Capítulo 53.

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Capítulo 53.

El Europakonzert, el concierto más importante de la Filarmónica de Berlín, no tenía lugar en Berlín, como pudiera imaginarse, sino que el sitio en donde se llevaba a cabo cambiaba año con año de acuerdo a las elecciones que tomaba la directiva: el año previo tuvo lugar en Madrid y en el próximo se realizaría en Praga; casualmente, en el año en el que se ha desarrollado esta historia sería en Viena, más específicamente en la Spanische Hofreitschule, que ya estaba preparada para recibir a la segunda mejor Filarmónica del mundo en la celebración de su 130 aniversario.

En ese año, como en los anteriores, habría un solo de un instrumento específico, el cual iba variando en cada concierto para tener variedad; lo habitual era que el solo fuese de un músico invitado, es decir, que no perteneciera a la Filarmónica pero Franz Duskovich había decidido que ese año, por ser un aniversario tan importante, el solo lo haría un músico de la misma Filarmónica en representación a todos aquéllos que contribuyeron a hacerla grande. Cuando Franz eligió el violín como el instrumento fue por el deseo secreto de hacerle un homenaje a un querido amigo suyo, también un gran director de Orquesta como él y cuyo sueño había comenzado en Berlín, Armand Lorenz, quien fuese también un gran violinista y que había nacido precisamente en Viena; Duskovich y Kóvac, su violín concertino, tenían la convicción de que contaban con suficientes violinistas virtuosos para dar la talla en un concierto tan importante pero como no tenían a un candidato unánime, decidieron poner a competir a los mejores para escoger a uno. La elección sería hecha por ambos porque Franz confiaba mucho en el criterio de Kóvac pero tomaría en cuenta las opiniones de sus demás músicos, incluyendo la de los que participarían en la competencia. Por tanto, Franz se preguntaba qué dirían los demás si anunciaba que, de acuerdo a los criterios de Kóvac y los suyos propios, Alexander Wald había resultado ser el elegido.

Era cierto que Alexander había tenido un camino lleno de altibajos en los últimos meses, llegando al punto en el que incluso su permanencia en la Filarmónica estaba comprometida ya que además se había involucrado en más líos de los que la directiva estaba dispuesta a tolerar. Franz había metido las manos al fuego por él y había usado todo su poder de persuasión para tranquilizar a los jefes superiores, los cuales a regañadientes terminaron aceptando darle una última oportunidad al italiano. Aun así, Franz no creía que Alexander cambiara al grado de arrasar con todos sus competidores en las últimas semanas, era difícil creer que el actual violinista fuese el mismo hombre abatido y deprimido que no había sido ni la sombra de sí mismo. Sin embargo, ¿sería esto suficiente para convencer a los demás músicos de que Alexander era el justo ganador?

- En cierto modo, Wald no sería el primero que escogería si nos vamos por técnica.- comentó Kovac.- La de la señorita Wang es ligeramente superior, prácticamente no comete ningún error pero le falta emoción. Si la música se valorara sólo por técnica, ella sería la mejor sin lugar a dudas pero la pasión de una pieza es el punto principal de una obra. Lo bello de que un músico toque una melodía es que cada ocasión es única, ninguna interpretación es idéntica a la otra ni siquiera siendo tocada por la misma persona pero Jun no parece comprender esto al cien por ciento. En alguna ocasión me comentó que se ha aprendido las partituras de memoria y yo le he hecho saber que no se trata de aprendérselo todo de memoria sino de sentir la partitura en cada ocasión, leyéndola siempre como si se tratara de la primera vez.

- Lo que me estás tratando de decir es que, a tu parecer, si no tomamos en cuenta la belleza intrínseca de una interpretación, Jun Wang sería la elegida.- concluyó Franz, recargándose en su silla.- Pero estoy de acuerdo en que, a pesar de que es muy buena, le falta algo. Cuando la acepté en esta Filarmónica, tenía la esperanza de que ella adquiriera ese algo con la práctica pero a estas alturas estoy casi convencido de que nunca lo hará.

El Sonido del Silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora