Capítulo 40

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Taylor POV

Ya estamos aquí...  ¡Dios mío,  ya estamos aquí!

Tuve que calmar mi pulso, tomar el control de mí cuerpo... ¡Ya era hora!
No sé cómo Karlie pudo aguantar verme sufrir de esa manera sin poder hacer mucho,  en estos momentos verla quejarse a esa magnitud, llorar asustada y ver que el dolor no disipa pronto, me hace ponerme más nerviosa y me duele más a mi verla así. 

La doctora ha tomado posición junto a ella y yo he logrado acercarme lo suficiente, tomando su mano lo más fuerte que pueda y no soltarla jamás,  no quería soltarla nunca.

— Taylor... Creo que no podré... —jadea mirándome llena de miedo, con el rostro brillando en sudor. Acaricio su frente y la beso.

— Claro que podrás, sé que lo harás... Eres fuerte mi amor,  más fuerte que yo...

— Mentira, yo soy una cobarde —se ríe cansada.

— Vamos Karlie, los pequeños ya quieren salir... —le anima la doctora. 

Ella comienza a llorar y niega con la cabeza, mirando las luces brillantes que hay en el techo.

— No voy a poder...

— Karlie mírame...  Eh... Cariño, mírame —le ordeno y baja la vista hasta mí—. Después de esto, nos iremos a casa... Te lo prometo... Podrás dormir, descansar... Y, vamos Karlie, eres valiente, yo sé que sí... Piensa en Grace, mira lo valiente que es ella y hemos recibido las buenas noticias de que al fin todo se acabó... Un nuevo inicio Karlie...

— Es que me duele demasiado —llora un poco más y yo intento abrazarla. Quería sacarla de ese dolor, me estaba dando mucha pena verla así...  No quería,  no quería esto para ella.

De repente grita de dolor y el esfuerzo para traer a nuestros hijos al mundo comienza. Me sostiene, respira... Jadea un poco y vuelve a gritar. La doctora sigue dando instrucciones que ni siquiera puedo oír con claridad porque estoy dejando que mis sentidos la miren, la escuchen y la sientan solo a ella.

— Ya lo veo... Vamos Karlie, puja y mantén...

— Taylor —susurra cansada y me mira—. Juro que nunca más tendré hijos, después de esto... Nunca más —se me escapa la risa y beso su frente con cariño.

— Yo también lo juro, porque no podría soportar verte así otra vez.

Un último intento y Karlie deja que todo su aliento se vaya en ese esfuerzo...  De pronto, un chillido se oye entrecortado y Karlie cae agotada sobre el colchón,  respirando y retomando fuerzas. Pero el chillido... Dios mío...

— Tenemos un varón aquí —nos sonríe la doctora. Seguido de sus palabras el llanto de nuestro hijo recorre toda la sala, inundando mis oídos, mi corazón golpea tan fuerte.

— Oh Dios... —sollozo con una sonrisa—. Nació...  ¡Ya está aquí!  ¡Karlie, mi amor!

La doctora levanta al pequeño para que lo pueda ver, fue como mirar a Grace por primera vez. Tan pequeño, con sus ojos cerrados y el llanto apoderándose de sus pequeños pulmones. A penas conseguía calmarse, Dios mío...  Estaba ahí y era mío y de Karlie...  Mío y de ella... Era amor a primera vista.

— Que la madre venga rápido y corte el cordón, el siguiente bebé ya quiere salir...

Me acerco deprisa y tomo las tijeras algo temblorosa, no podía dejar de sonreír y lo miraba, lo miraba solo a él.  Mis ojos estaban nublados por las lágrimas, al menos conseguí cortar donde debía ser. 
Otro enfermero toma a nuestro pequeño y lo traslada hasta la zona de limpieza, que afortunadamente estaba en la misma sala. Karlie podía verlo desde donde estaba.

I Can't Survive Without You Donde viven las historias. Descúbrelo ahora