Capítulo 38.

1K 107 34
                                    


Tomando un poco de aire, procedo a abajar del auto, el cual Miguel al igual que los policías hicieron con los suyos, estaciono a un par de casas de la mansión para no ser vistos.

Escudriño el lugar por lo mismo, esperando que no haya nadie cercano que pueda informarle a Sharon que no he llegado sola, ya que no sabemos si está sola o alguien la está ayudando, por lo que, al mi mirada dar con él a unos pocos pasos de nosotros, me logra descolocar.

—¿Qué hace el acá? —Pregunto volteando hacia Mónica y Miguel, quienes recién abajan del auto.

—La policía lo llamo —Dice Miguel.

—¿Qué? ¿Por qué? —Sigo confundida.

—Digamos que él capto la atención de los agentes cuando declaro en contra de Sharon y Maggie luego del intento de traspaso de dinero diciendo que realmente no había ayudado a Sharon con su plan sino todo lo contrario, que había estado cerca de ella para impedir que se llevara a cabo e incluso confeso otras cosas que la policía no sabía de ella y por eso, decidieron llamarlo porque Rey puede ser de gran ayuda en este momento y más teniendo en cuenta que al trabajar con ella puede deducir sus siguientes movimientos así que él te acompañara a la mansión.

—¿Qué? No, él no puede entrar... si Sharon lo ve, ella...

—¿En verdad crees que te vamos a dejar entrar sola a la mansión, Ambar? —Interviene Mónica—. O entras con Rey o no entras, la policía puede hacerlo a su modo...

—No, está bien, voy con él —Suelto no muy convencida al mismo tiempo en que tomo el bolso con el dinero y volteo en dirección hacia Rey.

—Ambar —Mónica me llama por lo que giro de nuevo hacia ella—. Cuídate, por favor.

—Lo hare y les prometo que si Luna está allí en la mansión, la traeré conmigo sana y salva —Le digo a ambos, quienes no tardan abrazarme.

Al separarme de ellos, los observo por última vez y vuelvo a girarme, encaminándome de una vez a la mansión sin ni siquiera detenerme al pasar junto a Rey, a quien no le queda de otra que seguirme el paso hasta que ambos nos detenemos al llegar frente al portón de la mansión.

—¿Estas segura de que queres entras? —Asiento como respuesta sin voltear a verlo—. Muy bien, entonces escucha muy bien lo que haremos.

Frunzo el entrecejo. —¿Qué? No, el plan ya está listo, acóplate a el.

—Estoy convencido de que lo que ha dicho, Sharon, para traernos hasta aquí es una trampa, así que hay que tener un plan b que, en este caso, es el que vamos a ejecutar —Esta vez sí volteo a verlo, él tiene razón aunque no lo admita—. Entrare por la puerta de servicio mientras vos por la principal, nos acercaremos a ella por lados opuestos acorralándola. Yo lograre crear una distracción y vos aprovecharas para llevarte a Luna, luego la policía entrara y se la llevan detenida, ¿Estás de acuerdo? —Vuelvo a asentir—. Muy bien, vamos.

Abriendo el portón, ambos entramos y nos dirigimos a las diferentes entradas, por lo que, lo pierdo de vista antes de entrar.

Al estar frente a la puerta principal a punto de abrirla, un escalofrió me recorre entera pero ni por eso ni por el mal presentimiento que acaba de alojarse en mí, me detengo, entro tratando de mostrarme firme.

Lo primero que observo al llegar al living, es a Luna atada y amordazada en una silla, quien al escuchar mi pasos resonar por el lugar no tarda en voltear a verme, lo que me comprueba que, en efecto, no es mentira lo de su secuestro, por lo que, seguidamente, dirijo mi mirada a Sharon, quien se encuentra sentada en el sofá del living.

Coseme | Terminada - EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora