besarla tan fuerte, pero me contengo porque también me gusta mirarle su cara de sorpresa, como niña pequeña.

No me molestaría que los bebés se movieran solo para ver qué ella pondrá esa cara cada vez que lo hagan.

— Te amo... ¿Lo sabes?

Ella levanta la mirada y sus ojos brillan mientras lo hace. Sus mejillas se sonrojan y me abraza rodeándome con sus brazos por mi cintura.

— Te amo más cariño —susurra en mi oreja y la besa—. Tengo que contarte algo.

— ¿Ah sí? —dudo— ¿Es una mala noticia?

— Pudo haberlo sido pero no... No es una mala noticia...

— ¿Y qué es? —ya estoy curiosa.

— Ven, vamos a cenar —murmura y salimos juntas del baño.

De camino al comedor, el olor a camarones se intensifica más y estoy maravillada. Las náuseas y el malestar se han ido y se me ha abierto el apetito.
La mesa está lista, me doy cuenta en seguida de la diferencia que hay. Habían tres platos.

— ¿Grace comerá con nosotras?

Miro en dirección a la cocina y viene ella con las últimas cosas que faltaban en la mesa. Estoy algo confundida y a la vez impresionada.

I Can't Survive Without You Donde viven las historias. Descúbrelo ahora