Capítulo 54.

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Capítulo 54.

Recostada en la camilla a la espera de ser operada, Adrianne se preguntaba por qué se le había torcido tanto la suerte. A pesar de que consideró el dar en adopción a ese bebé no planeado, en el fondo siempre deseó conservarlo. Sin embargo, hasta eso le habían quitado ya, había perdido a su hijo y no había marcha atrás.

- ¿Estás lista?.- la doctora Levin apareció de repente, enfundada en su traje quirúrgico rojo y luciendo un gorrito que hacía juego.- Vas a estar bien, voy a hacer todo lo que esté en mis manos para ayudarte.

- Sí, estoy lista. Y gracias, doctora.- respondió Adrianne con un tono de voz neutro; de repente, soltó la preguntaba que la estaba atormentando.- ¿Podré embarazarme y dar a luz alguna vez?

- Revisaré el estado de tu otra trompa de Falopio para asegurarme pero no vi algo anormal en el ultrasonido, así que es altamente probable que sí puedas hacerlo.- explicó la doctora Levin.- Por supuesto, mientras más tiempo esperes para intentarlo otra vez, mayores serán tus posibilidades de conseguirlo. Veré si puedo rescatar parte de la trompa dañada pero no puedo asegurar algo, todo dependerá de lo que encuentre en la cirugía.

- Está bien, se lo agradezco.- suspiró Adrianne, tras lo cual añadió en español.- Es agradable saber que voy a ser operada por una compatriota, me da más confianza.

- Gracias.- respondió la morena médica, en el mismo idioma.

Porque resultaba que, a pesar de su apellido, la doctora Levin también era una emigrada de México, quien se casó con un sueco y se quedó a vivir en Alemania. Detalle sin importancia que, sin embargo, relajó mucho a Adrianne al saberlo aunque no la aliviaba de la opresión en el pecho. Una vez en el quirófano, sin embargo, dejó de sentir estrés y dolor para no experimentar sensación alguna, como si se hubiese quedado vacía por dentro.

"¿Será que me voy a morir aquí? Sería de lo más irónico después de todo lo que me ha pasado... Y sigo sin saber en qué maldito punto se me torció tanto la suerte...".

Dejó de pensar cuando el anestesiólogo le aplicó el medicamento que la sumió en la inconsciencia.

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Al llegar al hospital, Johann vio a Renée abrazada a Patrick y, sin saber por qué, tuvo una punzada injustificada de celos. De pronto se le ocurrió pensar que, si él muriera en ese momento, quizás eso terminaría pasando, que Patrick se quedaría con Renée. Sorprendido, Johann sacudió la cabeza para eliminar ese pensamiento negativo, ¿qué carajos le estaba sucediendo? Mientras se dirigía hacia ellos, algo captó su atención y Johann desvió su vista hacia la izquierda, en donde se encontraba una mujer de cabello negro y ojos color violeta, alguien que se parecía a Catrina Krieg pero que al mismo tiempo no era ella y que le devolvió una fría mirada. Johann sintió un escalofrío al darse cuenta de que ya había visto antes a esa mujer y que su presencia no auguraba algo bueno: las veces en las que ella había estado cerca, alguien muy querido para él había muerto.

- ¿Cómo está Adrianne?.- Johann se apresuró a llegar con los otros dos.- ¿Qué han dicho los médicos?

Renée, por respuesta, saltó al escuchar a su novio, soltó a Patrick y se echó a sus brazos para después ponerse a llorar desconsoladamente, lo que muy seguramente estuvo haciendo antes con Patrick; éste intercambió miradas con su hermano antes de soltar un suspiro.

- Perdió al bebé.- respondió el joven suizo.

- ¿Qué?.- gritó Johann, interrumpiéndolo.- ¿Por qué? ¿Abortó o qué pasó?

El Sonido del Silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora