Coseme | Terminada - Editando

Capítulo 31.

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Mi celular se ha dañado por lo que puede que tarde más en escribir y actualizar pero tratare de escribir bastante pero actualizar seguido, mientras tanto disfruten de este capítulo.

Los amo muchito <3.

xxx

Un par de lágrimas no tardan en deslizarse por mis mejillas al mismo tiempo que el aire parece faltarme, siento una opresión en mi pecho.

Esto no puede estar sucediendo, ellos no pueden creer que estoy involucrada en esto, menos Mónica, ella no puede creerlo, no puede.

—No, yo les juro que no tengo nada que ver con esto —Mi voz se escucha entre cortada—. Tienen que creerme, por favor.

¿Por qué justo cuando quiero hacerlo todo bien sucede esto? ¿Por qué cuando más deseo que confíen en mi más desconfían?

—Déjalo Ambar, ya acabo, el plan no va a fallar, podes dejar de fingir ante los Valentes —Interviene Maggie empeorando mi situación.

De inmediato, volteo hacia ella.

—¡Cállate! ¡Yo no estoy fingiendo! —Apenas termino de decir eso, me acerco hacia los Valentes—. No estoy fingiendo, esta vez no tengo nada que ver con lo que sucede —Más lagrimas se hacen presentes—. Mónica, por favor... tenes que creerme.

—Y quiero hacerlo pero necesito que me expliques lo que está sucediendo, ¿Qué es esto? ¿Por qué lo tenías tú? —Una vez más, ella señala el anónimo.

—No lo sé, desde... —Mi mirada se enfoca en Rey por un momento—. Desde que Rey regreso a la mansión empecé a recibirlos y yo pensé que él me los dejaba de parte de Sharon pero me acabo de enterar que no era así y que era Maggie la que los dejaba —La mirada de Mónica y Miguel pasa de Rey a Maggie—. Yo si sabía que Sharon se traía algo entre manos desde que se marchó, ella me pidió que permaneciera con ustedes y que me ganará su confianza pero yo no puede, yo... no sé, no quise, sabía lo que debía hacer pero no era lo que yo quería hacer y al final, simplemente decidí ignorar lo que Sharon me decía con los anónimos y hacer lo que fuera mejor para mí, buscar mi felicidad y lo admito, me equivoco y me sigo equivocando con todo lo que trato de hacer pero es que no conozco otra manera de buscar mi felicidad que la que Sharon me enseño pero yo les juro que, a pesar de eso, no tenía ni la mínima idea de lo que Sharon planeaba hacer.

A estas alturas, las lágrimas salen sin control, sin temor a ser vistas, sin miedo a que por ellas pueda parecer débil, sencillamente fluyen tan naturales como el dolor en mí.

Inhalo y exhalo tratando de regular mi respiración mientras espero que Mónica diga algo sobre lo que acabo de decirle pero antes de que ella siquiera pueda pensar en que decir, alguien más opina.

—Vaya Ambar, sos una increíble actriz, casi me lo creo todo, ¿No has considerado estudiar actu... —Antes de que pueda terminar, la interrumpo.

—¡Basta! ¡Córtala! ¿No te das cuenta de lo que haces? Lo empeoras todo —Maggie no muestra expresión alguna ante mis palabras por lo que continuo—. ¿Acaso no ves todo el daño que estas causando? ¿Qué ganas con esto? ¿Sharon te amenazo para que la ayudaras? ¿Es eso? Reacciona Maggie, esto no va a traer nada bueno.

—Te equivocas, recibiré una gran suma de dinero con la que puedo comprar lo que yo quiera —Sin poder evitarlo, suelto una risa.

—¿Dinero? Estas mal, Maggie, podes comprar lo que queras como decís pero jamás la felicidad —Sigo negando con la cabeza en desaprobación.