Capítulo 10.

2K 146 22
                                    



—¿Estás segura de que quieres salir a la fiesta? Porque podemos ir a otro lugar a celebrar todo lo bueno que nos está sucediendo —Insiste Emilia por décima vez desde que llego a mi habitación.

Sé que en mi rostro no hay una sonrisa de oreja a oreja que demuestre felicidad por asistir a la dichosa fiesta de Luna, pero estoy segura de que puedo soportarlo, eso es lo que espera Alfredo y mientras Emilia permanezca a mi lado todo estará bien; eso quiero creer.

Suspiró, me volteo hacia ella y la enfrentó—. Mi día ha sido hasta ahora perfecto y si algo he aprendido en este último tiempo es que no puedo permitir que cosas como estás me afecten —Ella alza una ceja—. Es cierto que preferiría ir a cualquier lugar antes de permanecer un segundo más acá pero no le voy a dar ese gusto a Luna —Me acercó y la tomó de la mano— Salgamos y pasémosla bien.

—Si tú lo dices —Suelta no muy convencida—. Pero prométeme que si en algún momento ya no soportas estar allí me lo vas a decir.

—Te lo prometo —Levanto mi mano derecha jurando así que haré lo que me ha dicho—. Vamos —Emilia asiente y ambas no tardamos en dirigirnos hacia la puerta—. No sé te olvide que debes iniciar tu parte del plan —Ella rueda sus ojos.

—Ya sé, debo acercarme —Abre la puerta y salimos al pasillo—. Sabes que no será fácil ¿no?

—Pero tampoco imposible —Afirmo mientras recorremos el pasillo hasta las escaleras.

—¿Desde cuándo te volviste tan optimista? —Indaga bajando las escaleras.

—Desde qué el destino se puso de mi lado —Ella suelta una risa y entonces, yo dirijo mi mirada hacia el living encontrándome con la mirada de, cierto grupo en particular, sobre nosotras; no esperaban que asistiéramos a la fiesta.

Ya en el living, nos situamos en un lugar apartados de todos pero desde donde podemos observar todo lo que sucede. Los Jam and losers, como los llama Emilia, aún no nos quitan la mirada de encima y aunque Emilia también se encuentra observándolos, yo me limitó a observar la decoración. Sin embargo, los músicos de un momento a otro dejan de tocar y las luces se enfocan en las escaleras, de inmediato todas las miradas se dirigen hacia dicho lugar y en la cima se puede ver a Luna, quien comienza a descender, sin embargo, apenas logra abajar unos escalones cuando ya se detiene en seco; me da tanta lástima su persona, es tan ingenua, ni siquiera sabe que la inseguridad la puede llevar hasta el fondo de un pozo, lo cual no estaría tan mal.

La mirada de ella está sobre todos los presentes pero su mente parece estar en otro lugar porque sigue sin avanzar y yo lo único que espero es que cuando reaccioné y se mueva, tropiece y caiga; moriría por ver eso. No obstante, lo que sucede no es lo que deseo, debido a que Alfredo, aparece detrás de ella haciéndola regresar a la realidad y ahora, ambos se encuentran descendiendo juntos.

Ya llegando abajo, Matteo aparece y le ofrece su mano a Luna invitándola a bailar, ella obviamente no tarda en aceptar y junto a Matteo se dirigen hacia la pista, que no es más que el living, mientras que yo, no hago más que dirigir mi mirada hacia Emilia, quién al notarla no tarda en hablar.

—¿Qué? —Inquiere.

—Debiste ser vos la que bailará con Matteo —Me cruzó de brazos.

—Relájate, esto apenas comienza, tendré muchas oportunidades para bailar con él —Suena confiada, no es bueno.

—No hay que confiarse nunca, en un momento puedes estar en la cima y en el otro en el fondo; tenes que actuar cuanto antes. Yo que vos iría y bailaría con Alfredo así luego hacen cambio de pareja y entonces...

—Reitero: relájate. Sé lo que hago —Me interrumpe.

—Evidentemente no lo sabes, porque si no la que estuviera bailando con Matteo serias vos y no ella —Insisto.

—¿Podrías bajarle dos rayitas a tu intensidad? —Ruedo los ojos— Es obvio que todo esté teatro te está afectando.

—No me está afectando —Miento, sonando un poco altera pero cuando noto mi tono brusco trato de moderarlo— Sólo no quiero que las cosas salgan mal.

—¿Dónde quedo la chica optimista de hace un rato? —Indaga y yo no logró resistirme.

—Se fue al carajo cuando vio a Luna abajar las escaleras. ¿Vos la viste? Yo soy la que debería estar allí bailando pero no, es ella, porque claro, como se trata de Luna, le prepararon toda una fiesta en su honor. Ah, pero cuando creían que yo era Sol Benson, nadie se dignó a realizar una fiesta, porque claro soy yo, la mala del cuento —Cierro mis ojos sintiendo la furia emanar de mí y lo peor es que no dije ni la mitad de lo que siento; aún queda mucho atragantado en mi garganta.

—Cálmate, entiendo tu punto, pero tú misma lo dijiste hace un rato: no puedes darle el gusto a Luna de que te vea mal, así que respira —Es cierto, necesito calmarme—. Dijiste que la pasáramos bien así que disfrutemos, a menos que me digas que ya no lo soportas... ahí sí, nos vamos —Cierto, le prometí que nos iríamos sino no lo soportaba—. Pero, si quieres mi opinión, yo creo que hay que quedarnos, podrá ser su fiesta pero está también es tu casa y no nos vamos a ir por esa chiquita... —Y entonces, una vez más, siento que todo se va al carajo. Allí es donde Emilia se equivoca, desgraciadamente.

—Esta ya no es mi casa —Suelto seca—. Y esto no es una fiesta, es una farsa —Volteo dispuesta a salir de este lugar, no pretendo seguir ni un momento más aquí. Sin embargo, cuando volteo me topo con Simón, prácticamente chocamos, ¿Habrá escuchado lo que dije?

—¿Ya te vas? —Inquiere él con esa tranquilidad que lo caracteriza, asegurándome que no escucho.

—Sí, obvio, ¿Para qué me voy a quedar? —Indago mirando por un momento hacia otro lado pero rápidamente regreso la mirada hacia él.

—Pues para bailar conmigo —Ni siquiera me lo pide, simplemente me toma de la mano y me lleva con él hacia el centro del living donde todos se encuentran bailando.

Ya estando en la "pista", permanezco en silencio, solo me limito a observarlo mientras nos movemos al compás de la música.

—Cada día me está gustando más tu nuevo estilo aunque debo admitir que extraño el anterior —Comenta con una pequeña sonrisa.

—Pues ya es hora de que te vayas acostumbrando a el porque no pienso cambiarlo por nada del mundo, esto es lo que soy —Menciono mirando de reojo el lugar, sus amiguitos no paran de observarnos, incluyendo a Luna quién se encuentra a unos pasos de nosotros bailando junto a Matteo.

—No trates de mentirte, Ámbar, tú eres mucho más que esté estilo dark —Alzo una ceja— Sólo estás tratando de ocultarte detrás de el, ¿Pero sabes? Los sentimientos no se pueden ocultar para siempre, tarde o temprano salen a la luz.

—El único sentimiento que puedo demostrar es el odio y eso lo sabes; estoy... llena de odio —Le recuerdo mirándolo finamente a sus ojos.

—¿Cuándo vas a dejar de remover el pasado? Cada vez que hablamos no dudas en mencionar algún fragmento de nuestras pláticas pasadas —Indaga soltando un suspiro, no remuevo el pasado, simplemente mi mente no deja de recordar esas palabras cada vez que lo tengo cerca.

—Tal vez lo haga el día que admitas ante todos que te pasan cosas conmigo —El permanece en silencio— O es que... ¿Te da miedo aceptar que te pasan cosas con alguien como yo? —Me atrevo a preguntarle, pero él continúa en silencio, ¿Acaso ya no siente nada por mí? Porque si es así, necesito que me lo diga, ¿O es que no se atreve a decírmelo?

Mis ojos no dejan los de él y yo comienzo a desesperarme porque diga algo.

Solo una cosa te pido Simón, no rompas los pedazos ya rotos de mi corazón... en pedazos más pequeños, pienso mas no lo digo.

xxx

-Fecha de publicación: 10/04/2018

Coseme | Terminada - EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora