—Ambar... —Volteo al escuchar mi nombre—. Pensé que llegarías más tarde, ¿Qué tal el Open Music? ¿Te divertiste? ¿La pasaste bien? —Mónica se acerca obligándome a sonreír.
—Bien, la pase genial.
—Me alegro... ¿Y Simón? ¿No te acompaño? —Inquiere arrugando su entrecejo.
—No, pasa que el Red Sharks estaba lleno y no podía abandonar su puesto de trabajo así que me vine sola —Le explico.
—Ambar... ¿En que habíamos quedado? —Suspiro al escuchar su tono de reproche.
—Ya se pero no todo el tiempo puedo depender de Simón, él tiene su vida y yo tengo que seguir con la mía —Digo para seguir avanzando hasta el interior de la mansión siendo seguida por Mónica.
—¿Estas bien, Ambar? Te escucho un poco rara —Menciona por lo que para disimular, rió un poco.
—Nada que ver, estoy mejor que nunca —Miento y ella parece creerme.
—Bueno, entonces voy a la cocina para prepararte una rica botana —Le sonrió y ella continua avanzando hasta la cocina, por lo cual yo no tardo en subir las escaleras para dirigirme hacia mi habitación.
Toda la emoción que sentía tras haber cantado en el Open Music, se esfumo luego de haber escuchado aquella conversación entre Luna y Simón que me llevo a marcharme del Red Sharks y ahora, mis ánimos están por el suelo mientras analizo lo sucedido, porque por más que yo este enfocada en cambiar para ser mejor persona, fácilmente puedo perder el foco y recaer en lo mismo de siempre tornándome peor, porque esa opción es muy tentativa cuando la mayoría no cree en ti, ni siquiera porque pidas perdón y te humilles de la peor manera ante ellos como me pidió que lo hiciera Simón, que le pidiera perdón a Luna delante de todos por todas las veces que intente lastimarla, cosa que no hice, porque eso para mí era demasiado, no me iba a rebajar a pedirle perdón sabiendo que ni ella ni los demás creerían ninguna de mis palabras así que sencillamente, no lo hice.
Además, si algo he entendido estas últimas dos semanas, es que debo ser la mejor versión de mí, que debo aprender de todos los errores cometidos sin importar quienes realmente me crean, sin embargo, aunque he tratado de ser positiva respecto al asunto del cambio, las cosas negativas sobre ello logran afectarme con más facilidad, tal como la conversación entre Luna y Simón, que me ha hecho volver a pensar en si de verdad vale la pena intentar cambiar cuando casi nadie quiere notarlo y ahora, eso es lo que no me deja estar tranquila, el pensar si esto realmente vale la pena.
—Ambar —Me sobresalto al escuchar su voz lo que hace que el nerviosismo se haga presente.
Hace dos semanas que no lo había visto ni escuchado porque así lo había preferido y realmente era lo mejor pero ahora, él tenerlo frente a mí luego de lo que le sucedió por mi culpa, me toma por sorpresa.
Incapaz de poderlo mirar a los ojos, agacho la cabeza y solo así logro pensar en lo que sucede comprendiendo que nuestro encuentro se debe a mi precipitada huida del Red Sharks, debido a que, últimamente, siempre esperaba a que Simón terminara su turno en el trabajo para salir juntos o para que me acompañara a la mansión llegando siempre cuando yo sabía que él estaría dormido y en las mañanas, solía despertarme muy temprano para irme al departamento de Emilia, por lo que, nunca coincidíamos y muy pocas veces fueron las que estábamos durante el día en la mansión y cuando lo estábamos, yo me la pasaba encerrada en mi habitación; en pocas palabras, en el transcurso de dos semanas luego de que lo dieron de alta de la clínica, nunca nos vimos, ya que yo lo evite a toda costa.
—Hace mucho que no nos veíamos, ¿Cómo has estado? —Habla mientras siento como se acerca.
—Bien, yo... debo irme —Avanzo pasándole por un lado para llegar a mi habitación.
—Ambar... espera —Me detengo—. ¿Por qué me has estado evitando? —Volteo lentamente hacia él.
—Yo... es lo mejor que puedo hacer, lo único que siempre hago es tratarte mal y lo que te paso fue la gota que rebaso el vaso, lo que menos quiero es seguirte haciendo daño.
—Lo que me pasó no fue tu culpa, ya yo estoy bastante mayor y debí cuidarme más, así que deja de pensar que fue tu culpa porque estas cosas con la edad pasan y lo importante es que solo fue susto y nada más —Él sonríe tratando de tranquilizarme—. Lo que si me hizo sentir un poco mal, fue que no me visitaras durante mi estadía en la clínica.
—Luna estaba muy... afectada por lo sucedido y me pidió que me marchara y así lo hice, quise evitar problemas, ya había causado muchos —Me sincero un poco evitando decir lo sucedido con Sharon, ya que para Alfredo eso nunca sucedió, todos acordamos en que lo mejor sería no contarle nada para evitar que algo peor sucediera respecto a su salud.
—Aunque mi nieta estuviera muy afectada no podía pedirte que te fueras, así como ella, vos también tenías derecho a estar allí porque también sos mi nieta —Quiero reír ante semejante chiste pero me contengo porque él permanece serio, hasta pareciera que habla en serio—. Ambar... no sabes cuánto lamento el haberte dejado de lado con todo el asunto de que Luna resulto ser Sol, sé que estuve mal y te quiero pedir disculpas por eso —Nuevamente, se acerca a mí—. La estabas pasando mal y yo debía saberlo por la forma en la que me tratabas, perdóname, por favor.
Sus manos toman las mías lo que me lleva a observarlas por un momento antes de fijar mis ojos en los suyos y a través de ellos, logro ver como la sinceridad abunda.
—¿Podrás perdonar a este viejo tonto por no entenderte? —Él me observa expectante.
Simón varias veces me ha dicho que en el proceso de cambiar va incluido el perdón y poco a poco lo he ido comprendiendo, primero al perdonar que él me dejara cuando más lo necesitaba, luego al dejar volver a Sylvanna a mi vida tras creer que me había abandonado cuando no era así y ahora, no veo porque no pueda perdonar a Alfredo, él se equivocó, yo también mil veces lo hice, entonces, ¿Por qué no?
—Yo creo que te equivocas, Alfredo, eso paso ya hace mucho y por ahí dicen que lo pasado pisado.
—¿Eso quiere decir que me perdonas? —Inquiere sonriente, por lo que, yo asiento—. No sabes cuan feliz me haces, Ambar, mi nietita —Sonrió al momento en que nos unimos en un abrazo.
—¿Qué te parece si vamos y compartimos el aperitivo que Mónica está preparando? —Le propongo al separarnos.
—Me parece una idea increíble —Rió un poco—. ¿Vamos?
—Vamos —Afirmo pero no logro avanzar cuando ya mi celular comienza a sonar—. Seguro es Simón, no le avise que me venía. Vos anda y yo ya te alcanzo.
—Muy bien pero no tardes, mira que tengo tanto apetito que podría comerme todo el aperitivo yo solo —Menciona antes de irse provocando, nuevamente, mi risa.
Obtengo mi celular del bolsillo trasero de mi short para atender la llamada pero al ver que esta proviene de un número desconocido y no de Simón, me lo pienso mucho antes de atender. Sin embargo, un impulso me lleva a hacerlo pero, me arrepiento de haberlo hecho al instante en que escucho su voz.
—¿Hola?
—Hola Ambar.
—Sharon...
xxx
Fecha de publicación: 07/08/2018
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Coseme | Terminada - Editando
FanfictionSu vida era "perfecta", ella tenía todo lo que cualquiera quisiera tener, pero sin previo aviso y como un huracán, llegó ella, esa chiquita que con su inocencia, se metió en su vida: en su casa, en su colegio, en su pista y se lo arrebato todo: su p...