Capítulo 23.

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—¿Qué desea, señorita? —Inquiere, con una sonrisa al verme llegar a la barra.

Hago un gesto pensativo. —Quiero un licuado de banana... no, mejor de frutilla, aunque ¿sabes? Creo que estaría mejor uno de manzana.

—Y yo creo que estaría mejor si algún día te decides —Bromea él por lo que ruedo mis ojos—. Enseguida sale un licuado de manzana.

Lo veo alejarse a preparar mi licuado y sin poder evitarlo, sonrió.

Aún me parece increíble lo que sucedió hace rato, que él me dedicará una canción y me rogara por otra oportunidad delante de todos, parece todo tan irreal que temo que todo sea una broma y en cualquier momento me apuñale por la espalda, sin embargo, confió que no es así, creó que él se lo pensará muy bien antes de volverlo a arruinar todo conmigo, sin duda alguna, mi plan no puede estar saliendo mejor, porque si creen que permití que Simón volviera a mí por otro motivo que no sea mi plan, están muy equivocados; tengo todo calculado, no hay más camino que hacia adelante.

—Ámbar... ¿Puedes venir un momento? —Me pide Emilia no tan lejos de donde estoy por lo que no tardó en acercarme hasta donde está.

—¿Sucede algo? —Indagó, al llegar junto a ella.

—De todo pero como tú estás tan concentrada en no perder de vista a Simón, te lo estás perdiendo —Frunzo el entrecejo ante sus palabras, ¿De qué habla?—. Ven.

Ella me toma de la mano y me dirige hasta la puerta del camerino donde al llegar me percató de que está entreabierta por lo cual me inclino un poco para ver que está ocurriendo allí adentro con sumo cuidado.

Desde donde estoy puedo observar a Luna luciendo un poco alterada mientras que mediante el reflejo en el espejo visualizo a Jim y Yam frente a ellas totalmente serias.

—¿Podes calmarte un poco, Luna? —Habla Jim.

—No, no puedo, ustedes no entienden —Menciona Luna llevando las manos a su cara tallándola con frustración.

—Entonces, explícanos —Sigue Yam.

—Les dije que este Open era muy importante para mí y ustedes salieron sin mí.

—No teníamos opción, Nina nos había avisado que no venía porque se sentía mal y vos no llegabas, en ningún momento avisaste que llegarías tarde —Explica Jim mientras que Yam asiente dándole la razón a su amiga.

—Eso no es cierto, les envíe un mensaje —Replica Luna.

—¿En serio? —Luna asiente—. Déjame revisar mi celular, lo deje en mi bolso —Puedo ver como Jim se aleja mediante el espejo pero no pasa mucho cuando Luna vuelve a hablar deteniéndola puesto que ella regresa a lado de Yam.

—¡Eso ya no importa! Ya el Open paso, ya no hay nada que hacer —Ella retrocede un poco y toma asiento en la silla frente al tocador.

—¿Pero qué se suponía que pretendías hacer luego nuestra canción? —Inquiere Yam algo confundida.

—Tenía un sorpresa preparada para Simón, quería invitarlo a cantar una canción en honor a nuestro país y luego de eso, aprovecharía para hablar con él... y decirle lo que estoy sintiendo —Mis ojos se abren con asombro. ¿A ella le gusta, Simón? ¿Otra vez? No puede ser.

—¿Te gusta, Simón? —Indagan Jim y Yam al unísono—. ¿Pero no estabas con Matteo?

—No, las cosas con Matteo ya... no tienen solución, creo que ya ninguno de los dos siente lo mismo por el otro —Ella suspira—. Pero con Simón, es diferente. Hace rato deje de verlo como mi mejor amigo.

Coseme | Terminada - EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora