Capítulo 25.

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No tardo en tomar la hoja para partirla en pedazos inmediatamente.

¿Cómo diablos Sharon sabe lo de Sylvanna? Es obvio que sabe lo de mi cercanía con Mónica por Rey, ¿Sino por quién más? Él volvió a ocupar su antiguo puesto en la mansión seguramente para tenernos vigilados, seguro eso debe ser parte del plan de Sharon.

Esperen... ¿Acaso Sharon me vigila a mí también? Porque sólo así podría saber lo de Sylvanna. Mónica me prometió que no le diría nada a nadie si así yo lo quería y de mi boca tampoco ha salido palabra alguna, entonces... ¿Eso significa que sí?

No, ella no puede hacerme eso, no puede.

Estúpidamente, observó a mi alrededor temiendo que alguien pueda estar observándome pero claramente no hay nadie más que yo en mi habitación.

Soltando un suspiro, me dejo caer sobre mi cama.

Es el segundo anónimo que recibo de su parte y ya me estoy hartando, ¿Por qué simplemente mi madrina no me da la cara? ¿Qué acaso cree que la voy a delatar si llego a verla? ¿Qué acaso olvida que estamos del mismo lado? O al menos eso creía yo, porque a estas alturas ya no lo parece, me está quedando muy claro que solo me utilizará a su conveniencia cuando sea necesario porque si no fuera así, ¿Por qué no confía en mí para dejarse ver o para al menos contarme de que va su plan?

Soy la única persona que le queda en el mundo y ni siquiera una llamada es capaz de hacerme.

Pues no, me canse de esta situación. Ya no me interesa ayudarla, ahora lo único que me interesa es conseguir lo que me propongo: ganar la competencia, hundir a Luna y finalmente ser feliz.

Y lamentablemente para mi madrina, su nombre no figura entre mis planes así como yo no figuro en el de ella.

Lo siento, Sharon, pero a partir de ahora, sigues sola.

xxx

—Estoy exhausto, no doy para más —Menciona Ramiro tras finalizar el ensayo mientras se despoja de sus patines.

—Yo que tú no diría eso, si Juliana te escucha te regresaría a la pista en un dos por tres —Le advierte Emilia mientras guarda en su locker sus propios patines a lo que Ramiro bufa.

—No puede hacer eso, además, según vi, apenas termino el ensayo se marchó del Roller —Nos informa por lo que Emilia y yo cruzamos miradas.

—Red Sharks, se llama Red Sharks —Le recuerdo por lo que él rueda su ojos—. ¿A dónde creen que iría, Juliana?

—A entrenar a los losers —Menciona Benicio llegando, seguro escucho mi pregunta.

—¿Estás seguro de eso? —Inquiere Emilia.

—Por supuesto. Fui a pedir un licuado y escuche que Pedro y Nico lo mencionaban —Nos explica logrando que todos compartamos una mirada.

—Ella no puede entrenarlos, es nuestra entrenadora no de ellos —Digo sintiendo la furia invadirme.

—Tenemos que hacer algo —Dice Emilia cruzándose de brazos—. No podemos permitir que esos losers entrenen.

—¿Qué haremos entonces? —Inquiere esta vez Ramiro.

—Nosotros nada, Gary es quien hará todo. Estoy seguro de que cuando se enteré que Juliana está entrenando a los del Roller en el horario de los Red Sharks no se quedará de brazos cruzados —Ella sonríe causando que yo también lo haga.

—No se diga más, vamos a hablar con Gary —Habla Benicio por lo cual Emilia no tarda en marcharse junto a él para hablar con Gary.

Más atrás, le seguimos Ramiro y yo.

Coseme | Terminada - EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora