Capítulo 55.

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Capítulo 55.

Era ya de madrugada, no faltaba mucho para que saliera el sol por el horizonte y Alexander no había dormido más que un par de horas incómodas en la sala de espera pero aun así no tenía ganas de seguir durmiendo, de manera que salió el edificio para tomar aire fresco. Johann estaba a su lado, apoyado contra una de las paredes externas del hospital, bebiendo el café rancio que ofrecía el nosocomio.

- No importa el hospital, en todos el café es una mierda.- comentó Alexander, haciendo un gesto de disgusto.

- Podría ser peor.- respondió Johann aunque sin mucho entusiasmo.- Deberías de marcharte ya o no llegarás a tiempo.

- Lo sé.- Alexander aplastó el vaso desechable y lo arrojó a la basura.

Habían pasado toda la noche hablando de las amenazas Eloïse, de su amistad y del futuro; de todas las cosas que nunca se dijeron, de sus verdaderos pensamientos y temores, cosas que en diez años de amistad nunca tuvieron la oportunidad, o el deseo, de compartirse. En algún momento Johann encaró a Alexander y le preguntó directamente si no estaba inventándose lo de Eloïse para que lo perdonara y el italiano le juró que todo era verdad.

- No tendría caso que inventara esto ahora, Johann.- le dijo Alexander, muy serio.- Si de verdad no quisiera volver a tenerlos en mi vida, te habría dicho que no me interesaba cualquier cosa que tuvieras qué decirme cuando fuiste ayer a mi departamento y te habría cerrado la puerta en la cara.

- Sí, supongo que eso es verdad.- admitió Johann, pensativo.- Aunque sigo sin entender por qué preferiste mentirme en vez de decirme las cosas de frente, habríamos buscado juntos una solución.

- Quizás porque creí que era mi deber protegerlos de Eloïse, después de todo ella es mi hermana y mi problema.- respondió el italiano y se frotó el rostro.- No pensé las cosas con claridad, creo que ella sí tiene el poder suficiente para destruirlos si se lo propone.

- Si Konrad no pudo, no creo que tu hermana pueda.- replicó Johann, mordaz.- Mejor di que, como siempre, tomaste tus decisiones sin importarte a quién afectabas en el proceso. Siempre piensas sólo en ti y en lo que tú quieres hacer, nunca se te ha ocurrido compartir tus ideas con alguien o preguntarle si tiene otra solución menos radical.

- No sé qué responder a eso.- suspiró el italiano.- Supongo que tiene su parte de razón. Debe resultarte pesado que me justifique todo el tiempo pero antes no solía detenerme a pensar en lo que pudieran sentir los demás. Siempre creí que lo que yo decidiera estaría bien para todos.

- Un pensamiento totalmente egoísta pero no me sorprende.- Johann frunció el ceño.- Si no cambias esa manera de pensar no llegarás muy lejos con nosotros.

- Si no la hubiese cambiado ya, no seguiríamos siendo amigos después de tanto tiempo.- Alexander sonrió levemente.

- Supongo.- Johann se encogió de hombros.- Pero aún me queda una pregunta por hacerte: he entendido que te alejaste de Adrianne para evitar que Eloïse pretenda lastimarla pero, ¿por qué cambiaste de parecer una vez más? ¿Por qué decidiste que, al final, sí quieres luchar por recuperarla?

Y si algún día, asomándome a la vida, me diera cuenta de que no hay más melancolía... Volvería por ti...

- Es algo que no podré explicar tan bien como quisiera.- confesó Alexander, en voz muy baja; en su mano derecha traía aún el ya muy manoseado fistol de violín.- Tú sabes que mis relaciones amorosas han sido todo menos estables, incluyendo mi matrimonio que ha sido la peor de todas. Sé que mucho fue por culpa mía pero también es verdad que Alba siempre me trató como si yo no tuviese derecho a una segunda oportunidad, como si todos mis errores del pasado estuviesen condenados a perseguirme de por vida. Ya había aceptado que así sería y quizás por eso actuaba como tal, como un imbécil que no tiene derecho a la redención. Sabes también que en el pasado hice cosas que me atormentaron durante años, cargué durante mucho tiempo con esa culpabilidad que no me permitía ser yo mismo. Incluso creo que eso es lo que ha evitado que me desarrolle plenamente como músico.

El Sonido del Silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora