Capítulo 5.
Los esfuerzos de Renée por sacar alguna conversación se vieron frustrados gracias a la seriedad natural de Johann y al hermetismo antinatural de Adrianne. Ésta apenas y respondió a las preguntas que hizo Renée sobre si ella había tenido un buen vuelo, si le había costado orientarse o darse a entender, y sobre cómo le había ido con Franz. Frustrada, Renée se dio por vencida y dejó de intentar sacarle plática a Adrianne.
- No te tomes muy a pecho lo que sea que te haya dicho Xander.- dijo Renée, mirándola a través del espejo retrovisor.- Así es él, tiene un carácter muy especial y puede llegar a ser fastidioso, pero ya verás que, en el fondo, es una buena persona.
- Muy en el fondo.- replicó Adrianne, enfurruñada.- Tienes qué admitir que es un completo imbécil.
- Sí, lo es.- fue Johann el que respondió.- Pero también es cierto que es una buena persona. Sólo tienes que aguantar un poco su fastidiosa forma de ser, y, en algún momento, te acostumbrarás a él.
Una pregunta se formuló en la mente de Adrianne: ¿Cómo fue que alguien tan serio y reservado como Johann Lorenz se había hecho amigo de alguien tan cínico y descarado como Alexander Wald? Johann no era precisamente del tipo sociable, y Alexander no era un dechado de virtudes, así que resultaba difícil precisar cómo fue que llegaron a hacerse amigos esos dos. Porque Johann lo había especificado, que Alexander era su amigo, cosa que debía ser cierta o el primero no lo hubiera dicho con tanta seguridad.
- También es cierto que es muy probable que tengas que verlo seguido, así que lo mejor sería que buscaran ambos la manera de llevarse bien.- añadió Johann, mirando severamente a Adrianne a través del espejo retrovisor.- No me gustaría que pelearan frente a mis hermanos.
- Si él controla su petulancia, no veo por qué no nos podamos llevar bien.- gruñó Adrianne, cruzándose de brazos, y desviando la mirada hacia la ventanilla, puesto que se había sentido intimidada por Johann.
- Probablemente, no lo hará.- suspiró Renée.- Alexander sin arrogancia no sería Alexander. Pero ya verás que sólo es una careta suya.
- No hacen más que justificarlo.- replicó Adrianne.- Una y otra vez me dicen que "ya me acostumbraré". Ninguno quiere admitir que él es inaguantable.
- Porque no lo es.- suspiró Johann también, cansado.- No vamos a seguir con lo mismo todo el trayecto, por favor.
Adrianne interpretó esto como un regaño, y permaneció callada por el resto del viaje, a pesar de que Renée intentó hacerla hablar otra vez, aunque sólo fuera para quejarse. Por fortuna, ellos se encontraban ya cerca de la residencia alemana de los Lorenz, y dentro de pocos minutos el automóvil deportivo de Johann penetró por un caminito bordeado de arbustos que conducía a una casa bastante grande. No era una mansión, como la de Austria, sino una construcción más modesta, aunque aún así se notaba que era un tipo de residencia más elegante a lo acostumbrado por Adrianne (ella, por ser la hija de un gerente de una empresa zapatera, estaba de por sí habituada a vivir con cierta comodidad). No bien apenas Johann estacionó el coche, cuando la puerta principal se abrió, y por ella salieron dos adolescentes, una rubia y la otra morena, quienes abrazaron a Renée con mucha efusividad, en medio de gritos de alegría y bienvenida. Adrianne, al verlas, sintió una punzada de melancolía al pensar en Gabriela, su hermanita menor, a quien no había visto en más de un mes.
- Bueno, niñas, compórtense.- las amonestó cariñosamente Johann, dándoles un beso a ambas.- Les he dicho muchas veces que hay que saludar primero a las visitas.
Él hizo las presentaciones correspondientes: la chica rubia, Nadja, tenía actualmente 14 años y aún estaba cursando la educación secundaria; la morena, Antje, ya había cumplido los 18 y acababa de entrar a la Universidad. Las dos jóvenes saludaron a Adrianne a la usanza alemana de los tres besos, además de darle también un cálido abrazo, consiguiendo que la chica se sintiese menos tensa y melancólica.
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El Sonido del Silencio.
RomanceUna joven reportera mexicana busca una segunda oportunidad en Europa tras haber sido desterrada de su país debido a ciertos roces que tuvo con el narcotráfico; mientras trata de reconstruir su vida en el Viejo Continente, ella convivirá con personas...